Texto publicado por lorena mancilla arboleda

De los cinco sentidos que Dios me obsequio perdí uno y me han quedado cuatro para aprender a conocerte .
El tacto para reconocer tu piel entre mil personas .
El gusto para identificar el sabor de tus besos .
El olfato para recordar tu fragancia en mis noches de desvelo.
Y el oído para vivir el éxtasis que experimento cuando me dices que me amas.