Texto publicado por Jaime Nelson Arboleda Barrera

Te busco.

| Te busco.
 
 
        Te busco eterna en el reino de mis sueños.
Te busco sin perderte, te busco sin tenerte como  la arena encapsulada en la burbuja del tiempo.
 
Mi vuelo se derrama en una seca lágrima; tan vacía como esa sombra que se apaga en la larga noche. Nocturno es el canto; nocturna es tu ausencia... como
avispas que acarician con aguijones mis entrañas de espesa oscuridad. El viento te nombra en profundos suspiros. Te siento tan cerca sin que mis labios
beban del cántaro de fresca rosa. Te busco navegando en estrellas, te busco ahogándome en tinieblas y siempre en vida emerjo como un arcoiris en luna...
sin lluvia, ni brisa, ni rocío.
Cabalgan los deseos en diminutos torrentes de madrugada esperanza, que en su trote colocan la semilla en los campos de tu corazón. Palabras calladas; pensamientos
prolongados; poesía clara y viva que busca la tierra fértil para germinar sin alba ni descanso. El sereno baña en frágiles gotas el correr de las horas;
lento... tan lento que mis ancias se encienden en nulo cirio. Las campanas han repicado entre destellos de magia; línea de plata, sendero de cisne que
anuncia la venida de la radiante esmeralda.
Ya se enciende el horizonte, y En el manantial celeste brotan ángeles en racimos de cálida nieve. Como girasol ancioso te busco en el levante, así como
un niño busca los diurnos brazos de su madre.
La aurora en vuelo se ha desprendido del nido. Los minúsculos cristales se escurren como almas transparentes encontrando refujio en los abanicos de adas.
Pequeño diamante que en dorada miel endulzas los versos en terciopelo,el mar en diurno canto anhela tu regreso a la cúspide del cielo en paraíso.
 
Te busco constante en el brillo de mis días.
Te busco sin perderte, te busco sin tenerte como la flor que se ha manifestado en la suave y tierna alegría.
 
 
ALM, 9 de noviembre del 2013. 
| Te busco.
 
 
        Te busco eterna en el reino de mis sueños.
Te busco sin perderte, te busco sin tenerte como  la arena encapsulada en la burbuja del tiempo.
 
Mi vuelo se derrama en una seca lágrima; tan vacía como esa sombra que se apaga en la larga noche. Nocturno es el canto; nocturna es tu ausencia... como
avispas que acarician con aguijones mis entrañas de espesa oscuridad. El viento te nombra en profundos suspiros. Te siento tan cerca sin que mis labios
beban del cántaro de fresca rosa. Te busco navegando en estrellas, te busco ahogándome en tinieblas y siempre en vida emerjo como un arcoiris en luna...
sin lluvia, ni brisa, ni rocío.
Cabalgan los deseos en diminutos torrentes de madrugada esperanza, que en su trote colocan la semilla en los campos de tu corazón. Palabras calladas; pensamientos
prolongados; poesía clara y viva que busca la tierra fértil para germinar sin alba ni descanso. El sereno baña en frágiles gotas el correr de las horas;
lento... tan lento que mis ancias se encienden en nulo cirio. Las campanas han repicado entre destellos de magia; línea de plata, sendero de cisne que
anuncia la venida de la radiante esmeralda.
Ya se enciende el horizonte, y En el manantial celeste brotan ángeles en racimos de cálida nieve. Como girasol ancioso te busco en el levante, así como
un niño busca los diurnos brazos de su madre.
La aurora en vuelo se ha desprendido del nido. Los minúsculos cristales se escurren como almas transparentes encontrando refujio en los abanicos de adas.
Pequeño diamante que en dorada miel endulzas los versos en terciopelo,el mar en diurno canto anhela tu regreso a la cúspide del cielo en paraíso.
 
Te busco constante en el brillo de mis días.
Te busco sin perderte, te busco sin tenerte como la flor que se ha manifestado en la suave y tierna alegría.
 
 
ALM, 9 de noviembre del 2013.