Texto publicado por Ricardo

LA ANTIGUA GRANDEZA DE BABILONIA

LA ANTIGUA GRANDEZA DE BABILONIA
Por Sergio Fuster

"Babilonia, la flor de los reinos,
prez y orgullo de Caldea,
será semejante a Sodoma y Gomorra,
destruidas por Dios.
No será habitada jamás ni poblada
En generaciones y generaciones.
Ni pondrá tienda el árabe,
Ni pastores apacentarán allí.
(...)Su hora está por llegar
y sus días no tendrán prórroga.
(Isaías XIII: 19-22, Nueva Biblia de Jerusalén))

La inventiva y la imaginería simbólica que inspiraron los ecos
de la metrópolis de Babilonia como centro cultural y estandarte
político del Antiguo Oriente durante el primer milenio antes de
Cristo, dieron lugar a interpretaciones típicas y metafísica que el
universo del mito y de los estudios religiosos posteriores han
abordado con bastante riqueza (1).
La razón parece clara: cuando actualmente se visitan sus paupérrimas
ruinas compuestas de algunos montículos, parece increíble que
hubiese sido la esplendorosa Reina del Oriente. Los turistas quedan
decepcionados; ya que ofrece una visión lamentable comparada con las
pirámides de Gizeh, la ciudadela de Petra en Jordania o con los
palacios de Persia (2). No podemos menos que recordar las palabras
del oráculo de Isaías supracitadas.
Para la fe de muchos, la profecía se cumplió en forma indefectible.
Para otros, es solo un complejo arqueológico más, que como tantos,
cayo en el olvido. Sin embargo, hay un hecho incuestionable: de no
ser por la Biblia o por las referencias de los historiadores
clásicos, raramente el ojo profano hubiera imaginado que bajo arenas
tan calladas descansa la que fue "flor de los reinos y orgullo de
caldea". Sea por la mano de Dios o por las vicisitudes de la
historia ¡Poco o nada ha quedado de ella! (3).
En el presente trabajo, intentaremos a partir de una descripción
empírica, emprender un recorrido existencial y profético que tendrá
por objetivo desenterrar su enigmático pasado. Arrojaremos alguna
luz sobre las exploraciones de la hermenéutica testamentaria que
esta en constante progreso, y penetraremos en el mundo del símbolo y
la profecía, donde se desprende su verdadera riqueza; urbe que tanta
perplejidad y fascinación causara a los viajeros de Asia Menor y al
movimiento apocalíptico de las sectas judías y cristianas.
DESCRIPCIÓN
En la llanura mesopotámica, conocida en el mundo antiguo como "El
Sinar" o "el país de los dos ríos", entre los caudalosos e
impredecibles ríos Hidiequel (Tigris) y Éufrates (dentro de lo que
hoy son los límites de Irak), se levantaba en el llano la
incomparable y monumental urbe de Babilonia. Su nombre, según las
inscripciones caldeas, era Bab-ilu, que significa "Puerta de Dios";
en griego se la conocía como Bab-ilu-on o Babilonia como la llamamos
hoy (4). Sus restos se encuentran a unos 80 Km de la actual Bagdad;
en una inmensa planta que ocupa una amplia superficie triangular
(5).
Por muchos siglos los beduinos desconocieron el lugar exacto donde
se hallaban sus ruinas. Frecuentemente era confundido con el sitio
de Duk-Kurigalsu, donde sobresale un empinado zigurat, que
obviamente era relacionado con la bíblica "Torre de Babel"(6).
Recién para 1889, el investigador Robert Koldewey de Sociedad
Oriental Alemana, excavó el lugar. Los trabajos de campo continuaron
hasta 1917, sacando a la luz gran parte de los cimientos de las
murallas exteriores dando una fisonomía mas o menos visible a la
planta completa (7).
Gracias a los trabajos realizados hasta el presente(en la actualidad
las excavaciones son dirigidas por la Dirección de Antigüedades
Iraquí, donde se lleva a cavo tareas principalmente de
restauración), en parte interrumpidos por las frecuentes guerras que
se pelean en la región, sabemos según la información que nos da la
arqueología cuanto de verdad y cuanto de leyenda había en los
testimonios recogidos por los griegos.
