Texto publicado por Jaime Nelson Arboleda Barrera

Borrachera femenina.

       Anoche salí con mis amigas a una "reunión".

Yo le dije a mi marido que regresaría a casa a las 12 en punto. "Te lo prometo", le dije.

Pero la "reunión" estuvo muy bien, copitas, bailecito, más copitas... y se me fue la hora.

Resulta que llegué a casa a las 3 la madrugada completamente borracha. Acababa de entrar y el mugre reloj cucú hizo 'cu-cu' tres veces. Al darme cuenta

que mi marido se iba a despertar por ese sonido, grité'"cu-cu'" otras 9 veces más... Me quedé tan orgullosa y satisfecha por haber tenido de pronto, aunque

borracha, una idea tan buena para evitar pelea con mi marido, que me acosté de lo más tranquila pensando en lo inteligente y lista que soy.

Por la mañana, durante el desayuno, mi marido me preguntó a qué hora había llegado y le contesté que había llegado a las 12 en punto, tal y como le había

prometido.

El, de momento, no dijo nada ni me pareció desconfiado "qué biennnnn! ¡salvadaa!" pensé yo. 

Entonces él me dijo: "por cierto... debemos cambiar nuestro reloj cucú." 

Le pregunté, temblorosa, "¿síiii? ¿y por qué, mi amor?".

Y me dijo: "bueno, anoche el reloj hizo 'cu-cu' tres veces... luego, no sé cómo, gritó "¡¡mierda!!"... después hizo  'cu-cu' cuatro veces más.... vomitó

en el pasillo... hizo 'cu-cu' otras tres veces... se cagó de la risa, y otra vez hizo 'cu-cu'... salió corriendo, pisó al gato, rompió la mesita de la

esquina de la sala, se acostó a mi lado dando el último 'cu-cu', se tiró un pedo y se durmió.