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UTN: una mediación desprolija excluyó a un alumno no vidente

Luego de cuatro audiencias de conciliación en la Oficina de Derechos Humanos, la universidad dilató el proceso y Fermín Castañeiras perdió su condición de alumno regular. Su familia asegura que lo volvieron a discriminar. A otro joven con la misma discapacidad le negaron la inscripción por segunda vez.

La familia de Fermín Castañeiras, un alumno de 19 años no vidente que afirma ser discriminado por las autoridades de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) -donde cursa hace dos años sus estudios-, tuvo días atrás la última de las cuatro audiencias de conciliación en la Oficina de Derechos Humanos de Mar del Plata para lograr un objetivo central, que Fermín pueda estudiar, y uno legal: que la Universidad le garantice una educación inclusiva y disponga de tutores para acompañar al alumno en la cursada de -en este caso- la Tecnicatura en Programación.
Pero las cosas no salieron como los padres esperaban. Los representantes legales del centro de estudios (enviaron a cuatro abogados diferentes a las cuatro audiencias) extendieron el proceso de mediación hasta que a Fermín se le venció la condición de alumno regular. Esa fue la estrategia legal. Si quiere seguir estudiando, debe reinscribirse fuera de término, perder materias y volver prácticamente al principio, sin tutores, garantías ni derechos.
El joven de 19 años ciego desde su nacimiento, cuenta que soñó siempre con cursar la Tecnicatura en Programación. La agilidad, la creatividad y la efectividad con la que utiliza su computadora y la tecnología en general, resultan impactantes.
En Mar del Plata existen profesionales en el área que también son no videntes, por lo que su discapacidad no resulta un obstáculo para formarse y desempañarse en la informática que, por cierto, es justamente lo que le garantiza actualmente sentirse incluido en la sociedad.
El obstáculo, sin embargo, lo encontró en una universidad nacional y pública que suma -o sumará, cuando los padres accionen legalmente- una nueva denuncia en su contra.
UTN 03 - copia
PRIMERA AUDIENCIA: “EL ABOGADO NO HABÍA LEÍDO EL CASO”
Fue en diciembre. Había terminado el período de estudio y la denuncia que habían hecho la madre de Fermín y su pareja, encontró en la Oficina de Derechos Humanos, a cargo de José Luis Zerillo, su primera audiencia de conciliación en la sede de avenida Juan B. Justo y Córdoba. El objetivo, era lograr que la Universidad disponga tutores y cumpla con la Ley nacional Nº 26.378, que en su artículo 24 expresa:
1-“Los Estados Partes reconocen el derecho de las personas con discapacidad a la educación. Con miras a hacer efectivo este derecho sin discriminación y sobre la base de la igualdad de oportunidades, los Estados Partes asegurarán un sistema de educación inclusivo a todos los niveles así como la enseñanza a lo largo de la vida, con miras a:
1. a)Desarrollar plenamente el potencial humano y el sentido de la dignidad y la autoestima y reforzar el respeto por los derechos humanos, las libertades fundamentales y la diversidad humana;
b)Desarrollar al máximo la personalidad, los talentos y la creatividad de las personas con discapacidad, así como sus aptitudes mentales y físicas
c)Hacer posible que las personas con discapacidad participen de manera efectiva en una sociedad libre
Patricia Foa y su hijo Fermín llegaron temprano a la primera audiencia junto a Natalia Rosana La Rocca, la abogada que Derechos Humanos dispuso para representarlos.
Federico Mondria fue el abogado que el departamento legal de la Universidad Tecnológica Nacional envió a la primera audiencia. “No había leído el caso. Leyó la documentación diez minutos antes de entrar a la oficina”, aseguraron los padres de Fermín. Ante el desconocimiento en profundidad de la denuncia presentada, se acordó programar una segunda audiencia, para febrero.
“Nos pareció raro y yo ya estaba viendo que lo que querían era dilatar la cuestión”, afirmó Pablo Averastegui, la pareja de Patricia Foa.
SEGUNDA AUDIENCIA: LES AVISARON POR MAIL QUE EL ABOGADO NO PODÍA IR
Febrero. Luego de dos meses de espera se aproximaba la fecha de la segunda audiencia. “Pensábamos que ahí nos iban a decir que le podían poner un tutor o darnos alguna alternativa”, comentaron los padres.
Pero justo un día antes, el abogado Federico Mondria les envió un mail a los padres contándoles que no podría asistir. “Después -continuaron- nos avisaron que iría otro representante legal”. Al encuentro, se presentó el segundo abogado de la Universidad Tecnológica Nacional, Luciano Martin Echeverri.
En esta segunda audiencia se discutieron algunos puntos sin demasiados avances y se convocó a una tercera, para marzo.
TERCERA AUDIENCIA: LA PROMESA DILATADORA
El tercer encuentro en la Oficina de Derechos Humanos fue a principios de marzo y duró unas cinco horas. Por primera vez la UTN iba con una propuesta: una tercera abogada, María Alejandra Grimandli, les informó que la Universidad ofrecía tomarle un examen a Fermín para que no perdiera la condición de alumno regular; le darían tres clases de dos horas de la materia que eligió rendir (Programación); y luego buscarían acercarle una tutoría individual tres veces por semana.
