Texto publicado por Rody Armando Mora

HECHO PARA MÁS..

¿Qué sentido tiene la vida? ¿Yo qué pinto en este mundo? ¿Tengo una misión encomendada? ¿Qué hay después de la muerte? ¿Qué quiere Dios de mí? ¿Podré ser feliz con el plan que Dios tiene para mi vida? Estas y otras muchas preguntas se presentan como un torbellino en el corazón y en la mente de los adolescentes y jóvenes. Quizás ya se han leído en un libro, o fueron escuchadas por boca de otros; pero una vez que se presentan en el propio corazón, se convierten en una pieza clave, en una prioridad que debe ser resuelta. De esas respuestas depende el rumbo que tome la vida hasta la muerte.

La vida es una y sólo se vive una vez. Por eso es necesario tener objetivos, una meta, un ideal, por el cual poder dar la vida, luchar, caer, levantarse, entregarse. Eso es lo que hace plena una vida: gastarla por algo bueno. Dios al crear cada alma le encomienda una misión, una misión que a la vez hará plena y feliz a la misma. Es ahí cuando cada quien, en lo más profundo de su corazón, debe responder a esas preguntas hasta encontrar por qué y para qué está en este mundo. Después dejando toda pereza y temor, lanzarse a cumplir dicha misión y alcanzar ese ideal que llena tu vida de sentido y al que quieres llegar.

Es triste ver a tantas almas que pierden su vida en placeres, vanidades o cosas pequeñas, no necesariamente malas, pero sí superficiales y pasajeras, que no les dan la felicidad e incluso los dejarán más vacíos y sedientos de plenitud que al inicio. El hombre está hecho para más. No para conformarse con una vida y una entrega mediocre. No para perder su alma en el pecado. No para vivir una existencia sin metas ni sentido. No para pasar por el mundo sin dejar una huella de bondad y alegría. El hombre está hecho para más. Para lanzarse desde sus primeros años a grandes retos e ideales, para volar alto, para alcanzar su felicidad con la ayuda de Dios.

El hombre está hecho para más, para luchar, caer y levantarse, para hacer felices a los demás con una sonrisa, para ser libre pero responsable de sus actos, para respetar la vida de los demás. El hombre está hecho para dejar huella. Este esfuerzo no es fácil, es más, habrán dificultades, pero vale la pena descubrir ese ideal y darlo todo por alcanzarlo, vale la pena descubrir todas tus capacidades y todo el aguante que tienes. La vida es una y sólo se vive una vez, y con tu libertad dejas o no dejas huella en la historia.

Colaboración de Robinson García, LC
Italia