Texto publicado por Fer

Por fíiiiin, y un ángel cayó de quien sabe donde, sexta parte, ¡no se la pierdan!

Para quienes la esperaban y para quienes no. Y para quienes no la leyeron antes, lean primero las demás partes y luego a esta.
Nomás les aviso algo, esta escena que van a leer por hoy es ficticia, a partir de ahora todo lo que marco con "***" significará que está por empezar una escena que inventé aparte de lo demás que sí se basa en lo vivido en la realidad.
Sin más, ¡a leer y a comentar che!

***

De repente me despierto. Me siento totalmente dopado, como si me hubieran drogado desde hace ya algún tiempo, y además, un extraño frío, porque hasta donde sé no hace tanto frío como para llegar a la intencidad que siento yo. Para empeorar las cosas, no sé donde estoy. Siento que estoy acostado en un duro suelo. ¿Pero no duermo siempre en mi propia cama? En realidad no sé ni en donde estoy acostado, me duelen los huesos, como si estuviese apoyado desde hace tiempo entre piedras. Me cuesta levantarme, sigo todo rebolcado. Trato de mirar a mi al rededor, no consigo percibir nada. Trato de moverme, ni mis manos me responden. Carajo, ¿qué me pasa?
Trato de sentarme en el piso, o donde quiera que esté ahora, puedo pero empiezo a temblar, y por poco, a caer desplomado en la posición que estaba antes. Hay algo raro y muy desagradable. La consciencia me falla, de todo lo que me rodea y hasta de mi mismo, no me reconozco, no me puedo mover, no puedo captar nada a mi al rededor, trato de tocar abajo mío, esto es un frío suelo, ¿será que estoy en mi cuarto y me caí de la cama?
Pero no, acabo de tocar las patas de un escritorio, diferente al mío. Estoy vestido. Raro, porque siempre duermo desnudo. Me siento fatal, es como cuando amanecés y te encontrás todo aturdido, drogado, ahuevao, sin conocimiento, hasta mareado. Así es como ando.
Lentamente trato de reincorporarme. Al final mi vista (raro pero genial porque no veo) empieza a distinguir algunos recipientes con productos químicos dentro. ¿Quien fue el hijo de su madre que me secuestró y me drogó así de la nada? ¿Seré sujeto de estudio de algún experimento de tantos que querrán hacer los científicos locos de ahora? ¿No debería ser yo un científico loco y hacer experimentos (con buenas intenciones) con Jime o alguien a quien quiero?
Solo pensar estas cosas me aterra. Vuelvo a temblar como cuando desperté. Trato de levantarme, o al menos ponerme en 4 patas, me tiembla todo el cuerpo así que sigo sentado. Por fín puedo percibir todo con más claridad. Al parecer esto es un lavoratorio. En un escritorio, cerquita mío, se encuentra una supercomputadora, la cual está apagada y aprobecho a tocar, entre otras herramientas que no sé exactamente lo que serán, y del otro lado hay otra mesa llena de recipientes diferentes, algunos de cerámica modelada a mano, otros de porcelana, otros de vidrio, todos pintados de variados y diferentes colores, en los que hay drogas que por ahora no reconozco exactamente, y otras substancias que capaz fueron preparadas para que quien quiera que me halla traído hasta acá y me halla dopado como estoy, haga toda una mezcla homogénia y perfecta con andá a saber qué tantas substancias tóxicas para darme de tomar, envenenarme y vengarse de andá a saber qué cosa, porque hasta ahora nunca hice daño a ningún químico, al contrario, toda mi vida apollé la física y la química, aunque odiando la matemática, y siempre quise convertirme en un científico totalmente loco.
Sigo chusmeando y tratando de terminar de encontrar alguna pista, que ahora me resuelva qué mierda hago aquí, para qué y por qué. Si de repente fue para trabajar como científico loco e intoxicar a mis nuevas y futuras bíctimas o hacer estudios genéticos, o lo que sea, por mí a pesar de mi estado actual físico, me alegro tanto que es lo primero que le contaré a Jime a penas la vea, si es que la veo, porque ni la compu tengo. De pronto se abre una puerta, causando un extraño chirrido, y me asusto:
-¡Hola Diego!
¿Y este quien es? ¿y de donde me conoce? acaba de entrar un señor cargando una maleta y un aparato que no sé qué será.
-Holaa... -le digo con voz dopada, porque me vengo a dar cuenta de que ni la voz me sale.
-¿Te encontrás bien?
-Sí, ¿qué hago acá? ¿sos vos el que me trajo acá? ¿quien serás?
-Tranqui, Dieguín, ya te explico todo. -dice, me da una palmada consoladora en la espalda, me ayuda alevantarme y me sienta a su lado en el escritorio, teniendo él en frente la supercomputadora. Al ver que la estoy mirando me dice.