Sin duda era una ciudad impresionante para las poblaciones que
habitualmente se conocían en el oriente en el período dinástico
antiguo y reciente (cubría una superficie de 850 hectáreas a
diferencia de Ur, emplazamiento importante de solo 55 hectáreas
(8)). Las excavaciones han desenterrado dos filas de murallas: la
primera o exterior de 6,5 metros de espesor, y la segunda o interior
de 3,5 metros. Según Herodoto, todas los muros que circundaban el
inmenso predio estaban apuntados con atalayas defensivas que
protegían las veinticinco puertas de acceso (9). No obstante, los
estudios arquitectónicos actuales muestran que en realidad constaba
de siete entradas de las cuales solo cuatro han sido excavadas. Cada
acceso llevaba el nombre de una divinidad, como Semiramis o
Nicrotis. La de Isthar era una de las más famosas por la
magnificencia de su decoración (cuya reproducción a escala se
encontraba en el Museo del Estado en Berlín), siendo de cerámica
vidriada en la que se representa a ciento cincuenta dragones y toros
dispuestos en fila de rigurosa lateralidad (10).
La ciudad se levantaba a ambos lados del río Eufrates, unida con un
puente para recibir a las naves mercantes que venían desde Ur, que
en la antigüedad era una cuidad costera y único centro comercial
terrestre y marítimo desde el océano Indico. Al estar sobre aguas,
los ingenieros se las arreglaron para desviar los violentos
torrentes, para que, por medio de sofisticados sistemas de canales
circundaran toda la cuidad llevando el agua hasta su interior, como
si fuera un castillo medieval.
Para el reinado de Nabucodonosor II, a mediados del primer milenio
antes de Cristo (Imperio Neobabilonico), se amplió los sistemas de
murallas defensivas hasta abarcar los barrios aledaños (11). Este
monarca que llevó a la gran cuidad hasta la fama internacional,
construyó los famosos jardines colgantes, que llegaron a ser una de
las siete maravillas del mundo. La exuberante vegetación adornaba a
ambos lados la avenida procesional, siendo un verdadero "jardín de
Edén" en medio de un páramo. Esta arteria principal actualmente fue
despejada por los arqueólogos que termina en el templo de Marduk
(Aibur Shabu "El enemigo nunca pasará"), conocida como la zona
sagrada(12).
Durante su gobierno también se erigió una ciudadela sureña que se
utilizó como palacio real. Una fortificación occidental exterior
seguido de cinco patios, simbolizaba el sistema planetario conocido.
El esplendor de tal construcción fue tal que el mismo rey lo llamó
"La maravilla de la humanidad, el centro de la tierra, la residencia
brillante, la morada de la majestad"(13). En las inscripciones de
ese período, Babilonia proclama sus tradiciones de libertad y
cosmopolitismo. Según la creencia, allí fue el terrible banquete de
Belsasar del que luego hablaremos (segundo al reino de Nabonido, y
último de la dinastía neobabilonica), la residencia de algunos reyes
de Persia y la fulminante muerte de Alejandro Magno.
El interior, estaba lleno de casas de tres o cuatro pisos con
puertas de bronce y sus templos tenía imágenes de oro puro. Se dice
que durante su período de esplendor, había en el interior de la
ciudad 53 templos dedicados a los dioses principales; 55 capillas a
Marduk; 300 capillas a deidades terrestres; 6000 a deidades
celestes; 180 altares a Isthar; 180 a Nergal y Adad y 12 a
diferentes dioses menores. Sumamos entonces a su fama, que fue
conocida también como el principal centro religioso del mundo(14).

La arqueología cree identificar la torre de Babel
La mayoría de las culturas antiguas pensaban que su lengua era la
de los dioses, así cobraba un efecto tremendo el dominio de la
palabra. Babilonia era el lugar propicio para gestar tradiciones
parecidas a las bíblicas. Era como un "nicho" o lugar de encuentro
entre pueblos, etnias y experiencias distintas ¿qué mejor lugar que
este para imaginar el nacimiento de las lenguas?
A diferencia de las capitales asirias, que estaban enfrascadas en
conducir las labores del imperio y llevar adelante la tarea de
unificación, Babilonia era una especie de crisol donde este fenómeno
cosmopolita de daba en forma natural. Reuniendo un buen número de
tribus sobre todo caldeas, pero combinadas con refugiados políticos,
mercaderes, artistas y exiliados procedentes de todas partes del
mundo, egipcios, fenicios, árabes e iranios (15).
Encontramos un mito parecido al del Génesis en el siguiente ejemplo.
