Texto publicado por Rody Armando Mora

Osteoporosis: el falso mito de los beneficios de tomar lácteos

¿Es usted de los que, por miedo a la osteoporosis, compra yogures y leche enriquecida con calcio? No quiero asustarle; simplemente que sepa que es más que probable que esté tirando el dinero. Y también equivocando el tiro a la hora de actuar contra esta enfermedad.

La osteoporosis es una enfermedad -de gran prevalencia en los países occidentales- que convierte los huesos en algo parecido a la piedra pómez: porosos, delgados y frágiles, que resisten mal los golpes y se rompen con facilidad.

El falso mito de los beneficios de tomar lácteos
La carrera desenfrenada en el consumo de lácteos a la que se ha lanzado la población en los países occidentales es uno de los ejemplos más claros de éxito de la publicidad. Y también de éxito de los lobbies de la industria de alimentación, que han conseguido que las autoridades sanitarias hagan suyos sus objetivos de que toda la población, a cualquier edad, tome más leche y derivados lácteos que un ternero lactante… Y así han conseguido que atiborremos a productos lácteos a nuestros hijos y que nos sigamos atiborrando de ellos a lo largo de toda nuestra vida.

Los fabricantes hacen yogures que lanzan con campañas apropiadas para cada edad. Para los pequeños, enriquecidos con el doble o el triple de calcio y hierro “para crecer” y “para rendir” en el colegio. Para las mujeres menopáusicas o premenopáusicas, yogures también extra-enriquecidos con calcio “para mantener la densidad ósea”. Y así, hay un yogur para cada perfil de consumidor.

La salud es un gran reclamo, y mucha gente paga gustosa su dinero (sería más preciso decir que lo despilfarra), creyendo esas promesas y acallando con ello su conciencia (es mucho más fácil que un niño se tome un lácteo en dos segundos, en un botecito con forma infantil y hasta con un regalito por la compra de varios, que dedicar tiempo a enseñarle a alimentarse bien).

Una reflexión: ¿se ha parado a pensar en la enorme cantidad de espacio que ocupan los lácteos en los supermercados? ¿Y no le parece que si los lácteos industriales fueran la garantía de una buena salud ósea, con todo lo que se consumen, no debería haber desaparecido ya la plaga de osteoporosis (y sin embargo va en aumento)?

Por supuesto que el calcio es indispensable para los huesos, por lo que no debe faltarle. Pero es necesario entender bien que la solución a la epidemia de osteoporosis no está en el consumo desenfrenado de calcio y productos lácteos. Déjeme dar un salto atrás en la historia del hombre para que vea por qué.

La osteoporosis, una enfermedad “moderna”
Los restos óseos de los primeros hombres primitivos que han ido apareciendo (algunos en perfecto estado de conservación) han puesto de manifiesto un hecho llamativo: los antiguos cazadores-recolectores, nuestros antepasados, tenían una excelente salud ósea. Ni sufrían osteoporosis ni apenas fracturas sino que, por el contrario, tenían una robustez ósea propia de los atletas. Y es obvio que no se inflaban a yogures.

Sin embargo, después, a partir del Neolítico, ya empieza a haber signos de enfermedad ósea y osteoporosis y, desde ese momento, la humanidad ha asistido a una degradación progresiva de su salud ósea.

Y así hemos llegado al día de hoy, en el que 1 de cada 3 mujeres y 1 de cada 12 hombres de más de 50 años la sufren. La osteoporosis está detrás de miles de fracturas de hueso que se producen cada año. Las de muñeca, vértebras (sobre todo lumbares) y cadera son las más frecuentes y, de todas ellas, éstas últimas son las más graves. El 20% de quienes sufren una fractura de cadera fallecen en los seis meses siguientes, y el 50% arrastra una minusvalía el resto de su vida, muchos de ellos con necesidad de ayuda permanente para desplazarse.

¿Tirar la toalla y resignarse a la osteoporosis?
Las cifras dejan claro que la osteoporosis es una auténtica plaga de nuestra época, hasta el punto de que casi nos hemos acostumbrado a verla como algo inevitable. ¿Debe resignarse? ¡En absoluto! Y cuanto antes se ponga manos a la obra, mejor podrá garantizar la robustez de sus huesos durante muchos años.

Dado que el calcio es necesario para los huesos, deberá asegurarse de proporciónarselo a través de las fuentes adecuadas. Las verduras y el agua son buenas fuentes de calcio, por lo que una dieta rica en vegetales y en la que se incluya la suficiente cantidad de agua rica en bicarbonatos es un buen punto de partida para establecer un plan de acción para proteger la salud de sus huesos.