-¿Te gusta? esto es una supercomputadora. La uso casi siempre, sobretodo para hacer los trabajos acá en el laboratorio, sabés que odio escribir con papel y lápiz, me cuesta un huevo.
-Estamos iguales, -le digo, -es una mierda, yo también manejo todo a través de mi notebook, que la uso para todo, incluso para estudiar en la facu...
-Ya lo sé todo pive, -me dice -acá está tu note, no te asustes. -me dice y me la pone, cerrada y apagada, en el escritorio.
-Bueno. Tranqui Diego, te cuento. Yo soy el DR Osky. No me conocés de nada, yo en realidad a vos no, pero sí a Jime.
-¿Y que pasa con ella? -le dije al oír nombrar a mi preciosura.
-Resulta que... -haciendo una pausa y tomando aire, -te vas a querer matar cuando escuches lo que te voy a contar pero, está atrapada.
-¿Quéeeee? -exclamo asustado.
-Sí, ya varios de los amigos que tiene han intentado rescatarla, ya te contaré lo que ocurrió, y nadie regresó vivo, entonces supe que con vos tiene muuuuy buen contacto, desde hace ya 4 semanas, y que se quieren como más que amigos, y creo que vos podrías ser realmente el indicado.
-¡Qué tengo que hacer!
-Tranquilo, no digas nada y escuchame bien. Hace unos años atrás, 10 años más o menos, de Estados Unidos llegaron unos científicos, sin más otra intención de promosionar humanos artificiales, como robots, fabricados con bioquímicos, igualmente propios, que nos atacaran a nosotros, a los humanos reales, y dominaran Latinoamérica. Se cagaban en Latinoamérica los muy guachos. Empezaron a atacar Estados Unidos, comenzando por Nueva York, siguiendo por Chicago y así extindiéndose por ese país yankee de mierda, para así llegar a Canadá, México, Puerto Rico, República Dominicana... yo para ese tiempo entonces vivía en Nueva York, en mis últimos años de estudio de medicina. Estos humanos que fabricaron estaban altamente dispuestos a acabar con la especie humana, con la mayor cantidad de especie humana, y los hijos de su madre ¿sabés lo que hacían? con las mujeres, antes de matarlas o intoxicarlas y dejarlas inconscientes, las agarraban, se las encaraban y las violaban como ni te digo. Por suerte en ese tiempo estaba más jóven que ahora, así que fui a derrotarlos.
-¡Y qué! ¡no me digas que volvieron de nuevo!
-Sí loco, así es, y peor, volvieron con más gente, o con más robots o lo que carajo sea, se están mandando a todas las pivas que se encuentran...
-¡Y así la cazaron a Jime los hijos de puta! -grito indignado.
-Pero tranqui. Yo ya no puedo derrotarlos, y ya te digo, sus amigos intentaron rescatarla y todo lo que se encontraron fueron cadáveres, cadáveres y más cadáveres, entonces, como te vi en Face, en BlindWorlds y por otros lados, y como así supe el amor que le tenés a Jime, creo que podrás ser el indicado para devolverla a la vida y a su casa, y de paso me sacarías un peso de encima. Necesito a alguien fuerte y aventurero, y ahora que me acuerdo siempre quisiste vivir aventuras en la vida real.
-Pero... pero... ¡cómo le hago! ¡Así como estoy no me veo ni ahí de preparado para matar a esos guachos!
-Tranqui, Diego, te tuve que dopar, porque la idea es traerte para acá sin que te dieras cuenta, porque estaba (y estoy) segurísimo de que tanto a Jime, como a mí y a todos los que pueden sufrir, nos traigas suerte, y si no te dopaba, te ibas a pensar que te quería secuestrar y no iba a poder. Pero tranqui, -dice mientras revuelve entre sus herramientas, mezcla un par de líquidos que no sé que serán, y me alcanza un pequeño basito como los de remedio, -tomate esto. Te va a despertar totalmente y te va a volver a tu estado original, y muchísimo más fuerte que lo que sos normalmente. No te preocupes, vamos de a poco.
Tomo ese jarave o lo que sea, con un gusto extrañamente genial.
-Ahora, ¿podés ver mejor?
-Sí, -le digo.
-Bien, tomá, esto lo escribió Jime para vos y quiere que lo leas, no lo leas en voz alta, que fui el primero en leerlo, pero miralo para vos así sabés lo que hacer.
