Texto publicado por SUEÑOS;

El Mundo, y la forma de ver;

Primera,
Aunque soplen tempestades
y tu vida sea puesta a prueba,
No le temas a los vientos
Segunda, ¡¡¡ Qué sábanas tan sucias...!!!

¡¡¡ Qué sábanas tan sucias cuelga la vecina en el tendedero!!!
- Le comentó una mujer a su marido- Quizás necesita un jabón nuevo... ¡¡¡ Ojalá pudiera ayudarla a lavar las sábanas!

El marido la miró sin decir palabra alguna.

Cada dos o tres días la mujer repetía su discurso, viendo a través de la ventana, cómo tendía la ropa su vecina.

Al mes la mujer se sorprendió al ver a la vecina tender las sábanas blancas, como nuevas, inmaculadas, y le dijo a su marido: - ¡¡¡ Mira, al fin aprendió a lavar su ropa !!! ¿Le enseñaría otra vecina?

El marido respondió: - No ! Hoy me he levantado bien temprano y lavé los vidrios de nuestra ventana...

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A veces criticamos algo que desconocemos, sin pensar que quizás los que estamos mal somos nosotros.
Todo está en el color del cristal con que se mire.

Ánclate en el Amor de Dios,

Él te sostendrá y la tormenta pasarás.
Nada te separará de ese Amor de Dios,
ningún problema, ni enfermedad,
ni persona, ni poderes, ni situación,
cuando le pides que sea tu sostén,
tu mano tomará y te salvará
no importando cuán difícil sea
lo que estés atravesando.
¡Ten fe, No te rindas, ..
Tercera,
La Importancia de los Pequeños Detalles

El alumno, según él, había terminado el cuadro. Llamó a su maestro para que lo evaluara. Se acercó el maestro y observó la obra con detenimiento y concentración durante un rato. Entonces, le pidió al alumno la paleta y los pinceles. Con gran destreza dio unos cuantos trazos aquí y allá. Cuando el maestro le regresó las pinturas al alumno el cuadro había cambiado notablemente.

El alumno quedó asombrado; ante sus propios ojos la obra había pasado de mediocre a sublime. Casi con reverencia le dijo al maestro: ¿Cómo es posible que con unos cuantos toques, simples detalles, haya cambiado tanto el cuadro? -Es que en esos pequeños detalles está el arte. Contestó el maestro.

Si lo vemos despacio, nos daremos cuenta que todo en la vida son detalles. Los grandes acontecimientos nos deslumbran tanto que a veces nos impiden ver esos pequeños milagros que nos rodean cada día. Un ave que canta, una flor que se abre, el beso de un hijo en nuestra mejilla, son ejemplos de pequeños detalles que al sumarse pueden hacer diferente nuestra existencia.

Todas las relaciones –familia, matrimonio, noviazgo o amistad- se basan en detalles. Nadie espera que remontes el Océano Atlántico por él, aunque probablemente sí que le hables el día de su cumpleaños. Nadie te pedirá que escales el Monte Everest para probar tu amistad, pero sí que lo visites durante unos minutos cuando sabes que está enfermo.
Hay quienes se pasan el tiempo esperando una oportunidad para demostrar de forma heroica su amor por alguien. Lo triste es que mientras esperan esa gran ocasión dejan pasar muchas otras, modestas pero significativas. Se puede pasar la vida sin que la otra persona necesitara jamás que le donaras un riñón, aunque se quedó esperando que le devolvieras la llamada.

Se piensa a veces que la felicidad es como sacarse la lotería, un suceso majestuoso que de la noche a la mañana cambiará una vida miserable por una llena de dicha. Esto es falso, en verdad la felicidad se finca en pequeñeces, en detalles que sazonan día a día nuestra existencia.

Nos dejamos engañar con demasiada facilidad por la aparente simpleza. No desestimes jamás el poder de las cosas pequeñas: una flor, una carta, una palmada en el hombro, una palabra de aliento o unas cuantas líneas en una tarjeta. Todas estas pueden parecer poca cosa, pero no pienses que son insignificantes.

En los momentos de mayor dicha o de mayor dolor se convierten en el cemento que une los ladrillos de esa construcción que llamamos relación. La flor se marchitará, las palabras quizá se las llevará el viento, pero el recuerdo de ambas permanecerá durante mucho tiempo en la mente y el corazón de quien las recibió.

¿Qué esperas entonces? Escribe esa carta, haz esa visita, levanta el teléfono. Hazlo ahora, mientras la oportunidad aún es tuya. No lo dejes para después por parecerte poca cosa. En las relaciones no hay cosas pequeñas, únicamente existen las que se hicieron y las que se quedaron en buenas intenciones...

