Texto publicado por Jaime Nelson Arboleda Barrera

Pequeño tecsto que reconoce la grandeza de una madre, y que los hijos por lo general no apreciamos.

Querida madre:

9 meses me tuviste en tu vientre y sé que tuvíste días malos, con dolores, vómitos, depresiones, angustias... hasta que nací.

Me tuvíste en tus brazos, Me alimentaste, me mimaste, me vestiste y me educaste.

Fui creciendo y empecé a ser traviesa, a veces, como les sucede a todos los niños, me gustaba portarme mal y tú me castigabas, aunque como niña que era... yo no entendía los motivos que hacen que mi mami, con todo el dolor de su corazón, tenga que reprenderme y regañarme..

De adolescente ya no quería estudiar, empecé a irme a la calle a jugar, divertirme con mis amigos y meterme en líos... y ahí siempre estabas tú para ponerme firme. Yo como joven... tampoco lo entendía.

Muchas noches sufrías, muchos días llorabas por mi culpa y todos los días me hablabas de educación, respeto; me decías: pórtate bién, haz deberes.... y como niña yo respondía: ¡Qué pesada!
y por supuesto siempre hize lo que mi cabezonería quiso... lo que me daba la gana....

Ahora ya soy mayor, madre, ya soy mujer, me he convertido en mamá como tú y ahora veo las cosas de otra manera y puedo comprender, entender todo lo que hacías, tus sufrimientos y desvelos por mí., esos castigos que yo pensaba que eran injustos.... y muchas cosas más... ahora me tocó a mí vivirlo y ahora sé que era por mi bién y en todo tenías razón!

Gracias madre, gracias por tener paciencia conmigo, gracias por darme la vida, gracias por esos castigos pues ahora sé que siempre has tenido razón y sobre todo madre, gracias por conseguír de mí que sea como hoy soy,con mis defectos y mis virtudes pero toda una mujer.