Texto publicado por Miguel de Portugalete

"Las peores cosas las aprendí en los mejores barrios" escrito por Lluís Amiguet

Dani 'el Millonario', convicto de 57 atracos a bancos y hoy actor
Tengo 50 años: me he pasado 14 en la cárcel y desde los 13 hasta los 35
enganchado a las drogas. Mi mujer fue y es mi mejor médico y ya llevamos 16
años juntos. Tenemos mellizos, a los que pienso contarles por qué fui y por
qué soy quien soy. Estreno 'Mi vida en juego' en el Maldá.

Son años mejores.

Dani el Millonario evoca los años setenta y ochenta y concluye que cualquier
tiempo pasado fue anterior, porque aquellos años -y aquellos jóvenes- eran
peores que estos. También eran peores nuestras cárceles, escuelas y
hospitales. Aquellos hijos del baby boom crecieron viendo a sus ídolos -de
los Beatles a Camarón- consumir drogas con unción y, al seguirlos, desde la
marihuana hasta el caballo, fueron diezmados por el pico y el sida. Uno de
ellos fue Dani, que sostiene que el humano es un ser que, ante todo, imita.
Por imitarlos se dejó un tercio de la vida en la cárcel, aprendiendo a ser
él mismo. Y ahora aprende en el teatro. Sus gemelos seguro que le aplauden y
toman nota.

Cuál va a ser su primera intervención como actor?
Es un monólogo. Empieza así: "En los ochenta atracaba bancos a cara
descubierta y ahora los bancos nos atracan por la cara"...

¿Cómo empezó su carrera de atracador de bancos y politoxicómano?
Para empezar, estaba mi carácter. Yo estoy bajo el influjo de Júpiter, el
planeta más grande; soy desmesurado. Y siempre he sido muy alto... Y muy
chulo.

Alto lo sigue siendo.
No puedo pasar desapercibido. Por eso, cuando yo tenía 16 años, sentía que
de algún modo tenía que ser también de los guapos. Y los guapos entonces se
metían drogas. Y los pringados, no.

¿Por qué?
Pues igual que hoy los referentes son los futbolistas, entonces eran las
estrellas del rock que se exhibían con las drogas: Patti Smith, David Bowie,
Jimmy Hendrix, Rollings...

¿Y si no te drogabas no eras nadie?
Es que somos muy borregos. No es que yo fuera un chaval marginal de familia
desestructurada. Al contrario, yo me metía porque la gente bien entonces se
drogaba. Y yo quería ser uno de ellos y no un pringado. Así que iba con
ellos y me drogaba como ellos.

¿Dónde empezó a torcerse?
Iba con niños pijos por la Barcelona de la zona alta: Zacarías,
Metamorfosis,
Bacarrá, 98 Octanos, La Araña y El Casino...Las peores cosas las aprendí en
los mejores barrios.

¿Y empezó a delinquir allí?
A los 13 años, yo ya le robaba a mi padre para chocolate y luego para
farlopa (cocaína), jaco (heroína) y, al final, para todo.

Hoy ya nadie consume caballo.
Porque hoy los borregos imitan a los de la coca, que suena a glamour y
fiesta vip.

Tendría que robar mucho entonces.
Cada vez más. Tras pequeños robos, atraqué mi primera joyería cuando aún era
menor y acabé también menor en la cárcel.

Mal principio.
Y así, acumulando atracos -soy convicto de 57- y condenas, pasé en la cárcel
14 años.

¿Sin dejar de drogarse?
Igual que nos drogábamos fuera nos drogábamos dentro. dentro era más caro.
Así que volvía a atracar al salir. Yo era el Millonario por mis atracos
millonarios.

¿Nunca causó víctimas?
Afortunadamente, no. Aparte del susto. Yo les decía educadamente que era un
atraco y les pedía el dinero de la caja. Pero hice daño; era un delito y
creo que pagué por él.

¿Cómo era la cárcel?
Mucho más dura que la de hoy. Como compartía jeringas con los demás
reclusos, contraje hepatitis y el virus del sida. El 90 por ciento de los
reclusos nos contagiamos.

¿Cómo lleva su enfermedad ahora?
Con la medicación, se sobrelleva.

¿La cárcel le enseñó algo?
Allí fui aprendiendo a conocerme.

¿Y...?
Tuve la suerte de encontrar también una mujer que vale muchísimo. Mi mujer.
En 1997 salí de la granja de desintoxicación donde había ido a parar tras la
cárcel y fui al hospital, y una doctora estupenda me atendió... Y llevamos
juntos ya 16 años.

Enhorabuena.
Y lo mejor son nuestros mellizos, Alba y Nil, que ya tienen cuatro añazos.
¡Y el trabajo que dan! Los concebimos de forma que no heredaran anticuerpos.
Y ahora cuando acabe esta entrevista, voy a ir al colegio a buscarlos.

¿Les contará toda su historia?
Por supuesto. Me arrepiento de haber hecho sufrir a los demás, pero también
estoy orgulloso de haber sido capaz de rectificar y empezar de nuevo. Quiero
que ellos aprendan que se puede rectificar como hice yo.

Es una lección.
Gracias a mucha gente que me ha ayudado.

Por ejemplo...
Loquillo, Calamaro, Rosario Flores -qué gran señora-, Bunbury, Antonio
Carmona y Messi. Todos me han confiado lo más valioso que tienen: su
integridad física, porque les he conducido y protegido. Gracias.

¿Les hablará a sus niños de las drogas?
Por supuesto. Yo creo que hay que enfrentarse a ellas con toda la
información posible, sin tabúes ni tonterías. La información permite la más
efectiva de las prohibiciones: la que te impones a ti mismo. Y su padre, yo,
tiene que contrarrestar esa cultura de borregos, siempre dispuestos a
imitar.

¿A quién imitan hoy?
El otro día Benzemá fue pillado a 200 por hora. Pues muy mal, porque los
chavales hoy imitan a los futbolistas, como yo imitaba a los rockeros y sus
drogas.

Pero si uno quiere, no imita.
Eso ya lo he aprendido. Por eso estoy orgulloso de lo que soy ahora. Después
de todo lo que he pasado, es como si me hubieran regalado años; una familia;
gente que me apoya... Y más gente que confía en mí.

Pocos atracadores pueden decirlo.
Casi todos están muertos o muriéndose en la cárcel. Por eso me gusta el
teatro ahora. Estoy aprendiendo a reflexionar en voz alta sobre todo lo que
me ha pasado, para que otros no tengan que pasarlo tan mal. Para que
aprendamos juntos.

Lluís Amiguet.
LaVanguardia