Texto publicado por Fer

Las aventuras chocolateras en Habana: Cap. 4, la despedida de Cami

Mi hermana se fue al carajo, en 3 días se va a otro país, dice que se va a vivir unos meses a los Estados Unidos con el novio. Tienen una suerte... Yo la única vez que salí del país fue hace 3 años atrás, que viajé a Chile, con la esperanza de follarme alguna chilena (no solo dicen sinó que compruebo que las chilenas están hechas una delicia) esperanza fallida porque fui y volví.
Ahora Camila, mi hermana, a quien prefiero decirle Cami, ya que suena más dulce y breve (dulce como ella sola) se va a los Estados Unidos, más específicamente a Los Ángeles unos meses y vuelve, con Jaime, su novio uruguayo, un pive que a mi vieja y a su hijo de re mil manipulador les cae para la mismísima chota, pero que a mí en cambio me cae genial, aunque tampoco tanta bola no nos damos.
-No te preocupes, cuando vuelva a ahorrar te voy a llevar a vos también de viaje y vamos a Disney, vamos a conocer el mundo mágico de Disney ¿querés? -dijo, porque sabe que yo también quisiera conquistar los Estados Unidos.
Ese día fuimos con mi vieja y Jime (mi hembrita) a MC Donals, ya que como para despedirla idearon un almuerzo y una salida y a pasarla bien un rato, antes que se valla, y dijo Cami que no tiene ningún drama en que invite a Jime, así que se vino con nosotros.
Yo estaba pensando que vallamos a "La luz de la luna", una belleza de hotel rodante, de tecnología avanzada, que hay acá en Monstruocity, y que será escenario en próximos capítulos de esta serie o tal vez le haga una serie especial, que bien merecida la tiene. Es un hotel que tiene 210 habitaciones, en todas una privacidad excelente, y las habitaciones enormes, hermosas y con una vista espléndida al mundo exterior, y dicen que de ahí se ve toda la belleza de la Luna y de tal manera que está para hacer el amor en esa belleza de habitaciones, y aparte todas las empleadas, secretarias, recepcionistas y demás son tan buena gente... Este hotel tiene un par de restaurantes y confiterías, en los que hay comida y vivida deliciosa, y prácticamente cualquier cosa que pidas. Pero no, mi hermana es tan chatarrera que hay que ir a MC Donals, sí, donde aquel payaso endemoniado te atraganta con esas hamburguesas de carne de mono y papas fritas, hechas con papas artificiales creadas con valla a saber con cuántos productos químicos que saben simular muy bien la comida natural, pero no saben discimular el vómito de las borracheras de Ronal MC Donals luego de tomarse 10 botellas de birra y sacar a los que hoy son sus niños clientes a fumarse un porro, tal vez con esos porros crearon las que hoy se conocen como papas fritas. A ese infierno hay que ir a comer, porque a mi hermana le encanta. Asqueado y todo, accedo, después de todo ver feliz y despedir felizmente a Cami es mi objetivo, Jime es vegetariana, así que valla a saber qué comerá, pero yo aunque como de todo un poco no voy a poder aguantar todo ese producto de las mil máquinas que solo dañan el aparato digestivo.
Llegamos, ya huelo ese aroma a chatarra y estoy tratando de no hacer arcadas. Jime también está asqueada.
-¡Puaj! Nunca me gustó esto... -me susurra al oído.
-Tengo una idea, le dije, ¿te parece si ella se van a mc Donals y nosotros al restaurante que está a la vuelta?
-Si nos dejan... encantada... -dijo Jime.
-Che, ma, Cami, ¿les parece si las dejamos comiendo en MC y Jime y yo nos vamos a comer algo al restaurante de acá a la vuelta?
-¿Pero no vas a despedir a tu hermana? -dijo mi vieja.
-Sí, pero se me ocurre que luego vamos a tomar un helado o algo todos juntos...
-Si no sabés qué podemos hacer? -dijo mi hermana, -mientras pedimos todo en MC donals vallan a pedir algo a La Cuarda y comemos todos acá a la vuelta, al aire libre, ¿dale?
-¡Buena idea! -dije.
-Dale dale, -dijo Jime, -vamos a comprar rápido algo en La Cuadra y comemos todos acá afuera.
Cami y mi vieja entraron a donde yo jamás pienso volver a entrar (este olor ya me está haciendo necesitar una máscara antigases) y Jime y yo vamos a La Cuadra, un restaurante que está a la vuelta, y de donde nos dejan llevar comidas, por supuesto se paga, y por supuesto se puede comer dentro y pedir la cuenta después. Nos llevamos una ensaladita de rúcula, champiñones y parmesano, grande, para compartir, un agua mineral para ella y una cervecita negra para mí, y en la placita que estaba en frente nos sentamos todos a morfar. Jime y yo hablábamos un poco sobre sus amigos, me contó un poco sobre Leo, su novio, su novio oficial, o sea lo que yo no logré, un metalurgo que trabajaba todo el día fabricando herramientas de metal, rejas y cosas así, terminaba de noche, salían a morfar algo a las afueras de monstruocity y hacen el amor muchas veces en La Luz de la Luna (una lástima que nunca coincidimos porque yo siempre que puedo voy mucho ahí y hasta con Jime) y que también estudia derecho, una carrera que voy a empezar a estudiar yo el año que viene, y parece un pive muy buena onda así que lo quiero conocer.
