Texto publicado por Primavera

¿Cómo influyen los olores en el estado de ánimo?

Un aroma es capaz de cambiar el estado de ánimo de la persona que lo percibe y provocar una sensación agradable y relajante o, por el contrario, deprimente, ya que se origina una reacción fisiológica cuando el perfume entra en contacto con el organismo. 
Las fragancias se han utilizado para crear emociones desde hace mucho tiempo. Según el Informe sobre Olores, producido por el SIRC, existe un vínculo entre el sistema olfativo y la sección límbica del cerebro, que es considerada como el asiento de las emociones. Ciertos aromas estimulan las hormonas que influyen en las emociones y que a veces provocan desequilibrios en nuestros cuerpos. Algunas fragancias causan cambios de humor y cambios emocionales. Las personas reaccionan de manera diferente a las fragancias, dependiendo de sus recuerdos aromáticos, gustos personales, antecedentes culturales y sus experiencias.
Todos tenemos un aroma que nos trae buenos recuerdos: una fragancia de infancia, de un lugar concreto o que nos recuerda a una persona. Los aromas nos transportan a situaciones agradables (o todo lo contrario). De hecho, ¿sabías que el perfume influye directamente sobre el estado de ánimo, y puede convertirse en un arma poderosa para infundir energía y bienestar? El sentido del olfato conecta directamente con las emociones, provocando respuestas tan poderosas como inmediatas, y es que en ocasiones un aroma es más evocador que cualquier imagen o sonido. 
La aromaterapia
Esa es, precisamente, una de las bases de la aromaterapia. Determinados estímulos olfativos provocan que el cerebro incremente la secreción de determinadas sustancias, lo que es la base de su eficacia. Por ejemplo, oler esencia de lavanda libera activos relajantes que tranquilizan al organismo, los olores cítricos aportan vitalidad, etc.
Los olores también nos incitan a comprar
Una investigación que se llevo a cabo en la Universidad de Rockefeller sobre las capacidades de afectación y recuerdo, concluyó que el ser humano recuerda el 5% de lo que ve, el 2% de lo que oye, el 1% de lo que toca y el 35% de lo que huele.