Texto publicado por lorena mancilla arboleda

Para muchos de nosotros es normal encontrarnos en la dura situación de que nuestros familiares, amigos y compañeros sentimentales nos den las migajas de su amor, de su tiempo, de su compañía o sencillamente no nos tengan en cuenta y por más que nos empecinamos en expresarles cuanto los amamos y nos hace falta compartir con ellos, no recibimos una respuesta agradable.

De ninguna debemos de continuar en esa posición, pues valemos y mucho y no debemos recibir las migajas de las atenciones de nadie.

Si ya hicimos nuestra lucha personal por demostrarle a esa persona cuanto la amamos y lo importante que es para nosotros, lo mejor será sin ningún sentimiento de rencor o dolor albergado en nuestro corazón entregársela a dios y además situar nuestra mirada en aquel ser que nos creo y constantemente nos está brindando su amor, sin dejar de lado aquellos seres como familiares, amigos y otras personas que pueden llegar a ser nuestras parejas, que están dispuestas a regalarnos de una manera incondicional todo el amor, la comprensión y la atención del mundo.

Debemos tener en cuenta que siempre situamos nuestra atención en lo que nos hace falta y no tenemos en cuenta o descuidamos lo que está a nuestro lado.