Texto publicado por Puri Aguila González

El niño ciego

El niño ciego.

Oye mi niño, como suena el canto de los pájaros...
escucha el rumor de las voces que bullen a tu alrededor...
tu cabecita se reclina en el hombro de tu madre,
tus ojitos cerrados, huyen del sol, que todo lo inunda de luz,
que a tí, te ciega,y por eso... escondes tu carita,
y aturdido,te refugias en el infeliz cuerpo de tu mamá...

que tanto ha llorado, al saber que eres ciego. y que nunca verás las bellas
imágenes de este mundo. tu nacimiento ha sido una desgracia para tu familia,
que ignorante,no percibe tu maravillosa sensibilidad.

la gente al mirarte, dice: !pobrecito! y esa palabra maldita,
te acompañará siempre... siempre... pues a un enfermo,
se le oculta su triste situación, para que no sufra... pero a un niñito
ciego...
?qué más da¿ no se entera de nada, mas eso es lo que creen, pero esas
palabras de conmiseración,
penetran hasta el fondo del alma, y
quedan grabadas a fuego, las tristes palabras que salmodian, los
misericordiosos,que no tienen piedad de sí mismos,y compadecen al niño
ciego,y a sus padres,como si la ceguera fuera el mayor de los castigos...

Y quienes son más ignorantes, dicen: será que este niño, tiene que pagar
algún pecado de sus padres,o antepasados. y la mano de la justicia
divina,cayó sobre él.¡cuánta maledicencia, Dios mío! Perdónalos porque no
saben lo que dicen

Al margen de tanta maldad e incomprensión, aunque intuye cuanto le rodea, el
morvo y la falsa misericordia que se derrama sobre su persona.

el pobrecito, está sin jugar, muy quieto,o dando vueltas sobre sí mismo,
para no correr,pues tiene miedo,de tropezar,con algún obstáculo,y
lastimarse,y hacerse daño, y juega con su imaginación,creyendo que va en un
caballo, y su cuerpecito se valancea, adelante y atrás. y ese movimiento
concentrado,gasta sus energías,pero sin correr, sin saltar. todo se
desarrolla en su pequeño círculo, donde está, a salvo de peligros, y sigue
dando vueltas,y moviendo sus manos,en busca del juguete imaginario, que
produce un sonido agradable, y estimulante, que el niño ciego,comprende,y
asimila.

Pues el balón,y todo lo demás. no significa nada para él. ni los láppices de
colores,ni los cochecitos que van teledirigidos por control remoto. el ciego
solo abarca,lo que está en sus manitas. lo que percibe por sus oídos,como
una bella melodía, como un ruído estridente, que le asusta. y toca con
miedo, los peluches,que se le antojan animales, feos, que nada significan
para él. y así, pasa el tiempo,esperando que una mano amiga,le enseñe a
jugar, y descubrir los misterios insondables de la vida, que él no entiende,
pues vive en su mundo de sombras y sonidos,y ha de aprender a reconocer,los
objetos,y los instrumentos que están a su alcance, para desenvolverse en la
vida, entre tinieblas,pero viendo más allá de lo que muchos imaginan,y que
solo los ciegos, alcanzan a comprender, que están más lejos de la realidad,
en un mundo superior,y mágico, que dejan su huella para siempre...

Mas nada de eso es verdad, pues llegará el día,en que todos los sentidos,
suplirán al de la vista, y el niño ciego,se convertirá en un hombre de
provecho,y percibirá con mayor claridad, todo lo que le rodea, con los ojos
del alma, que le harán ver más allá de los límites de luz y oscuridad,donde
la visión no llega. y se alcanza la percepción de el bien y el mal. y su
capacidad de dar y recibir,será tan inmensa,que el mundo quedará
pequeño,para su poder de amar y dar a manos llenas,lo que hoy le niegan los
que nada entienden y no ven más allá de lo que sus pobres ojos físicos, les
dejan ver.Y el hombre ciego, curtido en las más árduas batallas. será un
infatigable luchador, que si no alcanza algo, no es por su desidia, si no,
por todo cuanto le niega, la sociedad,que se dice normal, y a los ciegos,
les llama discapacitados.

Mas, todos en alguna medida,somos discapacitados, los soberbios,
intolerantes, egoístas, dictadores. ¿a caso no son esas, las mayores
discapacidades de la humanidad?

Puri Aguila.