Texto publicado por Jaime Nelson Arboleda Barrera

Alergias de verano: cuidado con el sol, el agua y los mosquitos artículo..

Alergias de verano: cuidado con el sol, el agua y los mosquitos
Baños en agua fría, tomar el sol, picaduras de insectos o comidas a bajas
temperaturas pueden desencadenar urticarias alérgicas poco conocidas
Autor: Por TERESA ROMANILLOSFecha de publicación: 5 de agosto de 2013

- Imagen: TKrueger -En verano la piel se vuelve vulnerable: sol, agua y
picaduras de insectos pueden provocar lesiones y alterar su equilibrio. Por otra
parte, elementos tan comunes como el sol y el agua pueden dar lugar a alergias
curiosas y poco conocidas pero que son más frecuentes de lo que se cree. En este
artículo se describen algunas alergias de verano que, incluso, pueden llegar a
ser graves, como la provocada por un baño en agua fría, por la exposición solar
o las picaduras de insectos.
Los riesgos del agua fría La alergia al frío, también conocida como "urticaria a
frigore", es una hipersensibilidad poco común que se desencadena con las bajas
temperaturas. En este caso, al cabo de pocos minutos de la exposición al frío,
surgen enrojecimiento y habones pruriginosos en la piel. Si la alergia es
importante o si el contacto prolongado, puede producirse hinchazón de toda la
zona. Las lesiones suelen ser pasajeras y se desvanecen de forma rápida a la
media hora tras cesar la exposición.
A menudo los primeros síntomas pasan inadvertidos; pueden mostrarse en forma de
enrojecimiento y ligero picor en las manos al contacto con agua u objetos fríos,
o inflamación de los labios al comer alimentos a bajas temperaturas. En otras
personas, puede manifestarse como un cuadro de malestar con dolor de cabeza y
fiebre que difícilmente hace sospechar que sea producido por una alergia.
Los motivos de esta urticaria son variados. En algunos afectados el origen es
genético y puede aquejar a otros miembros de la familia. Asimismo, puede
mostrarse en el curso de otras enfermedades inmunes e infecciones víricas como
la varicela, la rubeola o la mononucleosis.
Para las personas que sufren "urticaria a frigore" severa, la exposición al
frío puede provocar lesiones en la piel, una bajada brusca de la presión
arterial y desmayos Para las personas que sufren "urticaria a frigore" severa,
la exposición al frío puede provocar lesiones en toda la piel que, a su vez, dar
a lugar a una bajada brusca de la presión arterial y desmayos. Estas reacciones
graves suelen producirse al nadar en aguas frías, con el consiguiente peligro de
ahogamiento. Por otro lado, si se padece esta alergia, se debe evitar tomar
alimentos demasiado fríos, ya que pueden ocasionar hinchazón en la lengua y las
mucosas de la garganta, con dificultad respiratoria que puede ser grave.
La "urticaria a frigore" se puede diagnosticar mediante la colocación de un
cubito de hielo sobre la piel durante varios minutos. En las personas que
padecen alergia al frío, cuando se retira el hielo y la piel empieza a recuperar
su temperatura, se produce enrojecimiento e hinchazón de la piel.
La evolución es variable; niños y adolescentes suelen mejorar por sí solos
después de algunas semanas o meses. No hay un tratamiento específico para la
"urticaria a frigore", aunque estas reacciones dermatológicas pueden minimizarse
con fármacos, como los antihistamínicos, que limitan la reacción alérgica. Lo
más importante es saber que se padece el problema para poder evitar exposiciones
que resulten peligrosas.
Alergia al agua Pero no siempre que surgen habones en la piel tras un baño en la
playa o en la piscina la culpa es del frio; a veces es la propia agua la que
provoca la alergia. Es la denominada urticaria acuagénica, que se produce por
contacto con el agua independientemente de la temperatura a la que se halle.
En general, los síntomas son leves y no se acompañan de manifestaciones
sistémicas. Es una forma de alergia rara y en algunos pacientes se ha podido
comprobar cierta tendencia familiar.
Alergia al sol Otra dolencia curiosa y poco frecuente es la alergia producida
por el sol, también conocida como urticaria solar. En este caso, se manifiesta
con enrojecimiento y habones a los pocos minutos de la exposición a la luz
solar.
El primer síntoma es el picor, al que siguen las lesiones en la piel que
desaparecen entre una y tres horas después. Si se ha expuesto al sol grandes
áreas de piel, las reacciones pueden ser más serias, con síntomas generales como
dolor de cabeza, hipotensión y dificultad respiratoria.
Dado que parte de la radiación solar puede atravesar telas finas, a veces las
lesiones pueden desarrollarse incluso en zonas cubiertas. Otra curiosidad es que
la luz fluorescente también puede producir esta irritación.
Para confirmar el diagnóstico se intenta reproducir las lesiones con la
exposición a la luz solar o a determinadas fuentes de luz artificial.
Alergia a la picadura de insectos Otra alergia de verano es la desencadenada por
la picadura de insectos. Hay personas que, tras una picadura, tienen reacciones
inflamatorias exageradas, incluso con cuadros generales similares a los
provocados por las alergias a medicamentos. Si se producen varias picaduras al
mismo tiempo, el afectado puede tener síntomas generales como náuseas, mareo y
dificultad respiratoria. Incluso, a veces puede revestir gravedad. Para estas
personas, puede estar indicado un tratamiento desensibilizador y, en caso de
picadura, la autoadministración de adrenalina.
Fotosensibilidad por medicamentos
La alergia al sol puede confundirse con la fotosensibilidad por medicamentos. En
este caso, determinados medicamentos y productos químicos se depositan en la
piel que pueden dar lugar a lesiones cuando se exponen a la radiación solar.
Algunas de estas reacciones tienen una base alérgica pero, en su mayoría, es un
efecto tóxico.
Algunas personas pueden desarrollar quemaduras solares después un día de playa y
extrañarse de que, a pesar de que han estado poco tiempo al sol y de haber usado
fotoprotector, la reacción haya sido tan intensa. En este caso debe sospecharse
que el culpable pueda ser algún fármaco. Si se sigue algún tratamiento, no está
de más leer el prospecto que lo acompaña o preguntar al médico para evitar
problemas.