Texto publicado por Adalberto Javier Nájera Mendoza

Nota: esta publicación fue revisada por su autor hace 8 años. Antes se titulaba Todo lo contrario ve la madre. .

Todo lo contrario de la madre.

TODO LO CONTRARIO DE LA MADRE
Por, Jacques Alain Miller

Y la mujer, qué es en lo inconciente Es lo contrario de la madre La mujer es el Otro que no tiene, el Otro del no tener, del déficit, de la falta, el Otro que encarna la herida de la castración, el Otro lastimado en su potencia La mujer es el Otro disminuido, que sufre, y por ende también el que obedece, que se queja, que reivindica, el Otro de la pobreza, de la indigencia, de la miseria, el Otro a quien se roba, se marca y se vende, se golpea, se viola y se mata, el Otro que siempre sufre y que no tiene nada para dar salvo su falta y los signos de su falta Todo lo contrario de la madre

EL OTRO DE LA DEMANDA, EL OTRO DEL DESEO

Justamente en razón de todo lo que sufre y padece, la mujer es el Otro deseable, el Otro del deseo y no el de la demanda Si se quiere oponer la madre a la mujer, digamos primero que la madre es el Otro de la demanda y la mujer es el Otro del deseo, al cual no se demanda nada se lo somete, se lo explota, se lo pone a trabajar para explotar su trabajo, se lo censura, se lo silencia, se lo ata, y encima se habla mal de él Por cierto, a veces se habla bien de ella, se la celebra y se la enaltece, pero no será que esto ocurre cuando la sombra de la madre cae sobre ella El amor cortés, que es la figura en la que más se exalta a la mujer y su falta, supone precisamente que a la mujer no se la toca Eso permite entonces pensar que allí la sombra de la madre cae sobre ella, por lo cual Freud imputa a la mujer el gozar del sufrimiento

HACERSE SUFRIR

No lleguemos a ese punto, pero hay que dar cuenta de los fantasmas típicos confesados conmúnmente por mujeres, a saber, que para alcanzar el goce se representan a sí mismas como objeto de la persecución masculina, golpeadas, reducidas a la degradación, como si esa fuese la condición que se les impone para sentirse auténticas mujeres A menudo ese hacerse sufrir toma además caminos indirectos, por ejemplo bajo la forma del imperativo de ser bellas, que a menudo sólo es la máscara del masoquismo estetizado

DE UN LADO EL TENER, DEL OTRO LA FALTA

De esto resulta una comedia dell arte con personajes bien contrastantes Por un lado la madre cubierta de niños, por el otro la mujer cubierta de cadenas La madre cubierta de elogios, la mujer cubierta de escupitajos Aquí la potencia y la riqueza, allá la servidumbre y la indigencia De un lado el tener, del otro, la falta

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