Texto publicado por Adriano Delgado

Para el "DÍA DEL IDIOMA"

Con motivo de ser el 23 de abril el "Día del Idioma", pego un texto de un artículo divulgado por un columnista en el Diario local "La Opinión"; espero que complementen los muchos significados:
Aunque los casi 500 millones de hispanohablantes utilizamos el mismo idioma, en ocasiones no es fácil entendernos, debido a los significados diferentes de muchas palabras en países y regiones. Por esto, una reunión con representantes de varios países de habla hispana se puede convertir en una verdadera Torre de Babel.

Así, si quieres exaltar a un cubano diciéndole que es un verraco, lejos de alagarlo lo ofendes pues le estás diciendo sonso, bobo, y si quieres agasajarlo no le ofrezcas un sancocho, pues esta es la comida para los cerdos en la Isla. Si un cubano te pide un salpicón no le lleves la deliciosa mezcla de frutas nuestra, pues él lo que desea es una salchicha o una morcilla.

Cuando el jefe trata de pendejos a quienes no hacen bien las cosas, el peruano lo entenderá como una alabanza, un hombre que se las sabe todas. Si el mesero es venezolano, cuando le pidamos una tizana nos traerá un salpicón y cuando nos invite a una vendimia debemos entender que es a un bazar. Desde luego, no le solicitemos que nos consiga una cuchara pues no sabemos cómo va a reaccionar.

Si el guía es mejicano debemos entender que cuando anuncie la llegada del camión se refiere al bus, si nos invita a caminar en bola no tenemos que quitarnos nada, sencillamente nos está diciendo que vayamos en grupo y si grita listos cabrones, no nos está irrespetando pues esta palabra no es grosería para ellos. Cuando el mejicano te pregunte dónde está el antro, indícale donde está la discoteca y si repite la palabra fresa quiere resaltar la lujosa marca de ropa que lleva. No le indagues por una chaqueta pues esto representa un acto de mucha intimidad.

Si eres tú quien diriges la excursión, cuando el ecuatoriano pregunte si puede llevar el flux no le digas que la presentación es informal pues él se refiere al termo. No te pases de atento preguntándole a las argentinas dónde las recoges, pues se van quejar por el trato irrespetuoso y ni se le ocurra decirles que como te gustan sus cachuchas. Si el argentino se queja porque que tuvo que gastar mucha nafta es porque tuvo que caminar mucho y si pregunta dónde queda el boliche es porque desea ir a la discoteca. Cuando anuncies que los músicos del conjunto ofrecerán un porro para animar la fiesta, los españoles probablemente creerán que van a repartir tacos de marihuana. Recuerda, además, que mientras para los colombianos capullo es un piropo, para los españoles es una ofensa (huevón).

Por esto, tal vez, el Hidalgo Don Quijote nunca se atrevió a decirle a Dulcinea del Toboso cuanto la quería. Prefirió ser cauto y morir sin que ella lo supiera.