Como toda de ciudad en Mesopotamia, estaba construida alrededor de
un ziqurat o torre templo. Hoy se duda si realmente eran edificios
dedicados a alguna divinidad o eran tumbas reales, lo que sí se sabe
es que funcionaban como observatorios astrales (16). También en el
sitio de Babilonia se han encontrado restos de una de estas torres
que las inscripciones han llamado Etemenenanki (caldeo "Casa del
fundamento del cielo y la tierra) (17).
Las tablillas desenterradas por la expedición alemana traducen la
escritura que hemos reproducido en parte:
"Elevé la cúspide de Etemenenanki de la torre escalera de modo que
su cúspide rivalice con los cielos(fragmento incompleto) su cima
llegará a los cielos"
"La construcción (fragmento incompleto) ofendió a los dioses. En una
noche derribaron lo que se había construido, los esparcieron e
hicieron extraña su habla, impidieron su progreso"
Las similitudes con el relato bíblico son asombrosas. Esto confirma
que la saga etiológica del Génesis era una idea que estaba en boga
por todo el mundo antiguo acerca del origen y fundación de
Babilonia(18).

FUNDAMENTOS SAGRADOS
Su repercusión en el símbolo y en el mito
Como todo sitio sagrado, fue construido sobre fundamentos
hierofánicos. Según el mapamundi caldeo primitivo (c.700 a. J. C.),
Babilonia estaba situada justo en el centro del universo; y este
rodeado de aguas caóticas (19). Herodoto hace el siguiente
comentario sobre la cosmogonía caldea: "Representan al océano
abrazando con su curso la tierra, que sería totalmente redonda como
si estuviera hecha en el torno"(20).
El simbolismo de centro que encierra este emplazamiento antiguo,
también suele evidenciarse por otra versión de la etimología del
nombre "Puerta de Dios", ya que puede traducirse "Puerta de Apsú";
designación de las aguas antes de la creación (21). Babilonia, tenia
una red de canales que emanaban de una gran cantidad de agua al
interior de la metrópolis en caso de sitio. Pero también estas aguas
encausadas provenientes de un río caudaloso y caótico, daba una
doble simbología: las aguas de afuera eran Apsú, el desorden
creacional cual serpiente enroscada rodeaba y amenazaba el predio;
las aguas interiores eran el orden y significaban la vida. Lo
interior a las puertas de todo el complejo amurallado era lo sagrado
en contraposición con lo profano: el mundo ignoto de afuera, donde
residían los monstruos y los demonios infernales(22).
En otras palabras, las ciudades mesopotámicas, al mejor estilo
dantesco, eran el punto eje simbólico de unión entre el cielo, la
tierra y el submundo, plasmado en la construcción del ziqurat,
característico de cada ciudad que por lo general tenía siete
terrazas representando los cuerpos celestes conocidos (que también
corresponden con sus puertas en el símbolo numérico) coronados por
una capilla. Según las indicaciones de Khorsabad, cada terraza
estaría pintada de distintos colores para representar así la
evolución espiritual, cual árbol cabalístico, que va desde a tierra
al cielo. Comenzando desde abajo hacia arriba, blanco, negro,
púrpura, azul lapizlásuli, plata y oro(23). Algunos arqueólogos
piensan que el techo de la misma también era de color azul celeste
representando el océano primordial, una parte del cuerpo de Tiamat.
De esta manera el ziqurat seria un vértice simbólico de unión entre
las aguas de arriba y las aguas de abajo.

La fundación mítica de Babilonia según los caldeos:
Según el mito caldeo, Marduk el dios tutelar, activo o demiurgo, fue
él mismo quien fundó la ciudad. La tableta V del poema de Enuma Elis
(II Milenio a. C.) nos dice:
"Marduk entonces, tomo la palabra para decir una palabra a los
dioses, sus padres: "Sobre el Apsu, donde habitáis(...) lo que he
construido abajo, he reforzado el suelo para un emplazamiento,
quiero construir una casa, será una morada exuberante. Quiero fundar
alli dentro su templo, establecer celdas, fijar su soberanía. (...)
La llamare "Babilonia" las casa de los grandes dioses. La edificare
con la habilidad de los artesanos"
Son muy interesantes las diferencias pero también las analogías con
la explicación que da el Génesis sobre su fundación (24).
