Texto publicado por SUEÑOS;

Semilla Del Corazón;

LOS ÁRBOLES GENEALÓGICOS VIVEN EN CADA UNO DE NOSOTROS- Alejandro Jodorowsky

“El daño se transmite de generación en generación: el embrujado se
convierte en embrujador, proyectando sobre sus hijos lo que fue
proyectado sobre él,
a no ser que una toma de consciencia logre romper el círculo vicioso.

No hay que temer hundirse profundamente en uno mismo para enfrentar la
parte del ser mal constituido, el horror de la no realización, haciendo
saltar el
obstáculo genealógico que se levanta ante nosotros como una barrera y
que se opone al flujo y reflujo de la vida.

En esta barrera encontramos los amargos sedimentos psicológicos de
nuestro padre y de nuestra madre, de nuestros abuelos y bisabuelos.
Tenemos que aprender
a desidentificarnos del árbol y comprender que no está en el pasado: por
el contrario, vive, presente en el interior de cada uno de nosotros.
Cada vez
que tenemos un problema que nos parece individual, toda la familia está
concernida. En el momento en que nos hacemos conscientes, de una manera
o de otra
la familia comienza a evolucionar. No sólo los vivos, también los
muertos. El pasado no es inamovible. Cambia según nuestro punto de vista.

Ancestros a quienes consideramos odiosamente culpables, al mutar nuestra
mentalidad, los comprendemos en forma diferente. Después de perdonarlos
debemos
honrarlos, es decir, conocerlos, analizarlos, disolverlos, rehacerlos,
agradecerles, amarlos, para finalmente ver el “buda” en cada uno de
ellos. Todo
aquello que espiritualmente hemos realizado podría haberlo hecho cada
uno de nuestros parientes. La responsabilidad es inmensa. Cualquier
caída arrastra
a toda la familia, incluyendo a los niños que están por venir, durante
tres o cuatro generaciones.”

Alejandro Jodorowsky en “La danza de la realidad”