Me puse a leer la nota, en la cual reconocí una perfecta letra femenina, que decía así:
"Hola Diego, soy Jime, espero te sientas bien, yo no. Ayer me atraparon unos científicos locos o algo así, incluso intentaron violarme, ahora estoy atrapada en un hotel donde trabaja y vive una mujer muy mala, que por lo que veo tiene mucha relación con estos científicos, porque anda cocinando comidas raras y me da la sensación de que tóxicas también, me tiene de esclava, tengo que cocinar para ella, juntar y lavar las cosas, junto a otras mujeres que están atrapadas igual que yo y de las cuales trato de hacerme amiga. Ella me obliga a comer, es carne y no le importa que yo sea vegetariana, otras veces le pone verduras o cosas así, pero por su aspecto creo que me quiere intoxicar, desde ayer no me atrevo a comer nada que venga de ahí, ya hay chicas que se sienten muy mal y hasta perdieron el conocimiento luego de comer. Sé que vas a poder rescatarme de esta. Espero así sea y verte pronto por acá, el hotel está en Uruguay, Montevideo, no sé exactamente donde quedará pero imagino que te sabrán guiar. Espero salgas vivo si así lo vas a hacer, y luego de esto, si es que me podés sacar de acá, vamos juntos a mi casa.
Te quiero mucho, espero te animes y tengas mucho cuidado en el camino."
Y debajo, como firma, "Jime", en letras violetas, y debajo 2 corazones, uno violeta y otro azul.
-Ya la leí, -le digo al DR Osky y le entrego la nota.
-Okay, te explico todo. Como leíste ahí, está en Montevideo. Para llegar hasta allá no te preocupes, te vas en mi avión privado hasta allá, Matías el acogotador que será tu aliado te va a acompañar hasta el hotel y la rescatan.
-¿Qué? ¿cómo lo conocés a Matías?
-No lo conozco mucho, pero supe que son amigos y él también se lleva con Jime, así que él te va a ayudar a rescatarla, ya le di las instrucciones necesarias. Bueno, te cuento. Vas armado con 3 armas, por ahora. Una navaja de doble filo, una metralleta que te va a encantar cómo suena cuando la dispares, y que hace mierda cualquier cosa, y un láser de larguísimo alcance, que te recomiendo como para cargarte a 2 o 3 boluditos a la vez que se te crucen. La metralleta te puede servir para lo mismo, sobre todo si estás rodeado, nomás ponete a disparar para esas direcciones y vas a ver cómo los hacés mierda. Luego, -me dice extendiéndome un traje, -ponete esto. Este traje te va a ayudar en un montón. Es muy bueno como armadura, es capaz de adsorver los ataques enemigos.
-Che, ¡me queda re pesado! -digo.
-No te preocupes, es hasta que te acostumbres, aparte este jarabe que tomaste ahora te ayuda justo a esto mismo, a cargar con cosas tan voluminosas como este traje, sin gastar tu energía física. Yo lo usaba en esa época. Mirá lo que hace, ¡podés volar!
-¿En serio? -le digo realmente incrédulo, porque nadie puede volar hasta ahora en la vida real.
-Sí, volar literalmente, en realidad lo que hacés es saltar, y te mantiene automáticamente en el aire por 2 segundos, aproximadamente, y aterrizás a donde te muevas. Porque lo que podés hacer es saltar y seguir abanzando mientras vas en el aire, que te va a ser muy útil para esquivar por ejemplo muchas tramás juntas, que te voy avisando que habrá varias trampas diferentes, así que ¡guarda! Mirá. ¡Saltá!
Di un salto, increíblemente re alto, me sentía como saltando en una cama elástica, de repente, pero mucho mejor, sentía como estar queriendo llegar al cielo, me fui moviendo a lo loco, hasta que al poco tiempo, volví para abajo. No me lo podía creer, así que le pregunté a Osky.
-¿En serio? ¿no me estarás sosteniendo vos para mantenerme en el aire?
-No, boludo, el propio traje lo hace.
-¡Waaaw! -dije sorprendido, y copado, di otro salto. Osky se rió y me dijo.
-Ya está jeje, ya probaste, que te tengo que seguir explicando. ¿Ves ese aparato que cuelga del traje?
Había un aparato efectivamente, parecido a una tablet o algo así, pero con teclas por suerte, aunque muy diferentes al teclado de la computadora convencional. Le confirmé dándole pequeños golpes al aparato.
-¡Cuidado! Es una computadora, ya te la programé totalmente así que no tenés nada que tocar, y porfavor, no la toques mucho, a ver si le desconfigurás algo y luego no podés seguir adelante.
-¿Para qué es?
-Te va a orientar en las zonas laberínticas. -dice, y me empieza a enseñar el funcionamiento de la misma, no me enseña todas las teclas que trae, porque como en efecto dijo, llego a tocar algo ahí, voy a cambiar algo y ya no voy a poder seguir.
