Texto publicado por Jorge García Leal

El ego

Después de las publicaciones previas considero importante hablar del ego o también conocido como yo inferior por lo que iniciaré con la siguiente pregunta:
¿QUÉ ES EL EGO?
El Ego es la suma de nuestros defectos psicológicos los cuales habitan en nuestro interior y fueron creados inconscientemente por nosotros mismos.
Esos defectos se nutren de las energías de pensamientos desquiciados, no hay nada de divino o superior en el Ego.
El es realmente la causa de nuestros sufrimientos, inconsciencia, errores, vicios, temores, etc…
Horus en el antíguo Egipto, al Ego se le conocía como los demonios rojos de Seth.
En la Mitología, el Ego es representado por Medusa, causadora de todo tipo de sufrimientos al hombre. Su mirada hipnótica convierte en piedra a quién la mira y que es degollada por la espada de Perséo.
Xibalbá se traduce como demonio, los señores y pobladores del inframundo, son la viva representación de los agregados psicológicos que interiormente cargamos.
El Ego es la fábrica de pensamientos que hemos hecho realidad. Es el miedo a dejarnos llevar por un halo de esperanza que nos conduzca al verdadero Amor. Es la culpa, es el odio a nosotros mismos, por consiguiente a los demás (aunque no nos demos cuenta)
La naturaleza real del ser humano es de infinita compasión y amor, existe solo para dar. Así que al Ego le fue permitido coexistir con nosotros los humanos y gradualmente, como un parásito alimentandose de su anfitrión, se ha apropiado de todo nuestro funcionamiento.
Literalmente ha tomado el control de todo lo que la mayoría de nosotros pensamos, sentimos y creemos. No hay nada que el Ego defienda com mayor pasión que su derecho a tener la razón, aunque el precio por ese triunfo sea la pérdida de la paz, la compañía, la amistad e incluso el amor.
Su existencia depende de ti porque el Ego es una creencia tuya. El Ego no es mas que una confusión con respecto a tu identidad. El depende de tu mente y tal y como lo enventaste creyendo en él puedes así mismo desvanecerlo dejando de creer en él.
El Ego es muy listo, lleno de recursos puede manipular y adaptarse a cualquier circunstancia para evitar su detección y expulsión.
Sentir culpa o culpar a otros por lo que se hace o se siente, es prolongar la permanencia del Ego fortaleciendolo.
Vemos lo que queremos ver o lo que necesitamos ver, no podemos cambiar el mundo pero podemos cambiar la forma de mirar al mismo.
Sustituimos la culpa de nuestro Ego (que hemos hecho realidad) por lo real de nuestra identidad como espíritu (la chispa de divinidad que poseemos) nos lo recuerda constantemente. Pero el Ego se encarga de decirnos que no es así. Háblale a esa esencia Divina y pídele que te aclare tus pensamientos.
El Ego es un falso Yo con el que usualmente el individuo se identifica y por el que se siente separado. El Ego es solo una creencia, de ninguna manera es real. Es un falso sustituto de quien realmente eres. El Ego es un sistema de pensamiento demente que hace que surja la maldad, la culpa y el miedo como sus testigos preferidos.
El Ego es el que fabrica todos nuestros problemas, todo aquello que nos causa miedo en todas sus manifestaciones, incomodidad, malestar, desazón, irritación, preocupación y cuantas emociones y sentimientos que no sean el amor, son fabricados por el Ego.
Todo aquello que hace daño, es Ego. Toda aquella visión que señala diferencias de cualquier tipo, es Ego. La arrogancia y el orgullo, son Ego. Aquello que juzga, es Ego. Aquello que se ofende, es Ego. Aquello que duda, es Ego. Aquello que teme, es Ego. Aquello que sufre, es Ego. Aquello que se ve y se siente especial, es Ego.