La tabla de las naciones y el enigma del primer rey del mundo según
las escrituras hebreas
Si bien durante este último siglo XX se han recuperado un sinnúmero
de materiales documentarios, políticos y religiosos del mundo
antiguo, ninguna fuente es comparable a la Biblia. Es el único
registro que nos da un relato ininterrumpido de los acontecimientos
del mundo antiguo hasta períodos históricos (asiriobabilónicos)
(25). Por supuesto, es de esperar que tal fuente no dejaría sin
mencionar como fue la fundación de la ciudad de Babilonia, cuidad de
la que Israel guardara tristes memorias de ostracismo. Obviamente
existe un gran material propagandístico y fue conservado dentro de
una mentalidad mítica y monoteísta. Pero hasta el momento, él
capitulo X de Génesis, o la "tabla de las naciones", como se la
suele llamar, es un instrumento útil para el historiador y eje de
partida para muchas de las explicaciones modernas acerca de los
orígenes históricos de los pueblos; ya que recoge valiosas
narraciones orales.
Según la tradición hebrea, después del pecado original de los
primeros padres de la humanidad, Adán y Eva, Dios Yahvé habló de una
rivalidad entre dos descendencias: la de la mujer y la de la
serpiente; una prevalecería sobre otra. Le dijo Dios a la serpiente:
"Enemistad pondré entre ti(la serpiente) y entre la mujer, entre tu
descendencia y la de ella, él te pisará la cabeza(la descendencia de
la mujer) y tu le morderás el talón"(Génesis 3: 15).
Este versículo a sido fuente de fuertes debates. Mediante registros
genealógicos extensos siempre se puso de relieve esa enemistad. En
los tiempos antediluvianos, cuando Caín asesina a su hermano Abel,
como castigo es desterrado al oriente, a la tierra de Nod (el
fugitivo)donde erige la primera ciudad Enoc. Desde el punto de vista
de un observador que estaba en Jerusalén, su oriente correspondía a
mesopotamia, más precisamente a Babilonia; símbolo de destierro para
el israelita. Construir una ciudad era sinónimo de estar alejado de
Dios e ir en contra de su propósito original de poblar el mundo,
"Creced y multiplicaos"(Génesis 1: 28). Por ello muchos exégetas
sostienen que las tradiciones del Génesis empezaron a tomar cuerpo
definitivo durante el exilio israelita. Mas adelante veremos otras
concordancias sobre este interesante punto(26).
La descendencia de Caín, terminó sus días en el diluvio universal
sobreviviendo solo la de Set, en reemplazo del extinto Abel, en la
persona de Noé y su familia. Al salir del arca, Yahvé nuevamente les
ordenó esparcirse por el mundo y poblarlo. Sin embargo, hubo un
hombre inicuo, bisnieto de Noé, el llamado Nemrod, que quiso ir en
desafío a Dios.
Este quiso ser un Dios en la tierra, se hizo cazador, no solo de
animales, sino también de hombres, violando así el pacto del Arco
Iris(27). Nemrod quiso ser el salvador de la humanidad. Por lo
tanto, en caso de un segundo diluvio tubo la idea de construir una
torre tan alta que rivalizara con los cielos(28).
Según Osorio de Tarragona(Siglo V), tomando fuentes judías
tanaíticas, describe la torre como de cinco y media milla de alto,
diez millas de circunferencia, además de cien puertas de bronce que
circundaban sus 480 pisos. Es evidente que semejante dato es una
clara exageración, pero nos muestra que para la época cristiana
medieval este relato era fundamento de interpretaciones místicas
como después vamos a ver(29).
Yahvé encolerizado por la obra irreverente humana confunde el
lenguaje y esparce a la humanidad dejando prácticamente sin
habitantes y a medio construir aquella obra, símbolo del orgullo
humano(Génesis X: 10). Los hebreos (único idioma original)conocieron
este lugar como "Balal" que significa confundir, mezclar,
remover(30), siguiendo la creencia de que allí, centro del culto
pagano de la descendencia de la serpiente, fue el foco de dispersión
de las principales religiones del mundo antiguo.
La Hipótesis de Hislop sobre el origen del politeísmo
A fines del siglo XIX y principios del XX, el interés por el
origen de la religión y su desarrollo, ocupó por bastante tiempo a
los antropólogos que desarrollaron en algunos casos las más
aventuradas hipótesis; hoy abandonadas por las ciencias de la
religión, en pro de un abordaje más comprensivo.
