Texto publicado por Jaime Nelson Arboleda Barrera

Un sistema para ver el color con las manos.

Un sistema para ver el color con las manos

Una colombiana patentó un código para que personas ciegas sientan el
color. Totto es la primera empresa de consumo masivo que lo implementa
en sus productos.
Por: MARIA ALEJANDRA MEDINA C.

...después de haber perdido la visión a causa de la diabetes. Pensó en
una forma para que doña Carmen de Monroy pudiera identificar las
fichas por sus colores amarillo, azul, rojo y verde, pero a través del
tacto. Hoy la idea se ha constituido en el código Constanz, un sistema
patentado para que las personas con discapacidad visual puedan sentir
los colores.

El Constanz está inspirado en los elementos de la naturaleza: el
amarillo se identifica con una línea recta en relieve, por la manera
como los rayos del sol golpean directamente a la tierra. El azul es
una línea ondulada y representa el fluir del agua. El rojo tiene forma
de zigzag, porque el fuego se mueve de forma irregular, y el blanco y
el negro son, respectivamente, un aro y un punto. A partir de ahí,
juntando las figuras, todas en relieve, se pueden formar los colores
del círculo cromático.

El sistema Braille, inventado por Louis Braille en Francia en el siglo
XIX, es la forma como las personas con discapacidad visual pueden leer
los números y las letras en cualquier idioma. Pero hasta 2004, cuando
Bonilla hizo público su código en Barcelona, España, las personas
ciegas no tenían cómo saber el color de las cosas. El reto del
sistema, pero a la vez la clave de su carácter universal, era volver
algo abstracto, como el color, en algo palpable.

La artista presentó la idea rompiendo con la regla de oro de todos los
museos y las galerías de arte: ver y no tocar. Su exposición en
España, donde vivió hasta hace tres años, fue la primera muestra de
pintura para personas con discapacidad visual, en la que lo principal
era el tacto, incluso para personas con el sentido de la vista que
quisieran participar vendándose los ojos.

“Después encontré que tenía una aplicación importante a nivel
industrial, al ver la necesidad de las personas ciegas, por ejemplo, a
la hora de encontrar su ropa. Por eso hemos diseñado marcas en fomi:
cortamos los códigos en fomi para que las pongan en los ganchos o en
los cajones y así clasificarla por colores y tener independencia”,
cuenta Bonilla.

En Colombia se constituyó como la Fundación Constanz, que fabrica de
forma artesanal ese tipo de implementos. Otro lugar donde es posible
encontrar artículos accesibles para personas con esa discapacidad es
la tienda del Instituto Nacional para Ciegos (Inci), en la que se
puede adquirir desde termómetros sonoros hasta juegos basados en el
tacto y el olfato. Pero a nivel industrial, la única empresa de
artículos de consumo masivo que hasta el momento ha adoptado una
tecnología como el código Constanz es Totto.

Este fabricante de maletas sacó al mercado hace cerca de un mes 600
unidades del primer morral inspirado en personas con discapacidad
visual: tiene compartimientos para la pizarra y los punzones con que
se escribe en Braille, una funda para el bastón, bolsillos de
distintos colores identificados con Constanz y un localizador que
permite a la persona ciega encontrar su maleta silbando sobre un
llavero que pita, entre otras características.

La idea de la compañía, según Carolina Uribe, directora de mercadeo de
Totto, fue crear un maletín que cualquiera pueda usar, incluso una
persona ciega. “Cometemos el error de pensar un producto para
separarlos del resto de la población, pero se trata de pensar en un
producto para todos que puedan usar ellos también”. Por eso, Sandra
Castro, coordinadora de mercadeo del Inci, pone como ejemplo los
teclados de un computador: no es necesario que haya teclados
exclusivos para ciegos, sólo basta con que traigan marcadas las letras
“J” y “F” y el número 5, cuando el número 1 está en la parte inferior.
“Que los artículos inclusivos no sean exclusivos”, dice.

El trabajo de la Fundación Constanz, conformada por el hijo de
Bonilla, David Pedrol, y sus dos tías, Helena y Luz Ángela Bonilla,
precisamente ha sido tratar de integrar a niños con discapacidad y
niños que tienen sentido de la vista en talleres, sobre todo en
instituciones públicas, para despertar “el interés por las otras
personas. Este interés es importante estimularlo desde los colegios,
práctica que debe ser recíproca”, según Bonilla. Pero, ¿qué proyección
podría tener este sistema?

Carlos Parra, director del Inci, duda que algún día se vuelva tan
universal como el Braille, quizá porque no todas las personas ciegas
pueden verle una utilidad. “Cuando hicimos el evento de lanzamiento
del morral, los ciegos de nacimiento decían: “¿Y a mí qué me interesa
que sea rojo o azul?”, se despreocupan del color. Pero a mí, que
alguna vez vi, sí me interesa”, cuenta Parra. Por demás, cree que una
funcionalidad del Constanz, como ayudar a identificar la ropa, es útil
para todos. “Estamos inmersos en una sociedad y uno tiene que ir bien
presentado, indistintamente de que sea ciego. Pero creo que falta
expandir la idea y que la gente se apropie del Constanz”.

Por lo pronto, el trabajo de Bonilla, quien estuvo nominada a los
premios innovadores de América 2014, ha llegado a países como
Argentina y España. A través de su página web asesora y distribuye el
curso de aprendizaje del sistema, con material teórico y didáctico,
partiendo de la teoría del color y los principios de la geometría para
que los niños con discapacidad visual puedan pintar y hasta aplicar
los códigos de color en disciplinas como la geografía.

En Colombia hay cerca de 1,14 millones de personas ciegas y cerca de 5
millones con baja visión irreversible. Desde el Gobierno se han hecho
esfuerzos para la inclusión con instituciones asesoras como el Inci y
programas del Ministerio de Tecnologías de la Información y la
Comunicaciones, como las funciones de cine con audiodescripciones.
Pero según Parra, aún falta mucho por hacer desde la empresa privada,
sobre todo en inclusión laboral. “Puede que la gente tenga estudios,
pero si no tiene trabajo, ¿qué? Falta mucho por mejorar, pero es que
los cambios en la sociedad son paulatinos”.

Fuente:
http://www.elespectador.com/noticias/economia/un-sistema-ver-el-color-ma...