Texto publicado por Primavera

Las "pulgas" gigantes de los dinosaurios

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Una reciente investigación pone de manifiesto la magnitud de las picaduras de insectos parecidos a pulgas que existieron en tiempos de los dinosaurios.
El hallazgo de fósiles de estas criaturas, hecho por científicos chinos, ha sido anunciado a través de la revista académica Current Biology, y ha merecido un comentario, publicado en la misma revista, escrito por George Poinar (hijo), profesor emérito de zoología en la Universidad Estatal de Oregón y uno de los principales expertos del mundo en el uso del ámbar para estudiar formas antiguas de vida.
Estos animales, similares pero no idénticos a las pulgas modernas, fueron probablemente 10 veces más grandes que las pulgas que hoy pueda tener un perro doméstico, y su picadura estaba en consonancia con su mayor tamaño.
El tamaño de la probóscide es intimidatorio, y Poinar cree que si un humano fuese picado por un insecto con esa probóscide, la experiencia sería similar al pinchazo de una aguja hipodérmica.
"Podemos estarles agradecidos a las pulgas modernas por no usar algo tan grande como eso", acota con ironía Poinar.
Este experto internacional en insectos antiguos y extintos no descarta que los insectos de cuerpo blando y parecidos a pulgas encontrados en estos fósiles de la región más interior de Mongolia sean los ancestros evolutivos de las pulgas modernas, pero cree más probable que pertenezcan a un linaje separado que ahora ya está extinto.
Pseudopulex magnus, tenían cuerpos que eran más planos, como el de una chinche o el de una garrapata, y largas garras que les permitían aferrarse con fuerza mientras chupaban la sangre de un dinosaurio.
Las pulgas modernas están más comprimidas por los lados y tienen antenas más cortas, y son capaces de moverse rápidamente a través del pelaje o las plumas de sus víctimas.
Todas las pulgas verdaderas están adaptadas a alimentarse de vertebrados de sangre caliente, tal como explica Poinar, y en la actualidad el 94 por ciento de las 2.300 especies conocidas ataca a los mamíferos, mientras que el resto se alimenta de aves.
Sin embargo, las capacidades y características inusuales de los animales parecidos a pulgas encontrados en los citados fósiles han conducido a los científicos a pensar que sus presas fueron algunas de las bestias más grandes de la época, los dinosaurios, de los que podrían haberse alimentado a través de las porciones de piel más blanda, existentes entre las escamas.
Se desconoce hasta qué punto esos insectos causaron daños a los dinosaurios. Puede parecer improbable que insectos tan diminutos supusieran una amenaza para animales tan grandes como los dinosaurios, pero conviene tener en cuenta que las pulgas de épocas posteriores han actuado como transmisoras de enfermedades graves, incluyendo por ejemplo a la peste bubónica, una enfermedad que ha matado a más de 200 millones de personas en el transcurso de la historia.