Los estudios bíblicos reaccionarios, ante tanta invasión de
información que amenazaba con derribar siglos de tradición
teológica, no se quedaron atrás. Presentaron su propia teoría del
origen del politeísmo pagano a partir del relato bíblico de la torre
de Babel y su legendario fundador "Nemrod".
En 1853 Alexander Hislop, reconocido historiador protestante, trató
de relacionar a la Iglesia Católica con la adoración pagana en su
clásica obra "Las dos Babilonias"(31). Allí trata de aplicar el
metodo historiografico a la saga etiológica del Génesis X y XI. Si
bien, hoy los conocimientos de mitología son mucho más prósperos que
en el siglo XIX y han demostrado ser sumamente más complejos y
enmarañados de lo que se creía, se sabe que una explicación del
origen de los mitos a partir de métodos historicistas es una tarea
sumamente compleja y llena de problemas insolubles. A pesar de ello,
Hislop desarrolla una trabajo investigativo filológico muy
interesante con un toque herético.
Según Hislop, estableciendo el apriorismo de la historicidad del
Génesis, que toda la civilización nace, se desarrolla y esparce en
Babel; explica que Nemrod fue muerto de una manera violenta, quizás
despedazado, como Osiris(32). La crisis que ocasionó tan terrible
perdida para el mundo antiguo hizo que su madre Semiramis
(simbolizada con una paloma con las alas extendidas, motivo que
figura en muchas mitologías orientales(33))lo deificara esparciendo
la idea que era parte de la constelación de Orión (El Cazador), él
equivale de la constelación Kisil (traducido como "insensato,
estúpido", de los textos hebreos)(34).
En la tierra, se lo adoró bajo el símbolo del leño caído. Semiramis
fue elevada a la categoría de la diosa Madre con el niño(Ninus) en
sus brazos, como Isis, y se creo la historia que Nemrod resucitaría
todos los 25 de Kislev (décimo mes), es decir, diciembre; como el
nacimiento de Horus. El ritual consistía en cortar un leño la noche
del 24 y el 25 decorarlo con entrañas y sangre de un animal
sacrificado, precursor del árbol de Navidad. Así nace la doctrina de
la trinidad y la celebración del cumpleaños de los dioses(35).
Nemrod sería adorado como Tamuz (de allí deriva la cruz que luego
adoptarían los cristianos, la tau fenicia) el lamentado, y
perduraría en Egipto como Osiris (la semilla). También como
Zoroastro (Zero-Asta,"Simiente de fuego") o como Marduk, cacofonía
de mardon (revelarse) (36).
De esta manera, se esparció el mito de Nemrod traducido con su
propia versión en cada cultura. Así Babel sería un complejo
idolátrico y el arquetipo en la profecía de la Iglesia Católica,
llama Babilonia la Grande; próxima a su destrucción inminente. No es
notable que esta hipótesis haya germinado en grupos milenaristas
protestantes, siendo parte de sus doctrinas mas aceptadas.
BREVARIO DE SU HISTORIA Y POSTERIOR CAIDA
Primer imperio babilonico
A mediados del tercer milenio antes de Cristo, en la región
mesopotámica se inició un período de decadencia, caracterizado por
guerras civiles y por las frecuentes incursiones del pueblo de
Mitani y los Hititas, al norte de Asiria.
Al principio del segundo milenio, la dinastía Ur III había llegado a
su fin. Mientras Mari y Ebla perdían importancia, surge un gran
legislador conocido en los textos como Hammurabi (sexto rey de la
dinastía casita Sumuabum). Este restableció la paz en el reino y
llevo a la ciudad de Babilonia a un plano de importancia
internacional; que durante el reinado anterior de Resín fue
eclipsada por Larsa (37).
Mas allá de las relaciones diplomáticas que estableció el monarca,
atestiguadas en las tablillas de Mari, lo que llevó a la fama a este
rey fue su sentido de la justicia. Un descubrimiento arqueológico de
una piedra de betilo de diorita con 282 artículos con sus decretos
de justicia, conocido como el código de Hammurabi, se hace eco de
ello. Muchas de sus leyes tienen sorprendentes correspondencias con
el código legal mosaico(38).
Pero aquello que parecía haber sido un gran avance social, fue una
de las razones que llevo al primer imperio a caer en el olvido. El
número de campesinos disminuyó de manera considerable al caer como
esclavos, los hombres libres se volcaron al trabajo rural y esto
debilitó él poder militar, dejando casi sin defensa a Babilonia de
los asedios de los pueblos circundantes.