“La propuesta nos pareció que no estaba mal. Es decir, no iba a ser un tutor individual por materia como nosotros pedíamos, pero iba a ser una ayuda importante, algo al menos”, comentaron los padres del ahora exalumno.
Pero claro, como esa posibilidad surgió como consecuencia de la audiencia, es decir, fuera del ámbito de la Universidad, había que consultarlo. Entonces se acordó una cuarta audiencia, mientras Fermín se puso a estudiar para poder rendir la materia que lo mantendría como alumno activo hasta que el proceso de conciliación finalizara.
Vale remarcar que a esta tercera audiencia, por primera vez asistió Maria Paula Nelli, la coordinadora de la Tecnicatura de Programación, a quien otro joven no vidente responsabiliza por haberle negado en dos oportunidades su ingreso a la Universidad Tecnológica Nacional de Mar del Plata (ver abajo).
CUARTA AUDIENCIA: LA MALA NOTICIA, VOLVER A EMPEZAR
Para sorpresa de la familia de Fermín, el pasado jueves 12 de marzo en la última audiencia volvió a presentarse el primero de los abogados enviados por la UTN, Federico Mondria, junto a otro de los representantes legales del centro de estudios, Víctor Ernesto Damiano.
“Nos pidieron si podíamos salir de la oficina, para que hablaran entre ellos”, comentaron los padres, que aún guardan sospechas sobre ese pedido, al cual accedieron y sobre el cual dudan.
Cuando les permitieron volver a ingresar, “dijeron que Fermín perdió la condición de alumno de regular, que si quería seguir tenía que pedir una reincorporación extraordinaria y que no le iban a poner ningún tutor”, según detalló su familia.
Fermín no pudo rendir la materia que había preparado, los representantes legales dieron por cerrado el período de audiencias y le comunicaron que la reincorporación estaba sujeta a la aprobación de las autoridades de la UTN Mar del Plata.
La madre del exalumno hizo el trámite para volver a anotarlo de inmediato. Pero luego, comprendió: “Yo no quiero que mi hijo siga sufriendo por la gente que está a cargo de la UTN. Lo volvieron a discriminar, se creó un ambiente hostil y llegaron al punto de que Fermín me dijera el otro día: ‘Al final me tienen como un cieguito que no tiene a dónde ir’. Y verlo así de angustiado me parte el alma”.
Fermín perdió dos años de la carrera. Sus materias aprobadas hoy no cuentan. Seguramente aprendió, pero académicamente los meses de estudio en la UTN están perdidos. Luego de que la universidad le pusiera “trabas para poder estudiar”, ahora deberá buscar otra alternativa, volver a empezar. “No es justo, es una universidad pública y nacional. Nos da mucha bronca que lo discriminen así”, afirmaron los padres.
AGUSTÍN AGUIRRE, NO VIDENTE: LE NEGARON DOS VECES LA INSCRIPCIÓN
Agustín Aguirre Rabino tiene 20 años, egresó de la Escuela Secundaria Técnica Nº 2 como Técnico en Informática y asegura que por su condición de no vidente, por segunda vez la Universidad Tecnológica Nacional de Mar del Plata le negó la inscripción.
Cuando fue a inscribirse por primera vez, en el 2014, le hicieron presentar una nota explicando su caso, a la cual la UTN respondió “que no tenía ni profesores ni medios para que pudiera empezar y que me tenían que poner un tutor y que esosignificaba un gasto extra. Después, me comunicaron que la institución me negaba la inscripción”, explicó Agustín.
Este año, el joven volvió a hacer el intento. Desde el área legal de la UTN de Buenos Aires le confirmaron no habría impedimentos para comenzar a cursar. “Fui a la universidad, me atendió muy cálidamente una persona en admisión, pero cuando lo consultó con la coordinadora, Paula Nelli, que ni siquiera se presentó para hablar conmigo, la mandaron a decirme que la respuesta de la institución era la misma que en la nota que me habían mandado en octubre”, precisó.
Aquella nota a modo de respuesta la había firmado el vicedirector de la UTN, Jorge Tarnovsky:
“Yo consulté con gente del área de Discapacidad y me dijeron que no podía ser, que legalmente no podía haber impedimentos para poder ingresar. Quedaron en volver a contactarse conmigo, pero no me respondieron más. Mi caso quedó parado y no me permitieron inscribirme”, expresó Agustín Aguirre.
DESGASTE
Fermín Castañeiras y Agustín Rabino comparten algo más que una denuncia por discriminación hacia la UTN Mar del Plata por su condición de ser no videntes. Ambos jóvenes sufrieron el “desgaste” que -según afirman- implementó la universidad para no garantizarles su educación.
Pero tanto ellos como sus familias son conscientes de sus capacidades para la informática y de la perseverancia que los caracteriza, porque no es la primera vez que la adversidad se presenta delante de ellos. Y saben que irán en busca de una institución que no los discrimine para poder estudiar y desarrollar la inclusión que una universidad nacional y pública de Mar del Plata hasta ahora les negó.