Texto publicado por Gory

Especial aniversario: El hombre que plantaba árboles -Jean Giono, escritor, autodidacta, humanista y pacifista francés-

Cuando aún se compraban CDs con asiduidad (sonrisa) supe de la existencia de esta joyita y no dudé en adquirirla, buscarle acomodo en mis estanterías, mimarla y regalarla a los amigos…
Han pasado muuchos años desde entonces y hoy como día festivo en BW quise también dejarla por aquí para que las personas amantes de la Naturaleza y sensibles al deterioro de nuestro Planeta, puedan disfrutar con su lectura y a todos los que se acerquen a descubrirla les sirva para crear conciencia y así continuemos difundiendo mensajes esperanzados y multiplicadores.
Sin mas, os comparto este pequeño tesoro que guardo con celo y solo entrego en ocasiones extraordinarias y a personas receptivas...
La seductora voz de la periodista de radio 3 Lara López, nos hace mas atractivo si cabe el relato, y la música (Paul Winter) que lo envuelve nos lo dulcifica y nos traslada a mundos mas sugerentes.
Copio algunos datos sacados de la Red:
Cada día la Humanidad pierde, sólo por la tala directa, unos dos millones de árboles. Esto significa que en un año desaparece el equivalente a un árbol por cada habitante del planeta.
Ante un panorama tan desalentador, emociona la lectura de esta sencilla historia que Jean Giono (1895-1970) escribió cuando, a mediados del pasado siglo, una editorial norteamericana le pidió que escribiese un relato breve acerca de un personaje real que fuese inolvidable.
Giono creó entonces “El hombre que plantaba árboles”, texto que después donó ‘a todo el mundo’ tras ser rechazado por la editorial que le encargó la historia porque Elzéard Bouffier, el protagonista de la misma, no era un personaje real. A partir de 1953 el relato circuló libremente, tras ceder el autor todos sus derechos, siendo traducido a trece idiomas y dando pie a la concienciación y creación de asociaciones en defensa de la reforestación y como el mismo dijo: para "hacer que la gente amase los árboles (...)".
He aquí el texto de la carta que Giono envió al director del Departamento de Aguas y Bosques, el señor Valderyon, en 1957 haciendo referencia a esta obra.
Querido Señor: Siento mucho decepcionarlo, pero Eleazar Bouffier es un personaje inventado. El objetivo de esta historia es el de hacer amar a los árboles, o con mayor precisión: hacer amar plantar árboles (lo que después de todo, es una de mis ideas más preciadas). O, si se considera por el resultado; el objetivo es obtener el mismo resultado de nuestro personaje imaginario. El texto que usted ha leído en "Trees and life" ha sido traducido al Danés, Finés, Sueco, Noruego, Inglés, Alemán, Ruso, Checoslovaco, Húngaro, Español, Italiano, Yddish y Polaco. Cedo mis derechos gratuitamente a todas las reproducciones. Un americano me ha buscado recientemente para solicitarme la autorización y hacer una tirada de 100 000 ejemplares del texto que se repartirán gratuitamente en América (algo que tengo bien entendido y aceptado). La Universidad de Zagreb ha hecho una traducción al Yugoslavo. Este es uno de mis textos del que me siento más orgulloso, porque cumple con la función para la que fue escrito. Dicho sea de paso, esta historia no me aporta ni un céntimo.
Si a usted le es posible, me encantaría que pudiéramos reunirnos para hablar precisamente de la utilización práctica de esta historia. Yo considero que es ya el tiempo de que hagamos una política favorable al árbol, a pesar de que la palabra política parezca bastante mal adaptada.
Muy cordialmente, Jean Giono.
La semilla de la preciosa historia empezaba a dar su fruto...
El hombre que plantaba árboles es un bello y poético relato, aunque sobrio y de corte realista, que cautiva por su sencilla y aparente modesta propuesta. es una pequeña joya, una muy recomendable fábula sobre la bondad y sobre la esperanza en los tiempos por venir. ¡Imprescindible!
Los árboles renuevan el aire, el agua y el suelo de las zonas donde viven y son riqueza de biodiversidad en sí mismos. Un suelo sin árboles es el principio de un desierto. Pero todos, en mayor o menor medida, podemos emular a Elzéard Bouffier y contribuir a frenar la desertización.
Seamos generosos.
El autor nos muestra en este relatillo corto, a un joven caminante por parajes desolados e inhóspitos del sur de Francia quien se topa en su deambular con un solitario, parco en palabras y analfabeto pastor, Elzéard Bouffier, que se dedica a plantar encinas y robles en la desértica zona. Las tierras no son suyas, ni siquiera conoce a los propietarios, pero su generosidad, su humildad, la sabiduría del saber esperar, su amor por la Naturaleza dirigen sus pasos. Bouffier logrará así la felicidad de la Tierra y la suya propia. Como bien decía al narrador un guardia forestal: "Sabe más que nadie. ¡Ha encontrado una forma perfecta de ser feliz!"
Algunos personajes célebres apuntaron al leer este texto:
"Imagino que Jean Giono habrá plantado no pocos árboles a lo largo de su vida. Solo quien ha cavado la tierra para acomodar una raíz o la promesa de esta podría haber escrito la singularísima narración que es 'El hombre que plantaba árboles', una indiscutible proeza en el arte de contar... Y esa es la conclusión: estamos esperando a Elzéard Bouffier antes de que sea demasiado tarde para el mundo." (José Saramago)
«El tiempo no sólo no ha envejecido esta obrita extraordinaria sino que la ha rejuvenecido y hecho hoy mucho más urgente y necesaria que antes.» (Jesús Aguado)
Y ahí quizá quede en BW para la posteridad (sonrisa)este grandioso relatillo lleno de enseñanzas...
¿Se podrá escuchar desde aquí?jaja!
 
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