Texto publicado por Fer

A bordo de La Luz de la Luna, el mejor hotel de Monstruocity. Tercera parte

Al entrar en el casino, un negro me sorprendió, en su rostro había fuego, estaba caliente como una pipa, y me gritó.
-¡Joder! ¡Jugando a esas maquinitas del ortó perdí toda mi guita y ahora la voy a recuperar cagándote a tiros!
-Eh guacho, recatate, -le dije, -que yo no tengo la culpa de que hallas perdido, ¡no me jodas a mí!
-¡Me chupa un huevo y la mitad del otro! ¡Defendete que te voy a hacer mierda!
-Hey loco, pará un poco, estos son juegos y son cuestión de suerte, no te las agarres así con un pobre inocente que no tiene nada que ver...
-¡Cuestión de suerte va a ser tu vida o tu muerte! ¡Tomá esto! -gritó y me dio un cuchillazo que esquivé, pero no tenía armas para defenderme, así que me armé de valor y lo cagué a palos y patadas un rato, haciéndole caer de las manos el cuchillín (podría haber ido hasta la cocina de la 34 y haber agarrado un cuchillo para defenderme pero ya fue) y así, tirado en el piso, se lo clavé en la garganta, y le dije:
-Loco, te vas a calmar, vine acá porque tengo que ir a ver qué carajo le pasó a mi novia que andaba por acá y algún tarado no sé qué le hizo, ¿la mataste?
El pobre no podía dar más que gruñidos mientras la sangre ya estaba manchando tanto el cuchillo como su ropa, decidí tapar la sangre con lo que podía de ropa, al menos por ahora sigue vivo... si descubren que yo lo aculillé, Frannconi me saca a patadas de La Luz de la Luna y me tira al vacío.
-Loco, no te quería matar, pero rescátate un poco y calmate papá, no te mueras, ahora me tengo que ir a hacer algunas cosas acá al casino y luego te trato de curar o algo...
Con la cara un poco... rara a causa del combate (debería haberme traído la 9 mm de mi viejo y listo) estaba lleno de mesas, de póker, de la ruleta, máquinas tragamonedas... De repente, no lo había advertido, y casi oculta, había una puerta o teletransportador, como el del ala. No alcancé a darle un toque cuando casi me caigo de cabeza, ¡el suelo dio la impresión de deslizarse bajo mis pies o algo así! Y para mi... ¿horror? me encontré en un... Bug oculto, o algo así. ¡Tal vez acá la tienen atrapada a mi pobre Wendy!
La verdad, este bug era demasiado laberíntico, el camino seguía todo a mi derecha, pero de alguna manera más inclinada, por lo que tuve que pasar las paredes como pude, y además acá la oscuridad era casi absoluta, debería haberme traído la linterna de mi viejo...
Justo en el suelo encontré, agarré y guardé una calibre 38 que estaba tirada. ¡Será que algún hijo de su re mil computadora que lo requetecontra creó ya la mató a mi niña!
Seguí, con cierta preocupación avanzando, más o menos calibre en mano (a ver si algún operador de la nave anda ahí y me la descubre y me hecha a patadas en el mismísimo traste) y por fín, después de tanto buscar, entró un rayo de luz y encontré el tesoro de los mil tesoros... Wendy maniatada y dopada (de manera que no puede hablar) y un grupo de narcos, ¡hijos de su madre!
Tenían que ser mejicanos los hijos de la chingada, por cómo hablaban.
-Hey, cabrones, -les dije con mi mejor acento mexicano que con práctica sale de tal manera que puedo parecer un auténtico mexicano, -¿qué le quieren hacer a ella?
-Ve a chingar a tu madre,huevón, ya vino tu novio ¿eh? le dijeron a Wendy en tono de burla.
-¡Ríndanse! ¡Narcos del ortó!
-¡Dame esa calibre chingao! ¡Es mía! -me gritó uno.
-Tomen todos, -les dije amputándoles discretamente desde mi bolsillo, y en cuestión de pocos milisegundos los cagué a tiros, uno a uno, con mucho cuidado de no acertarle a mi pequeña. Me acerqué a ella, por suerte no le dio ninguna bala... la desaté, me costó un tiempo, pero finalmente quedó toda libre y viva, eso sí, estaba muy adormilada y creo que ni tenía idea de que estaba yo ni de donde estaba.
-¿Javier? -dijo, o trató de decir finalmente, en un hilo de vos.
-Amor, ya estás a salvo.
-¿Ya los mataste a esos narcos? -me dijo mirando los cadáveres en el piso.
-Sí, ¿cómo te secuestraron?
-No sé, estaba chusmeando y mirando una de las máquinas tragamonedas y de repente un boludo de esos me agarró y me tiró acá por una puerta secreta o algo así, no sé que era...
"Sí que no empezó muy bien tu estadía en el hotel "pensé...
-Sí, eso es un teletransportador o algo así, no sé cómo es ese mecanismo, después le quiero preguntar al director, en el ala hay otro así, yo fui hace un rato largo... Bueno, ¿vamos? Hace un toque me lo encontré a Fede, me dijo que te fuiste ak casino hacía media hora y no volvías más así que me ofrecí buscarte de paso, hoy no te encontré en el salón mundial...
