Texto publicado por Ma. Guadalupe Hernández Méndez

Un amigo verdadero

escribir ¿y quien te dijo que yo sabía escribir? el hecho de ir hilando palabras parte por parte, vocal por vocal o gancho por gancho, eso no es saber escribir. Quien escribe sabe alterar las emociones con sus palabras, o hacer que la imaginación vuele mas allá del universo, es capaz de crear aves, animales, monstros o cualquier clase de cosa inexistente y yo, perdona amigo mio, pero nunca he sabido provocar ese tipo de fenómenos, soy muy precario de ideas y palabras y mas aún cuando me enfrento a algún teclado sin tener deseos de pulsar sus teclas, sin ganas de nada mucho menos de comunicar algo que yo mismo no siento es mas ahora tengo unos enormes deseos de tomar este teclado y ponerlo en el bote de la basura por no poder reflejar en sus letras algo del desánimo que tiene mi espíritu en esta tarde llena de lluvia quizá por eso eestoy triste, la lluvia siempre me causa tristeza o nostalgia a pesar de que me gusta que llueva no puedo evitar sentir lo que siento
pero con todo y eso ¿ quieres que te escriba un cuento? bien, aunque no podría empezar diciendo: Había una vez... una pradera llena de las más exquisitas, radiantes y perfumadas flores que jamás hombre alguno haya visto. A su alrrededor existía una valla de enormes árboles que marcaban sus límites, en ellos se podía admirar aves de diferentes tamaños y coloridos, que por las mañanas y las tardes aturdían a quien los escuchara con sus cantos, gritos o graznidos.Por las noches la arrullaba el susurro de los grillos, el concierto de los sapos y algún otro animalito nocturno. las estrellas colgadas en el cielo semejantes a las luciérnagas que sin cesar volaban de uno a otro lado dejando estelas luminosas a su paso.
Aquella era una mañana de primavera, el sol caía a plomo sobre la pradera, pero con todo y eso las flores no perdían su esplendor, las lluvias tempranas le daban vida a todo cuanto en ella existía. Así fué como yo la encontré ese día, el mas hermoso de mi vida, después de una larga carrera y de haber dejado varios mechones de pelo entre los zarzales que me vi obligado a cruzar, pero ahí estaba la parte mas inimaginable del mundo ¡y era mía!... La recorrí dando saltos de alegría, a momentos me tiraba sobre el césped y rodaba y rodaba hasta cansarme para luego, de un salto ponerme en pie y seguir corriendo a su alrrededor. Varios sapos se cruzaron en mi camino, saltando de un lado a otro para evitar que mis cascos los pisotearan... por fin con un gran relincho terminó mi carrera y fuí a echarme bajo un frondoso árbol de tamarindos... ahora tomaría una larga siesta.
¡Oh! cuanto lloré cuando mi padre me dijo que dugui se había extraviado aquella mañana cuando los perros de la granja vecina lo echaron a correr hacia el bosque, ya él y otros granjeros lo habían buscado pero todo señalaba que corrió rumbo al lugar "prohibido" y que ahí no teníamos manera de entrar, pues además del campo impenetrable de zarzales existía la leyenda... esa terrorífica leyenda acerca del pájaro gris.
Los días pasaban y cada vez yo pensaba menos en dugui, seguramente ya habría sido comido por los lobos que en esa parte del bosque existían. Mi padre me regaló un gatito blanco chiquito y juguetón con el que pasaba yo las horas y solo de vez en cuando echaba de menos a mi dugui. Aunque con dolor recuerdo la primera noche que mi querido dugui durmió en otro sitio, ese día salí a contemplar el camino una y otra vez con el secreto deseo de que dugui apareciera de pronto o que estuviera dormido en el corral junto a los otros burros, pero no, no fué así y mirando las estrellas le pedí al Señor que lo protegiera de las fieras o de cualquier mal que lo estuviera acechando y con esto mi corazón se partía mas y mas por eso sollozando grité al cielo...¡duguiiiii, nunca te voy a olvidar!.
Desperté de pronto pues una mariposa enfadosa no cejaba en su empeño de meterse a una de mis orejas, volaba lejos pero siempre regresaba para intentarlo de nuevo, entonces lo decidí... la perseguiría hasta atraparla... no me importaba que fuera tan hermosa y que sus grandes alas azules la llevaran tan de prisa, tarde o temprano caería en mi hocico, corrí y corrí en círculos hasta agotarme... ya no quería saber mas nada de la mariposa solo necesitaba un poco de agua y pasto. Iba cayendo lentamente la tarde, los ruidos de la pradera se fueron acallando, busqué un lugar seguro para pasar la noche y encaminé mis pasos hacia lo que me pareció era una casa pues tenía grandes muros aunque un poco descuidados y derruidos. Si, era una construcción pero muy abandonada... encontré un espacio en el que me acomodé lo mejor que pude e intenté dormir pero el recuerdo de mi pequeña niña me asaltó de pronto y desee salir de aquel lugar pero ya se escuchaba el aullido de los lobos que merodeaban las granjas por las noches, así que decidí mejor quedarme quietecito en aquel lugar para que ninguna creatura notara mi presencia y solo pensé..."luci, mi niña, nunca te voy a olvidar".
