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Ciencia,

Ciencia de los Materiales.

Inesperada capacidad cuántica en un tinte azul usado en billetes.

Un pigmento azul común utilizado en billetes de 5 libras esterlinas podría
desempeñar un papel importante en el desarrollo de una computadora cuántica,
según los llamativos resultados de una nueva investigación.

El pigmento, llamado ftalocianina de cobre y similar a la sección que capta
la luz en la molécula de clorofila, es un semiconductor orgánico de bajo
costo presente en muchos productos de uso cotidiano. En especial, con él se
puede crear una película delgada que se puede utilizar fácilmente para la
fabricación de diversos enseres, una ventaja significativa sobre materiales
similares estudiados anteriormente.

Ahora, unos investigadores del Centro de Nanotecnología de Londres, en el
University College de Londres, y la Universidad de la Columbia Británica en
Canadá, han mostrado que los electrones en la ftalocianina de cobre pueden
permanecer durante periodos de tiempo sorprendentemente largos en
"superposición", un efecto intrínsecamente cuántico en el que el electrón
puede estar en dos estados a la vez. Esto por tanto demuestra que ese
colorante común podría servir como medio para tecnologías cuánticas.

El desarrollo de la computación cuántica requiere controlar con precisión
pequeños "qubits" individuales, que son los análogos cuánticos de los bits
clásicos, "0" y "1", los cuales son la base todas nuestras tecnologías de
computación y comunicación en la actualidad. Lo que distingue a los qubits
de los bits clásicos es su capacidad de existir en estados de superposición.

Película delgada de ftalocianina sobre un sustrato de plástico flexible,
mostrando la coexistencia de qubits "0" y "1" de larga persistencia en el
espín del cobre. (Imagen: Centro de Nanotecnología de Londres, University
College de Londres)

El tiempo de desvanecimiento de dichas superposiciones indica lo útil que un
candidato a qubit podría ser en las tecnologías cuánticas. Si este tiempo de
desvanecimiento es largo, se hacen posibles el almacenamiento, la
manipulación y la transmisión cuántica de datos.

Paradójicamente, este tinte azul común tiene más potencial para la
computación cuántica que muchas de las moléculas más exóticas que han sido
consideradas anteriormente, tal como subraya Marc Warner, del Centro de
Nanotecnología de Londres, y miembro del equipo de investigación.

La ftalocianina de cobre posee muchos otros rasgos que podrían permitir
aprovechar el espín de los electrones, en vez de su carga, para almacenar y
procesar información.

Las características de la ftalocianina de cobre incluyen su alta capacidad
de absorber luz visible, así como la notable facilidad con que se la puede
modificar química y físicamente, y que permite controlar sus propiedades
magnéticas y eléctricas.

En teoría, una computadora cuántica puede resolver con pasmosa facilidad
problemas que una supercomputadora convencional no sería capaz de resolver
aunque estuviera haciendo cálculos incesantemente durante tanto tiempo como
la edad actual del universo.

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