Texto publicado por Jaime Nelson Arboleda Barrera

Los lagos fantasma de la antártica.

Los lagos fantasma de la Antártica.

Redacción.

BBC Mundo--Martes, 9 de julio de 2013 .

El Lago Vostok, identificado en 1956, es el más grande de los más de 350
cuerpos de agua subglacial existentes en la Antártica.

Bajo las capas de hielo de la Antártica yace una multitud de lagos
"fantasma" cuyas aguas en estado líquido guardan secretos de hace millones
de años.

Ahora, un equipo científico acaba de revelar algunos de esos secretos, al
examinar muestras de la superficie del Lago Vostok, situado a 4 km de
profundidad

bajo el hielo y a 200 metros bajo el nivel del mar.

Los investigadores analizaron el material genético presente en muestras de
hielo extraído de cerca de la superficie de ese lago, e identificaron
organismos

y "marcas" de organismos que podrían indicar la presencia de animales
relativamente complejos.

Encontraron, por ejemplo, bacterias que con frecuencia están asociadas a
moluscos, crustáceos o incluso peces marinos.

¿Pero de dónde vienen esos organismos?

Los expertos no descartan que esos restos de material genético puedan
proceder de las aguas del océano, como si fueran una especie de
contaminación milenaria.

Si bien los investigadores creen que el Lago Vostok no está en contacto con
la atmósfera desde hace muchos millones de años, la comunidad científica
sabe

que bajo las capas de hielo de la Antártica existe una compleja y dinámica
red hidráulica.

El Lago Vostok, identificado por primera vez en 1956 por científicos rusos,
es el más grande de un conjunto de unos 375 cuerpos de agua subglacial, que

ya han sido registrados en un mapa por los expertos.

Este lago tiene en algunos puntos una profundidad de 800 m y abarca unos
15.000 km² (el Lago Titicaca, entre Bolivia y Perú, tiene unos 8.500 km²).

El agua se mantiene en estado líquido gracias al calor geotérmico ascendente
del lecho de roca y la presión ejercida por el "tejado" de hielo.

Algunos de los lagos están conectados e intercambian agua.

Otros pueden estar totalmente aislados, y el agua podría haberse estancado
en esos lugares hace miles o millones de años, lo que significa que
probablemente

alberguen microorganismos desconocidos para la ciencia moderna.

De ahí el gran interés que despiertan para los científicos.

Los investigadores analizaron material genético presente en muestras de
hielo de cerca de la superficie del lago Vostok.

El estudio publicado en PLoS One examinó material genético -partes de ácido
ribonucleico (ARN)- aislado de muestras de hielo que quedó acoplado a la
capa

de hielo glacial a medida que se movía sobre la superficie del lago.

La premisa de la que partieron los investigadores era que los contenidos de
estas muestras darían una idea del tipo de vida presente en el Lago Vostock.

Al analizarlas, identificaron miles de correspondencias únicas con
secuencias genéticas ya registradas en bases de datos públicas.

La gran mayoría de esas coincidencias, un 94%, fue con bacterias. Un 6% fue
con organismos multicelulares, algo más complejos. Y algunas coincidencias

fueron con arqueas o arqueobacterias, un tipo de microbios unicelulares muy
primitivos.

Gran parte de las secuencias bacterianas eran de "animales comensales,
mutualistas y patógenos... incluidos los asociados con los anélidos,
anémonas marinas,

braquiópodos, tardígrados y peces", según el informe.

El equipo también halló coincidencias con algunos tipos de bacteria que
florecen en ambientes cálidos, como en los alrededores de las chimeneas
hidrotérmicas

volcánicas en el fondo marino.

Si en el Lago Vostok existieran estas chimeneas, podrían ser una "fuente
vital de energía y de nutrientes para los organismos que viven en el lago",
dice

el informe.

Los hábitats de algunas lunas en el Sistema Solar tal vez no sean tan
distintos de los de las aguas subglaciales de la Antártica.

Los científicos también están interesados en explorar entornos subglaciales
porque los resultados pueden proporcionar una idea del potencial de hallar

vida en algunas lunas en el Sistema Solar, cuyas condiciones tal vez no sean
tan distintas de las existentes bajo la Antártica.

Europa, un satélite de Júpiter, y Encelado, que orbita Saturno, tienen
grandes volúmenes de agua líquida enterrados bajo sus cortezas congeladas.

Los astrobiólogos piensan que estas lunas pueden albergar microrganismos
extraterrestres.