Texto publicado por Jaime Nelson Arboleda Barrera

Había un peluquero muy feliz que tenía una bella y amante esposa, además de poseer un salón de peluquería muy prospero. Un día, un hombre joven entra a
su peluquería y pregunta:
-Señor, ¿en cuanto tiempo puede hacerme un corte de cabello?
El peluquero mira su sala de espera y responde:
-Aproximadamente en 2 horas...
El joven da la gracias y se va corriendo.
Al día siguiente vuelve el mismo joven y pregunta:
-Señor, ¿dentro cuanto tiempo puede hacerme un corte de cabello?
El peluquero mira su sala de espera y responde:
-Aproximadamente en 2 horas y media...
El joven da la gracias y se va rápidamente.
De nuevo al día siguiente vuelve el mismo joven y pregunta:
-Señor, ¿dentro cuanto tiempo puede hacerme un corte de cabello?
El peluquero mira su sala de espera y responde:
-Aproximadamente en 1 hora y media...
El joven da la gracias y sale apresuradamente de la peluquería.
El peluquero llama a la aseadora y le dice:
-Mira, ese tipo que acaba de salir corriendo, lleva varios días preguntando en cuanto tiempo lo puedo atender, y nunca se hace un arreglo de cabello. Creo
que es un espía de la competencia. Quiero que lo sigas, y me digas a donde va cuando sale de aquí.
Media hora después vuelve la muchacha riendo y sacudiendo las manos en señal de peligro, y el peluquero muy serio dice:
-Deja ya de reír y dime de una vez ¿a donde va el tipo cuando sale corriendo de aquí?
-A tu casa jefe, a tu casa...!