El imperio Neobabilonico
Alrededor del año 600 a. C. Babilonia salió del olvido. Conoció
una nueva y próspera etapa bajo el reinado del mencionado
Nabucodonosor II, quien como sabemos llevó a la fama a la enigmática
ciudad.
Una de las hazañas de este monarca fue sitiar Jerusalén y destruir y
profanar el templo de Jehová, llevando a los habitantes de la
provincia de Judá al destierro por varias décadas y robando los
cálices sagrados.
Nabucodonosor II murió den 582 a. C., sus sucesores fueron
asesinados y Nabonido, plebeyo hijo de una sacerdotisa de Sin (dios
Luna), intentó con gran éxito conquistar el trono mediante una
revuelta desposándose con una hija de Nabucodonosor. Luego él y su
hijo Belsasar como corregente gobernaron la cuidad, sin saber que su
futuro estaba marcado por la profecía para terminar de la peor
manera(39).
La coalición Persa, compuesta de medos y elamitas, amenazaban desde
el este con invadir la región, de hecho ya habían emprendido varias
incursiones al mando de Ciro. Nabonido dejando a su hijo Belsasar en
Babilonia se lanza en una batalla contra Persia y es derrotado
teniendo que refugiarse en Borsippa por varios años. Pero de algo
Nabonido y su hijo estaban seguros: Babilonia no sería tomada, había
sobrevivido por mas de 1000 años y no creían que hubiera ejército
capaz de invadirla; era formidablemente inexpugnable(40).

"¡Babilonia ha caído!" análisis de su repercusión profética
El oráculo del profeta hebreo Isaías, prorrumpió una declaración
formal contra Babilonia, que para su tiempo era una verdadera
amenaza al orden monárquico de Israel. Cuando Nabucodonosor subió al
poder y la supremacía caldea era evidente en el mundo del oriente
próximo, su principal objetivo fue invadir Egipto. La única ruta
terrestre posible era a través de los territorios de Israel y Judá.
Es decir que, el paso de las tropas caldeas era inminente por la
ciudad santa de Jerusalén, donde Yahvé se configuraba en el Dios
tutelar y el residente divino del templo.
Era de esperarse, que Isaías en una visión teocentrista de la
situación internacional dictara una profética aniquilación de
Babilonia y sus dioses. Lo que era claramente un conflicto político
fue interpretado como una lucha de divinidades.
Esto se hace evidente en las palabras que rayan en el estilo
apocalíptico de Isaias 13: 9:
"¡Miren! Viene el mismísimo día de Jehová"
Luego en el vss. 10 habla del sombrío futuro de los dioses caldeos:
"Porque las estrellas de los cielos y sus constelaciones de Kesil
(sus dioses astrales, entre ellos "el cazador" Orion) no despedirán
luz; el sol se oscurecerá al salir (Samash sería opacado por la
victoria de Yahvé), y la luna misma no hará brillar su luz (ahora le
toco el turno a Sin, el señor benéfico de la noche, cuya luz tenue
ayudaba a los viajeros)"
El capitulo 21 de mismo libro da su mensaje aterrador otra vez
contra Babilonia:
"La declaración formal contra el desierto del mar"
Esta expresión da cuenta de la descripción hacha más arriba. Era una
fortificación construida sobre un "mar" simbólico de aguas de río,
pero a la vez en el desierto del Sinar.
Luego agrega(vss. 8, 9):
"Pon un vigía(...)vio un carro de guerra con una pareja de
corceles(...) él empezó a decir -¡Ha caído! ¡Babilonia ha caído, y
todas las imágenes esculpidas de sus dioses él ha quebrado hasta la
tierra".
Esta profecía hecha por el profeta casi 200 años antes de su caída a
manos de los Medos y los Persas, se cumplió en forma indiscutible.
Mientras Nabonido estaba refugiado en Borsippa, Ciro el persa desvía
el canal del Eufrates y seca los fosos de la ciudad de Babilonia.
¿Acaso no había atalayas sobre las torres? ¿Cómo es que nadie lo
vio?
La respuesta es sencilla, Belsasar, en un acto político de confianza
en su tremenda fortaleza, organizó un banquete orgiástico para su
corte, que se extendió a los habitantes. Todos estaban de festejo.