-Yo tampoco, es que estaba lleno hasta las manos de gente.
-Bueno ¡rajemos de acá!
Con algún esfuerzo, recorrimos el laberíntico camino de regreso hasta la puerta de las mil máquinas (si hubiera podido ser ingeniero seguro me hubiera fabricado una de esas) y cuando volvimos al casino, nos encontramos al loco pelotudo de rodillas, haciéndome señes para que me acerque un momento, estaba llorando.
-Señor, perdóneme... Soy un pelotudo... ES que estaba re caliente porque había perdido mis 7042$ en una puta tragamonedas y me las agarré con usted como el pendejo que soy...
-Naa, no se preocupe papá, para todo hay una primera vez, mucho gusto, Javier de la Verga a sus órdenes.
Le di una mano rugosa y ardiente con sangre, seguramente de la que le hice brotar con mi cuchillada.
-El gusto es mío papá, perdóname por todo de vuelta...
-Amor, tenés algo para limpiarle un poco la sangre?
-Sí mi vida, aguántame un toque... ¿me esperan acá que voy a mi habitación a buscar la cartera?
-No, amigo, ¿cómo es tu nombre?
-Fernando.
-OK Fernando, ¿podés caminar y acompañarnos un poco? no me parece muy seguro que nos quedemos esperando acá, ya saben, algún chorro o algún narco nos caga la vida...
-Naa, no hay drama, vamos...
Los 3 nos encaminamos. Tratamos de ocultar la sangre del casi muerto, a ver si llamamos la atención a los operadores del hotel y empieza el interrogatorio.
-Chicos, entren a mi habitación un segundo. -dijo Wendy ya casi en la puerta de la habitación 15, y entramos.
Ahí estaba su madre, leyendo una novela.
¡Hola Javier! ¿Cómo anda todo? ¿Te gusta el hotel?
-Síi, ¡es genial y hermoso! Vine con mi viejo como te dije. Te presento a Fernando, un herido que sacamos del casino... (cabe aclarar que no quise decir nada de que yo por un momento de defensa fui el que lo acuchilló) y venimos porque quiero que nos den algo para ocultarle la sangre, mirá cómo se desangra, los guardias o alguien nos van a interrogar a alguno de nosotros y se arma la podrida...
-Tranqui mi amor, ahí vamos.
En cuestión de segundos, Wendy tenía en manos un cojunto de paños con alckohol, que se los colocó para parar el torrente de sangre (el pobre dio un grito de dolor o ardor) luego les puso a sus al rededores algunas cintas,
-Quedate con esto puesto, -le dijo Wendy, -es como una curita, es hasta que te dejes de desangrar, ¿sabés?
-Muchas gracias chicos... Bueno, me voy volviendo a mi habitación porque si no...
-OK amigo, ¡mucha suerte y que la pases genial en esta aventura! Aunque muy bien no la empezamos...
-Gracias, son gente muy buena y muy amable, todo lo contrario a lo que soy yo, te pido perdón otra vez Javier...
-Todo perdonado mi bro, yo también te pido perdón por defenderme.
-Era lo justo papá, era lo justo, si seré idiota...
-Pero ya está, ya pasó todo, ahora espero te me cures y sigas disfrutando de esta belleza.
Fernando salió y fue para quien sabe donde, quien sabe cual será su habitación. En el fondo, aunque sinceramente lo perdonaba y todo (podrían haberme hecho cosas peores) no me agradaba mucho tenerlo de compañía, imagínense un mendigo mal de la cabeza que ya no sabe qué carajo hacer de su vida y está todo hecho pelota, algo así era este pobre loco.
-Chicas, vengan conmigo, -les dije a Wendy y a la cariñosa de su mamá, -voy a llevarlos al ala 2 que las espera Fede, y luego vamos a morfar algo con mi viejo, ¿dale?
-Como no mi amor, -me dijo su mamá.
Cuando llegamos al ala 2, Fede se sorprendió tanto, ¡nos esperaba lleno de preguntas?
-¿Qué pasó? ¿Qué te hicieron amor? ¡Cuéntenme todo pero bien bonito y con lujo de detalles!
Le contamos todo, o casi todo, le contamos cómo me atacó el loco de la entrada del casino, a Wendy la agarraron unos narcos, les mostré a todos la calibre 38 que llevaba guardada.
-Escondete eso muy bien amor, dásela a tu papá o algo, ya sabés, los sistemas de seguridad... -me dijo Wendy.
-Sí mi vida, no te preocupes. Chicos, vamos todos a la 34 que nos espera mi viejo para morfar y yo ya estoy cagado de hambre.
-¿Cual es tu habitación mi bro? -me pregubtó Federico.
-La 34 papá, vamos.
Cuando llegamos, mi viejo me esperaba de la misma manera, "¿ya te viniste con toda la bandurria? ¿qué pasó? Contame todo" y así.
-Ahora en el restaurante te cuento cabecín, vamos.
Llegamos al restaurante "Hora del Cordero", que era una parrillada especialmente, pero había prácticamente todo, incluso comidas más al nivel de Wendy, que es vegetariana. Nos acomodamos en una mesa, al fondo y a la izquierda, y ordenamos la parrillada.