Mientras intentaba dormir, los ruidos de la pradera se iban apagando poco a poco. En la lejanía se escuchaban los ladridos de los perros o los aullidos de los lobos y cuando por fin reinaba un silencio total me despertó el canto de un ave, suave, tierno, melodioso, dulce, aunque triste...muy triste. Levanté la cabeza para observarlo, pues lo oía muy cerca, y si, entre unos matorrales que habían crecido en la parte mas alta de la construcción estaba posado sobre unas ramitas de violetas salvajes. Su figura era la de un pájaro normal pero su color era raro, muy raro; a la luz de las estrellas parecía de un gris brillante. Me levanté para verlo mas de cerca pero, al descubrir mi presencia echó a volar hasta un árbol lejano y se perdió en la oscuridad.
Casi tres semanas han pasado desde que se fue mi burrito, y en unos días mas será luna llena. Mi padre dice que si dugui vive aún, el primer día de la luna llena quizá no sobreviva pues cuenta la leyenda que si sales al bosque ese día, seguro oirás el canto del ave gris y la muerte se presentará frente a ti en cualquier momento de la noche. ¿será verdad esto? no lo se pero cada vez que lo pienso me causa tanta angustia y desesperación que quiero salir a buscarlo para evitar que escuche el canto maldito. Y ¿si ya no viviera? ¿y si yo escuchara el canto del ave? ¿que tanto vale la pena arriesgar la vida por un amigo? mi padre dice que los héroes dieron su vida por dejarnos una patria y mi madre dice que Jesús dio su vida por salvar a la humanidad... dugui no es la patria ni la humanidad...solo es mi amigo.
Cada noche lo espero y cada vez me permite acercarme mas a él y aunque no muy cerca me pregunta cosas de la granja pero sobre todo le intriga mi amistad con luci. El no cree que haya en el mundo buenos amigos. Cuando yo le cuento de los días maravillosos que pasé al lado de luci y mas cuando le explico como ella me daba mazorcas en el hocico, se queda muy atento y hasta creo haber visto en sus ojos alguna lágrima. Entonces me dice que soy muy afortunado y que debo encontrar la manera de regresar a casa. -Mañana tal vez yo te indique el camino por el cual tu vas a volver...
Y amaneció de nuevo en la pradera, todo sigue igual aquí...solo dentro de mi corazón hay una pequeña angustia que va creciendo conforme llega la tarde. Los ruidos nocturnos son los normales, pero a mi se me antojan a gemidos de un alma llena de tristeza y soledad. Poco a poco la noche va extendiendo su manto con una obscuridad impenetrable aún para el ojo mas agudo. Mi amigo, el pájaro, no aparece y yo impaciente lo espero. La luna empieza a despuntar por entre las copas de los árboles... entonces lo escucho cantar a lo lejos con mucha mas melancolía que cualquier otro día... baja...hace círculos sobre mi cabeza y me dice que corra porque alguien viene a buscarme. La luna ilumina todo con su luz, yo me acerco a los zarzales, hasta encontrar el lugar por el que unos días antes entré a la pradera, quiero salir pero los lobos están ahí afuera... mi amigo no cesa de cantar, ahora lo hace con mayor potencia... los lobos se callan, casi me tranquilizo pero una voz conocida me hizo saltar de emoción y angustia...no, no puede ser luci, no puede ser ella porque es una niña ciega. Corro lo mas aprisa que puedo y me lanzo de nuevo contra las zarzas...y ahí estaba mi querida niña machete en mano pero aterrorizada por el canto del ave.
La llevé a las ruinas y ahí pasamos la noche felices por volver a encontrarnos pero escuchando con una mezcla de terror y angustia el canto del pájaro quien no guardó silencio en ningún momento de la noche. ¿lo haría para protegernos de los lobos? no lo se pero se ha agotado tanto que al desaparecer la luna se llevó con ella la vida de mi amigo. El reclamo salió de lo mas profundo de mi corazón...
¿porqué quisiste que te escribiera un cuento si tu no ibas a oírlo?, bien sabías que al terminar la noche de luna llena te irías para siempre. ¡Además, te lo dije...soy un burro!. fin.