Los guardias jamás imaginarían que esa noche de octubre de 539,
Babilonia caería de la manera más increíble, sin ofrecer la menor
resistencia(41).
Se establece una fecha eje
El 5 o 6 de octubre de 539 (en el calendario gregoriano y 11 de
octubre en el calendario juliano) o el 16 de Tisri (etamin) cae
Babilonia(42). Según la datación antigua, corresponde al decimosexto
día del mes lunar y el séptimo mes sagrado judío (Daniel 5: 30, 31;
9: 12). ¿Cómo se sabe esta fecha exacta?. Tenemos por un lado el
testimonio de Diodoro, Africano, Eusebio y Tolomeo, además de las
tablillas babilonicas quienes nos dan el dato del año; el día y el
mes lo señala la "Crónica de Nabonides"(43). Esta crónica, hallada
como parte de un conjunto de tablillas de arcilla y varios cilindros
con caracteres cuneiformes durante el siglo XIX fue revolucionaria
en la cronología antigua, porque da una fecha eje
incuestionable(44).
Reproducimos el contenido en parte:
"En el mes de Tashritu(Tisri(septiembre-octubre)), cuando Ciro atacó
al ejército de Akkad en Opis, junto al tigris(...)el día 14, Sippar
fue capturada sin combate. Nabonides huyo. El día 16 (11 de octubre
o 5 del corriente según distintos calendarios) Gobryas (Ugbaru), el
gobernador de Gutium y el ejército de Ciro entraron en Babilonia sin
batalla. Después Nabonides fue arrestado en Babilonia cuando
regresó(alli).(...) En el mes de Arahshamnu
(Marjesván(octubre-noviembre)), el día 3 (28 de octubre, calendario
juliano), Ciro entró en Babilonia, se extendieron ramitas verdes
ante él..."
Babilonia cayó sin combate y las Escrituras lo subrayan con energía
(45).

La escritura en la pared
El libro de Daniel en el capítulo 5, relata un suceso portentoso
que esa noche ocurrió durante el banquete de Belsasar. Una visión de
una mano, escribió un enigmático mensaje: "mene, mene, tekel y
parsin"(Daniel 5: 24, 25)(46).
Ningún mago ni hechicero pudo descifrar el significado de la
inscripción, solo el sabio Daniel. Las palabras arameas "mene, mene,
tekel y parsin", se leen literalmente "Una mina, una mina, un siclo
y medio siclo"(47). Son unidades de peso antiguo de relación
monetaria, en orden descendente según su valor. Su traducción y su
significado, según descifró Daniel, lee así:
Mene, mene: (Daniel 5: 26) "Dios ha numerado o contado los días de
tu reinado y los ha terminado o dividido". Mene en arameo significa
cuenta o número. Es decir, que los días llegaron a su fin. El hecho
que se mencione "mina" dos veces parece aludir a los dos
gobernadores: Nabonido y Belsasar (48).
Tekel: (Daniel 5: 27)Solo se escribe una vez en singular, lo que
indica que Belsasar es su destinatario. Tekel significa literalmente
siclo. Sus consonantes permiten leer "peso o pesado", como si Dios
hubiera pesado en una balanza su reino y lo ha considerado
deficiente.
Parsin: Peres (49) (medio siclo) del arameo peri-sath, ufa-ras, por
eso Daniel dijo que fue dividido. Esta expresión "peres", tiene
relación con el Hebreo que significa ruptura en Génesis 38: 24-30.
Para entonces, los ejércitos Persas estaban por las calles de
Babilonia, ya que hallaron sus puertas abiertas, reduciendo a los
pocos guardias que probablemente estaban ebrios. El tamaño de la
ciudad jugó un papel en contra, ya que cualquier correo hubiera
tardado demasiado tiempo hasta el palacio y Belsasar seguramente
recibió la noticia cuando ya era demasiado tarde. Según nos cuenta
Eusebio Pánfilo y Josefo, cuando amaneció, los guardias que todavía
no se habían percatado del hecho, entregaron lo que quedaba de la
cuidad sin ofrecer resistencia. De esta manera Babilonia cayo en una
sola noche.
Cirio tardó diecisiete días en entrar triunfante a Babilonia. Nos
cuenta Jenofonte, que Ciro envió a través de las calles a su
caballería, para que derribaran a espada a todos los que se hallaban
fuera de sus casas(50). Las similitudes con el relato de la primera
pascua del éxodo son sorprendentes, tanto como las que se entablaron
entre Ciro y Moisés.
