Texto publicado por TifloFernando

Henry Hartmann; el Cirujano al que admiran los Intensivistas...

Muy buenas amigos y amigas lectores y lectoras habituales de mis Publicaciones en BlindWorlds:

Me voy a permitir compartir con todos vosotros, una Publicación (Post) extraída de un Blog que os he recomendado en otras Publicaciones mías anteriores:

"Curar a veces, aliviar a menudo, consolar siempre"...Blog de la Médico Especialista en Cuidados Intensivos Ana Deph. Quien hace suyo el Principio Fundamental del Médico.

Quien en su Blog, nos ofrece,un Espacio dedicado a la Historia de la Medicina e Historia de las UCI, que ha llamado:

"A hombros de gigantes"...Dedicado a resaltar la figura de un Médico, de cualquier Especialidad, a quien la autora del Blog considera que debió ganar el Premio Nobel de Medicina en su Epoca.

En esta ocasión, Ana Debph nos ofrece una Biografía que resalta la capacidad investigadora y la curiosidad, imprescindibles para cualquier Investigador...:

"Henri Hartmann: el cirujano al que admiran los intensivistas".

Médico francés, formador de Generaciones de excelentes Cirujanos; fu´e un meticuloso Cirujano, que pasará a la Historia de la Medicina, por haber salvado la vida a muchos Pacientes antes sentenciados a muerte atroz.

Pues realizó una Intervención quirúrgica en Pacientes que tenían una mortalidad del 100%; Cuando existía alguna obstrucción por un proceso tumoral, que no permitía movilizar el tránsito intestinal al paciente; en medio de alaridos, el Paciente moría ("Cólico cerrado"...¿Os suena?)...

Henry Hartmann, seccionaba esa zona tumoral, dejaba un muñón y abocaba al exterior (Colostomía) un trozo de intestino, que permitiera excretar las heces...Con lo que lograba prolongar la Vida a unos Pacientes condenados previamente.

Es una Historia fascinante y la comparto con vosotros, esperando os guste.

Con cariño, TifloFernando.

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Curar a veces, aliviar a menudo, consolar siempre
(http://curaraveces.wordpress.com)

Blog personal de ana deph; Médico Especialista en Medicina Intensiva y Master en Bioética.

Medicina, cuidados intensivos, bioética y más...

Henri Hartmann: el cirujano al que admiran los intensivistas

Por ana deph

Publicado el 20 de julio de 2014

La dehiscencia anastomótica, la peritonitis secundaria y las suturas en ambiente séptico son algunos de los enemigos más temidos en la UCI. No es extraño, por tanto, que Hartmann sea nuestro cirujano preferido. Una vez más, la historia de una idea sencilla que ha salvado miles de vidas.

Henri Albert Hartmann nació en París el 16 de junio de 1860. Su nombre completo era Henri Albert Charles Antoine Hartmann, pero él prefería llamarse a sí mismo “H.H.”. Terminó los estudios de Medicina en 1881 en la Universidad de París y empezó su especialización en el Hospital Bichat, de la mano de Felix Terrier, considerado uno de los mejores cirujanos franceses, y el primero en realizar histerectomías en Francia. Terrier era, además, un ferviente admirador de Pasteur: fue uno de los primeros en esterilizar el material quirúrgico y se mostraba especialmente estricto con la limpieza de su quirófano.

Terminada su formación quirúrgica, Hartmann trabajó por poco tiempo en el campo de la urología en el Hospital Lariboisière, y allí redactó su tesis sobre el tratamiento de la cistitis, con la que ganaría el premio d´Argenteuil. Pero no quería centrarse en un determinado campo de la cirugía por lo que, tras ocupar varios puestos en distintos hospitales de París, acabará volviendo a trabajar con Terrier en el Hospital Bichat.

