Texto publicado por Jaime Nelson Arboleda Barrera

Microrelato

Era como si nuestros sueños se estuvieran haciendo realidad. Nos alegramos
al principio cuando misteriosamente se esfumaron los inmigrantes. Luego
fueron desapareciendo, sucesivamente, nuestros adversarios políticos, los
vecinos más molestos... Parecía que algún ser superior había atendido
nuestras súplicas. La población de la ciudad se redujo drásticamente. Nos
entristeció perder a Enrique, sólo porque aquella noche nos molestó el
teclear constante de su vieja máquina de escribir. Ahora estoy aterrado. Ya
no queda nadie más. Ayer perdí la mano derecha sólo porque, y de verdad que
lo hice sin querer, la maldije por verter un poco de leche. Me he quedado
solo, con una suerte de cuerpo en mudanza. Ya sólo puedo recordar a aquellos
que una vez odié, y que ahora tanto echo de menos...
Enrique Laso Fuentes

__._,_.___
Responder a remitente
|
Responder a grupo
|
Responder mediante la Web
|
Crear un tema nuevo
Mensajes con este tema