El solo sentimiento de sentirse en desacuerdo con los demás, es Ego, porque en el fondo se esconde un sentimiento de odio o de superioridad. Si logramos ver hacia dentro de nosotros mismos encontraremos lo que es verdadero. Nuestro verdadero Ser, esa persona amable, cálida,bondadosa, comprensiva, tolerante y buena que reside en cada uno de nosotros.
Lo único que puede impedirnos ver hacia adentro y descubrir al Ego, es el propio Ego, ya que con solo verlo, este revelaría lo ilusorio de su naturaleza y por lo tanto quedaría expuesto a la luz y el amor.
La luz y el amor disuelven toda presencia del Ego ya que el amor sana nuestra mente que nos permite exteriorizar a nuestro verdadero Ser.
El amor es lo único que se puede conocer ya que solo el amor es real y por lo tanto, solo el amor tiene sentido. El Ego. está seguro de que el amor es peligroso y esta es siempre su enseñanza principal, pero nunca lo expresa de ese modo. Por el contrario el Ego parece estar profundamente inmerso en la búsqueda del amor.
El Ego aunque alienta con gran insistencia la búsqueda del amor pone una condición: que no se encuentre. Sus dictados por lo tanto, pueden resumirse simplemente de esta manera: Busca pero no halles. Esta es la única promesa que el Ego te hace y la única que cumplirá.
Y como te enseña también que él es tu identidad, su consejo te embarcará en una jornada que siempre acaba en una percepción de autoderrota, pues el Ego es incapaz de amar y su frenética búsqueda del amor anda en pos de lo que teme encontrar.
Hay que intentar diferenciar la voz del Ego y la de tu verdadero Ser. ¿Cómo? Solamente hay que detenerse y preguntarse: ¿Estoy completamente seguro de que esto es lo mejor? Si la respuesta es ¡NO!
Además se pueden practicar los siguientes consejos:
Escucha a los demás y no te centres en ti mismo, durante las conversaciones concéntrate en lo que la otra persona está diciendo y no en lo que tú estás pensando o sintiendo.
Trata de borrar de tú mente la palabra especial, especial implica mejor que o mas importante que. En realidad todos somos especiales por lo tanto nadie necesita la etiqueta de especial.
Practica la meditación diaria o el acallar la mente para deshacer la ilusión de que estás separado del universo.
Trata a los demás como te gustaría que los demás te trataran a ti
Poco a poco verás como te sentirás conectado con todo y con todos y experimentarás su sentimiento de bienestar cada vez mas profundo.
Evita criticar, juzgar o evaluar a los demás.
No impongas tus puntos de vista, da oportunidad a los demás de expresar sus sentimientos, pensamientos o creencias y escucha, con respeto y atención aunque no estés de acuerdo.
Existen muchos mundos, en este mundo y no necesariamente el que sean diferentes quieren decir que estén mal.
Definitivamente, es recomendable guardar silencio cuando es necesario y no dejar que el Ego se alimente de los halagos o profiera ofensas a los demás.
Examina ¿En que te beneficia sentirte ofendido? Lo que ofende es obra del Ego. Está en tu mente, ¡Tú decides si aceptas una ofensa o no!
Recuerda¡Nadie te ofende!
Da mas de ti mismo a los demás y pide menos a cambio.
Practica el perdón, la tolerancia, el amor con todas las personas y te sorprenderá el descubrir como cada azucena de perdón que ofreces a tu hermano regresa a ti como un regalo de paz, tolerancia y amor.
No se trata de dejar de ser tú mismo, por el contrario se trata de redescubrirte, ser libre, ser tú otra vez, dejar de lado las máscaras y las poses, dejar la falsa imagen que has creado y has creido que eres, dejar de sufrir y ser feliz de nuevo.
Se trata de liberarte de la carga del orgullo, el resentimiento y el dolor, de amar sin miedo, de confiar otra vez, de creer y estar abierto a recibir todas las bienaventuranzas que este mundo tiene para ti.
De liberarte de las poses, los prejuicios y el resentimiento, abrir los brazos y recibir todo el amor que está disponible solo para ti.