Decadencia y desolación
Después de su derrota humillante, Babilonia nunca más volvió a ser
el orgullo de caldea. Sin embargo, intento salir de sus cenizas. Dos
veces se reveló contra Dario I (Histaspes). En el segundo asedio fue
arrasada para luego ser parcialmente restaurada. No repuesta aún,
durante el reinado de Jerges I (c. 480 a. J. C.) terminó siendo
saqueada.
Su destino parecía estar atado a la profecía. Según los testimonios
de Arriano, Alejandro Magno gestó el proyecto faraónico de restaurar
su belleza y esplendor y hacerla capital de todo su nuevo imperio.
Para ello, calculó que necesitarían diez mil hombres durante más de
dos meses, tan solo para remover los escombros. Después que el
proyecto parecía que ser una realidad, Alejandro muere de manera
rápida y misteriosa. Todo intento quedó en el olvido(51).
Nicator, conquista la cuidad en 312 a. C. y desmantela gran parte de
sus construcciones a fin de edificar Seleucia. No obstante su
decadencia, Babilonia estaba todavía habitada para el siglo I.
Pedro, el apóstol cristiano, posiblemente escribió su epístola desde
allí. Y como sabemos en dicha cuidad existía una comunidad Judía
importante, donde se produjo uno de los Talmudes. Sin embargo, para
esta época la mayoría de la población había emigrado a la mencionada
Seleucia y todos sus Ziqurat habían caído en el más triste
abandono(52).
Ya para el siglo V E. C. había dejado de existir, solo quedaron
montones de ruinas (Jeremías 51: 37), dando la impresión de estar
absolutamente desolada.

BABILONIA EN LA INTERPRETACIÓN APOCALIPTICA
Para la mentalidad judeocristiana, Babilonia siempre será símbolo
de idolatría y de exilio. Sus gobernantes, desde el legendario
Nemrod hasta el Rey Nabucodonosor II, fueron arquetipos de oposición
a Dios; y en consecuencia, simbolizados como bestias(53).
Para la era cristiana, en el Apocalipsis de Juan, se la describe
como emblema de la corrupción, representándola como una mujer, la
gran ramera, que practicaba prostitución religiosa con los reyes de
la tierra; el apóstol la llama "Babilonia la Grande".
Juan, utilizando el suceso histórico de su singular caída, plantea
un paralelo que algunos lo interpretaron como una crítica
condenatoria hacia Roma, como antitipo de Babilonia, fue señal de
esperanza para los cristianos perseguidos de su tiempo; como que su
inminente caída sería en breve trayendo liberación y dejando lugar
al justo Reino de Dios.
Como la "caída" de Roma no fue tan inminente ni tan notable, grupos
apocalípticos fundamentalistas en la reforma conocida en el siglo
XIX, aplicaron las profecías a la Iglesia, y al régimen papal como
herederos de ese imperio, predicando su próxima desaparición.
Pero más allá de estas interpretaciones subjetivas, la cuidad de
Babilonia y su inminente destino, dejo una impresión tal a los
viajeros griegos y a los exiliados judíos, de admiración y de odio,
que sin duda sus especulaciónes místicas fueron aquellas que la
inmortalizaron.
Porque para la mentalidad mítica, todo suceso era atribuido a los
caprichos divinos. Para Ciro fueron sus dioses los que
prevalecieron, el señor del fuego sobre Marduk y su séquito, para el
hebreo fue la venganza de Yahvé contra el caldeo por profanar su
santuario y sus vasos sagrados. Para el ojo empírico del historiador
fueron causas políticas verificables por la prueba documentaria.
Lo antedicho plantea la eterna dicotomía. Creamos en la
infalibilidad de la profecía bíblica o no, los hechos son
incuestionables: Babilonia quedó completamente desolada, enterrada
en el más triste olvido, tal cual lo profirieron los oráculos. Como
las condenadas ciudades de Sodoma y Gomorra. Nunca más se supo más
de ella ni se sabrá. Pero sus ecos quedaron vivos en la mística y la
profecía.
Estos detalles enigmáticos siempre dejarán encendida la llama de la
duda, La razón esta a la vista, es que Babilonia, la Gran cuidad,
señora y reina del oriente, se ha guardado los más buscados secretos
en su silenciosa sepultura.