-Si no querés orientarte a través de la computadora, que te va a avisar de enemigos, objetos que puedas agarrar y toooodo lo que se te pueda cruzar, nomás apretás acá, y le cerrás el orto, ¡pero estate muy atento a todos los sonidos que escuches! Y por último, atendeme bien. Esta radio, permiso, -dice mientras me la pone en el bolsillo, -no toques nada. Yo a medida que vallas abanzando te voy a hablar por acá y te voy a dar las instrucciones necesarias. Para avisarte, ya que sé que no oís muy bien (y por eso me parece una buena opción que uses esta compu) va a bibrar, como lo haría el celu. Estate bien atento y atendeme, porque voy a estar verificando que estés bien y dándote las instrucciones necesarias para que llegues hasta el hotel. Por lo demás, yo te voy a estar observando desde este momitor. -me dice, haciéndome tocar un monitor bastante parecido al de una pc de escritorio pero diferente.
-Yo voy a mirar todo, así que voy a saber si te tratan de hacer mierda, si los matás, si llegaste a donde está Jime, etc. Ya te digo. enete todo ahí tal como te lo doy y te lo recomiendo ahora. No toques nada, no hagas cagadas, cuidado que está lleno de trampas, ácido, radiaciones y guarda, ¡ni se te ocurra comer nada de lo que se te ofrezca en el hotel! ya te digo, es comida tóxica, espero Jime no esté tragando eso.
-Pero no sé si voy a poder, ¡tengo miedo de no salir vivo!
-Naa, no seas cagón, daale, -dice sonriendo. -Listo, ¿estás preparado?
-¡Sí! -grité, porque no quiero perder más tiempo y ya mismo quiero que Jime salga de ahí.
-Una cosa más. Cuando llegues por el avión no te preocupes, vuelve automáticamente para acá. ¡Estate atento!
Ya llegué en cuestión de segundos a Uruguay. Me llama Osky.
"Diego, ¿me oís?"
"Sí.
"Bien, el avión te acaba de dejar cerca de un edificio, ahí es a donde se están amontonando los científicos y sus seres del carajo. Entrá, recorrelo todo y andá cagándolos a tiros. Ojo, ¡que se pueden amontonar! Cambio."
A la mierda. Ya estoy camina que camina, láser en mano, mientras la computadora, con una voz demasiado mecánica pero también sexi, me lo indica todo todo como, dirección a la que debo ir, obstáculos, puertas, enemigos, quienes tienen unas voces de negros de la villa extraterrestres, algunos parecen conocerme de algún lado y me putean re feo, yo sin más les meto el láser por donde más les gusta, y cuando mueren recojo todo lo que llevan. Así es como empiezo a obtener nuevas armas, más munición, kits médicos.
Pasaron banda de minutos, ya me estaba cansando de tanto saltar pozos y barreras electrificadas, y matar, pero la abrenalina era muuy fuerte, y encima me decían de todo, hasta cosas como que se van a tirar a Jimena antes que haga cualquier cosa por rescatarla y que me puedo ir bien a la puta que me parió, pero les hacía tragarse todos sus insultos a tiros, riéndome maliciosamente.
Por fín el DR Osky me llama y me dice.
"Che Diego, ahora cuando ya no queden más enemigos volvés a la calle, hay un taxista que te está esperando. Lo vas a reconocer porque siempre se la pasa cantando, acercate a él así te conduce al hotel. CAmbio."
Al rato, cuando me parecía que ya por fín maté a todos, escuché a un tipo cantando re feo pero re gracioso, supuse que tiene que ser el taxista. Me acerqué al taxi, le conté al tipo mi situación, me dijo que me llevaría encantado, pero justamente se lo quiere cargar un ciclista. Yo justo estaba escuchando gritar varias cosas a alguien, seguramente de Estados Unidos, en perfecto inglés, y a cada cosa que gritaba se ponía a joder con una motocicleta.
Me propuse matar yo mismo al hijo de su madre del ciclista YAnkee ese. El taxista aceptó, pero me dijo que lo haga rápido, que no le quedan muchos segundos de vida. En seguida me metí en la calle, ahí estaba el hijo de su madre, que gritó algo contra el taxista, y sorprendiéndolo de golpe, con mi amigo láser en mano, le disparé locamente hasta hacerle mierda la moto, y a él mismo. ¡Le salvé la vida al taxista! Ahora el taxista me invita a subir y me lleva. Yo ya estoy demasiado cansado y ando con unas ganas locas de comer o tomar algo, que más vale que no sea tóxico, porque ya me da miedo. Así pues, el taxista, me deja en una taberna a pocos km del hotel.
-Comete algo, allá son buenos, no te van a intoxicar. -me dice. Finalmente llegamos, me bajo y el taxista me dice. -Bueno, espero termines bien, yo a partir de acá no te puedo acompañar más porque tengo que seguir trabajando. -y se va feliz cantando la misma de hoy.
En el camino me agarraron un par de científicos pero me los cargué al toque. Para entonces ya fui equipando la metralleta.