Tengo ganas de besarla, pero no, me contengo y solo la toco por algunas partes, porque está mi vieja, mi hermana no importa, es solo 2 años mayor que yo así que no creo que se haga drama, pero está mi vieja así que mejor no.
Estamos comiendo juntos, con 2 cucharas la ensalada, que está riquísima, y la ensaladera está entre ambos, por supuesto hay que volver a La Cuadra a devolver las cucharas y las ensaladeras, cuando terminemos. Tengo ganas de hacerle a Jime la del avioncito o comer boca a boca, pero una vez más, no me gusta hacer esto delante de otra gente.
Mi vieja y Cami no sé de qué hablan, creo que mi vieja le está contando algo sobre Estados Unidos, ella también fue mucho cuando yo todavía ni formaba parte del feto.
Jime, sin embargo, a diferencia mía ponía más atención y de vez en cuando les hacía preguntas. Yo no es que no, pero a mi hermana seguro le voy a decir otras cosas, aunque por supuesto deseándole alto viaje ¡quiero conquistar Estados Unidos por el amor del todopoderoso!
Terminamos de comer, Jime y yo fuimos al trote a devolver todo a La Cuadra, y nos quedamos los 4 un rato, mejor dicho las 4 (son 3 mujeres y un hombre demasiado afeminado pero hombre al fin) tomando aire y sol, charlando y riéndonos de todo y de todos, hasta que finalmente nos vamos a Habana. Íbamos a tomar un heladito, pero ya que estábamos les dije que vallamos a Habana.
Fuimos, para ese entonces a Cami le estaba comentando un poco sobre esta serie que estoy armando, llegamos a Habana. Ojalá Jime no rechace el chocolate y se coma un alfajor, o algo.
Armamos el menú de esta manera: Yo para tomar no pedí exactamente un café, pero sí un café con algo que jamás había probado. Era una crema tan dulce (tan dulce que azúcar no tuve que ponerle) que no recuerdo cómo se preparaba, con pedacitos de chocolate Habana. Todo eso se revuelve muy bien (es la idea) que se mezcle con el café, aunque claro, químicamente hablando esta mezcla será en su resultado heterogénea, o sea, no va a haber una reacción química que forme un nuevo componente, líquido en este caso, o líquido hasta donde sabe uno simple vista. Pero la mezcla resultó, y mucha de esa crema y el café hicieron contacto enseguida, faltaría que se derritieran los trozos de chocolate, tal vez con el tiempo. Jime me probó algunos tragos, y se tomó algunas cucharadas conmigo de aquella crema, después de todo lo comppartimos. Yo me comí una galletita chocolatera, Jime se comió un brownie y me dio una mordida, mi hermana y mi vieja ni idea qué pidieron. Como se puede ver, yo le doy más bola a Jime. pero claro, estuve hablando mucho con mi hermana y Jime mientras chocolateábamos, Jime, mi vieja y mi hermana en su momento antes de llegar, me cagaron a pedos un rato,en buena forma.
-CheJavi, tenés que lavarte los dientes, ¡los temés horribles! -dijo Cami.
-Sí, ¿sabés qué? nunca se los lava... -siguió mi vieja, -es más, una vez me dijo que no se los quiere lavar porque no quiere...
-Sí, tenés que blanqueártelos -dijo Jime, -ya los tenés naranja, antes los tenías amarillentos...
-Un ascoJavi, lavátelos en serio, -dijo Cami.
-Justo vos que nunca tuviste una carie y jamás tuviste que ir al dentista... ¡hay gente a la que le tienen que sacar alguna muela! Dejate de joder Javi... -dijo mi vieja.
-Es verdad Javi, si seguís así ninguna chica te va a querer besar -dijo Jime, -aprobechá que tenés buena dentadura che, empezá a quererte un poco a vos mismo...
-Che, Michel que es un vago atorrante (Michel es mi hermano mayor) ¿él también se los lava?
-Y sí boludo, hasta él que no hace un carajo se los lava, ni en pedo se va a bailar así con todos los dientes como vos... -dijo mi hermana.
-Ya me prometió Javi que se va a empezar a bañar más seguido como antes, -dijo Jime, que ya sabe lo sucio que puedo llegar a ser aunque por suerte si ando mal, sin ánimos ni nada que me motive a mantenerme ganador, y me dijo, -si querés ser un ganador como decís, levantá un poco el ojete de la computadora y bañate como yo, un todos los días o día por medio, y mantenete con los dientes bien blancos y brillantes, si querés que las chicas no te manden a cagar.
-Es verdad... -dijeron mi vieja y mi hermana.
-Cuando yo vuelva de Los Ángees en unos meses te quiero ver con los dientes impecables. ¡No quiero ver uni que los tengas amarillos!
-Hacenos caso che, lo decimos por tu salud dental y para que consigas lo que querés, son 2 minutos nada más, te los lavás cuando te levantás y cuando te acostás como mínimo...
-No se los lava casi nunca, solo cuando va a salir con vos o algún lado, -le dijo mi vieja a Jime.
Y después de toda esa charla, con tanto chocolate que ahora me tengo que recontra lavar los dientes porque me imagino que el chocolate también hace lo suyo, nos volvemos cada uno, charlando llevamos a mi hermana a su casa, la despedimos efusivamente con besos, abrazos y todo muy lindo, esperando que vuelva en unos meses y me cuente qué tal todo, a Jime a una parada de colectivo para que vuelva a su casa, y Jime y yo decimos que un día de estos vamos a irnos juntos a pasar el próximo fin de semana largo a la casa de mi abuela.