Según sus propias palabras, Hartmann adoptó de Terrier los preceptos de su vida profesional: amor al trabajo, integridad, respeto por el paciente y vida sencilla. También aprendió de él a ser especialmente meticuloso. Hasta tal punto, que redactó y conservó informes rigurosos de más de 30.000 casos atendidos personalmente. Igual de estricto era con todos los aspectos de la técnica quirúrgica, especialmente con la hemostasia y las suturas. Hizo suya la cita del cirujano polaco Johannes von Mikulicz: “puedo reconocer a un gran cirujano, no por cómo corta, sino por cómo cose”.

Entre sus múltiples publicaciones, destaca su Travaux de Chirurgie Anatomo-Clinique, una obra en nueve volúmenes sobre los diversos campos de la cirugía, que fue publicando a lo largo de toda su vida. En él se recogen artículos, casos, técnicas quirúrgicas, resultados de laboratorio, descripciones anatomopatológicas…

Hartmann había llegado en el preciso momento en el que la cirugía, vencidos ya sus tres enemigos principales –la infección, la hemorragia y el dolor-, se abría paso sin que ningún órgano se le resistiese. Suyas son las primeras descripciones detalladas de la técnica de la histerectomía, el tratamiento quirúrgico de la salpingitis, el drenaje linfático del cáncer gástrico, la anatomía del tronco celiaco, la estenosis pilórica hipertrófica del adulto, la tuberculosis de ciego y el pseudomixoma apendicular. Además, realizó la primera diverticulectomía esofágica en Francia. Dio nombre también a la bolsa de Hartmann, infundíbulo situado en la parte distal del cuello de la vesícula, de gran importancia en la cirugía biliar.

Desde 1892 ocupó diversos puestos docentes, y formó a varias generaciones de cirujanos. En 1914 fue nombrado Jefe de Cirugía en el hospital más famoso (y antiguo) de París, l´Hôtel-Dieu. Era un profesor estricto, que operaba en absoluto silencio, y solo después ofrecía una descripción detallada delo que había hecho. A pesar de ello, tanto su quirófano como sus sesiones clínicas estaban siempre llenos de estudiantes, médicos en formación e incluso cirujanos experimentados.

Pero Hartmann pasará a la historia gracias a la intervención que lleva su nombre. En 1912 presenta los dos primeros casos en el trigésimo Congreso de la Sociedad de Cirugía Francesa. Se trataba de dos pacientes con tumores obstructivos de colon. Una vez ampliada la serie hasta 34 casos, la sigmoidectomía con cierre del muñón rectal y colostomía proximal había reducido al 8% la mortalidad de estos casos, que alcanzaba casi el 40% cuando se empleaba la amputación abdominoperineal de Miles. Hartmann describió sus dos primeros casos como “tan sencillos como la intervención de un apéndice frío”.

qxTécnica de Hartmann. Imagen: http://www.surgwiki.com

Aunque la técnica se desarrolló inicialmente para el tratamiento oncológico, pronto se extendió a otras entidades, especialmente la diverticulitis y las intervenciones urgentes, en las que una sutura en ambiente séptico está destinada al fracaso. Curiosamente, Hartmann nunca se planteó reconstruir después el tránsito intestinal (algo habitual hoy en día), puesto que le parecía un riesgo demasiado elevado.

Desde su jubilación en 1930, Hartmann siguió recibiendo regularmente estudiantes que acudían a su casa para charlar con él y disfrutar de la cocina de su mujer, que los cuidaba como a los hijos que nunca tuvo. Con ellos pasó el 1 de enero de 1952, el primero tras la muerte de su esposa. Ese mismo día, poco después de quedarse solo en casa, resbaló y cayó por las escaleras. Murió al día siguiente, a los 91 años de edad, dejándonos el legado no solo de su técnica quirúrgica, sino también del amor al trabajo, la integridad, el rigor profesional y el respeto al paciente que aprendiera de su maestro.

Esta entrada fue publicada en A hombros de gigantes.

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