Texto publicado por Stefhen Hernández Galeano

Hoy amanece un día cualquiera, o eso parece, ingresas a la red más accesible de todas con ganas de ver que hay de nuevo, pero, bueno, no pasará de lo de siempre, algún cotilleo nuevo, un juego de esos raros que aunque el programador hable y use el español a diario lo termina programando en inglés y habrá que esperar a que alguien le de la gana de traducirlo, una nueva recomendación literaria, o por supuesto, la última chifladura de alguno, ese rock que en la vida real suena tan genial convertido en el asme reír de toda la comunidad vaya a saberse en voz de quien esta vez.

Pero para tu sorpresa te encuentras con un par de publicaciones la mar de raras que tienen como foto de portada a un dragón imponente de ojos verdes y escamas doradas, de 5 dedos en sus cuatro garras, y de una magestuosa embergadura que te mira con prepotencia sabiendo lo que es y lo que pretende.

Eso sí, no esperes mucho de él si no tienes algo con que atraparlo, una buena conversación, un buen libro, una amistad cincera y ágil, algo que le llame la atención por que eso si, y luego no digas que no lo sabías, se aburre con rapidez y pasa de una cosa a otra según le viene en gana y sin darle explicaciones a nadie, ya que para eso es lo que es.

La otra publicación que llama tu atención es esa de una tal Freddy Workings, un proyecto que lleva el cello del dragón y que si eres lo suficientemente paciente puede que sepas en que pare todo ese rollo de su Fanfict, pero eso si, asegúrate de tener otras cosas que hacer por que puede que no le vuelvas a ver en mucho tiempo.

La foto móvil te muestra al dragón que se despereza y desplegando sus alas desaparece por el marco de la portada hasta la siguiente vez que le de la gana de aparecer y mostrar su impresionante poder, por algo es el rey en china y garantía de suerte y prosperidad para todos los que le importan algo o de muerte y destrucción absoluta para sus enemigos.