Texto publicado por Fer

Yo no fui

Fernando, tan colega mío, tan sorete, tan frío, me acusó y dio por hecho, sin otras pruebas que las ganas de joderme la existencia, de que formateé su ordenador mientras él estaba trabajando.
Pues bien, la acusación cayó sobre mí con el peso de la ley, la justicia, la escuela municipal donde estudio y la puta que los re parió a todos. Fernando es hasta el día de hoy mi profesor de base de datos. Lo conocí hace 5 años, fue mi profesor de programación. Excelente profesor, sin duda. Muy atento, muy amable. No solo yo, sino los demás pendejos de compañeros que tengo, si le piden ayuda, si le consultan dudas, (irónicamente él me dice que le mande mails si tengo algo que preguntarle) no explica nada. Se limita a mandarnos a buscar en Google. Perfecto, un gran profesor.
No tengo ningún problema en buscar las cosas en Google, tampoco soy el típico cómodo, flojo, que pide que le den la comidita en la boca. No, gracias. Si quiero algo me lo busco yo solo, lo tengo clarísimo y de hecho lo hago. Pobre de quien diga lo contrario, que no vive para contarlo. Pero esta materia, mis limitaciones que no solo se limitan a la ceguera y mi previa falta de conocimientos influye para que yo, como el estúpido enfermo que soy, me rompa el lomo, haga un esfuerzo con extra y todo, ¿para qué? Para desaprobar. Para que éste sorete no reconozca que lo intento y me rompo el lomo yo solo. Cuando tengo ayuda, porque la pido o me la ofrece la poca gente que puede, la aprovecho y demuestro un compromiso que los vagos atorrantes no tienen. Si no puedo tener ayuda, no me qeuda otra que buscarme la vida yo solo, como me sucedió estudiando en la UTN: Si fuera lo contrario, las demás materias las hubiera reprobado así de feo. Es este sorete, que será un buen colega mío, sí, pero como profesor, como profesor en la UTN; deja mucho que desear.
Yo no fui, no le hice nada a u ordenador. Ni siquiera sé si podría, aún sin su autorización y sin saber sus datos. Y me acusa, para agarrárselas conmigo. En las clases me ha levantado la voz, me ha gritado, no me ha golpeado pero bien que estuvo cerca, le ha importado 3 chotos lo que yo le diga.
No me cago para nada en mi ceguera ni en mi deficiencia auditiva, me cago en lo chota que puede ser la gente a veces. No, a veces no. Más veces de las que se puede creer.El quilombo está servido y si tengo que dar la cara la doy yo, que mi época de maricón reprimido ya terminó.