Cuarta,
Carta a mi Hijo/a

Hijo/a:

Hoy quiero decirte lo maravilloso que se siente poder llamarte hij@ mi@. Sabes, desde antes de que supiera de ti ya te anhelaba, y en cuanto supe que existías comencé a amarte, te espere con mucha ilusión por nueve meses y mi amor crecía al tiempo que la pancita que te albergaba, podía pasar hora mirando y tocando, esperando una patadita tuya, y no podría creer tanta dicha, desde entonces ya me sentía tremendamente orgullosa de ti. Imaginaba tantas cosas.

Y hoy que al fin te tengo en mis brazos, solo puedo elevar la mirada y dar gracias a Dios por hacerme tan feliz dándome por hijo al angelito mas hermoso que hay., y mis ojos se llenan de lagrimas a l no poder contener en mi tanta alegría. Ojalá hubiera una palabra que pudiera describir este amor tan grande, ojalá pudieras ver como estalla mi corazón cada vez que se esboza una risita tuya. Te amo tanto, eres mi estrellita, mi sol, eres mi esperanza de un futuro prometedor, lleno de cosas maravillosas que tú y yo vamos a compartir como una familia.

También pido al cielo que me ayude a ser buena madre, te prometo que procurare no decepcionarte. Debes saber que soy tu amiga, que siempre y para siempre voy a estar a tu lado, que mis oídos no fallaran cuando quieras que te escuche, ni mis brazos faltaran cuando un Consuelo necesites, y mis manos siempre estarán detrás de ti aplaudiendo tus triunfos, dando una palmada a tu hombro y tomando con fuerza las tuyas así como hoy tu aprietas las mías.

Hoy eres una promesa de felicidad, un compromiso e entrega con al vida, una esperanza de amor, un regalo del cielo…… para hacer mi vida mejor

Con infinito amor: Mamá

quinta,
Oración de los Padres por sus Hijos

Padre amoroso, a través de nosotros hiciste surgir la vida.

Te damos gracias por los hijos que nos diste.
Tú los conocías amabas desde la eternidad.
No siempre es fácil comprenderlos o ser como ellos nos desean,
pero son nuestra alegría y bendición.

Las preocupaciones, temores y fatigas que nos cuestan,
las aceptamos con serenidad.

Ayúdanos a amarlos sinceramente.

Danos sabiduría para guiarlos con la palabra y el ejemplo,
paciencia para instruirlos, vigilancia para hacerlos buenos,
y amor para corregirlos.

Setima,
NO TE RINDAS !

DIOS permitirá que tus lágrimas y desahogos
lleguen como ofrenda ante Sus Ojos,
permitirá y escuchará tus gritos de impotencia, de tristeza,
de dolor, ante lo que tanto te causa pesar...
pero DIOS no quiere que te rindas !

Su Ejemplo nos ha dado, Su Fuerza te entregará
para que continúes confiando en Él,
para que el camino que tienes ante tus ojos
se llene de esperanza si de la Mano de Él caminas....

NO TE RINDAS !..

Las situaciones pasan, las lágrimas se secarán,
la experiencia quedará, la enseñanza te fortalecerá,
la tristeza aminorará o desaparecerá cuando veas
que la Luz de SU AMOR es más fuerte y te guía
a un futuro pleno y feliz...

CONFIA, NO TE RINDAS !

setimo,
La Vasija Agrietada (Reflexión)

Un cargador de agua en la India tenía dos grandes vasijas que colgaban a los extremos de un palo que él llevaba encima de los hombros. Una de las vasijas tenía una grieta, mientras que la otra era perfecta y entregaba el agua completa al final del largo camino a pie desde el arroyo hasta la casa de su patrón.

Cuando llegaba, la vasija rota solo contenía la mitad del agua. Por dos años completos esto fue así diariamente. Desde luego la vasija perfecta estaba muy orgullosa de sus logros, perfecta para los fines para la cual fue creada.

Pero la pobre vasija agrietada estaba muy avergonzada de su propia imperfección y se sentía miserable porque solo podía conseguir la mitad de lo que se suponía debía hacer. Después de dos años le habló al aguador diciéndole: "Estoy avergonzada de mí misma y me quiero disculpar contigo"...

¿Por qué? le preguntó el aguador.

Porque debido a mis grietas, solo puedes entregar la mitad de mi carga. Debido a mis grietas, solo obtienes la mitad del valor de lo que deberías.

El aguador se sintió muy apesadumbrado por la vasija y con gran compasión le dijo: "cuando regresemos a la casa del patrón quiero que notes las bellísimas flores que crecen a lo largo del camino.

Así lo hizo y en efecto vio muchísimas flores hermosas a todo lo largo, pero de todos modos se sintió muy apenada porque al final solo llevaba la mitad de su carga.

El aguador le dijo: ¿Te diste cuenta de que las flores solo crecen en tu lado del camino?, siempre he sabido de tus grietas y quise obtener ventaja de ello, sembré semillas de flores a todo lo largo del camino por donde tú vas y todos los días tú las has regado. Por dos años yo he podido recoger estas flores para decorar la casa de mi patrón. Sin ser exactamente como eres, él no hubiera tenido esa belleza sobre su mesa.