Texto publicado por Jaime Nelson Arboleda Barrera

Carta de divorcio.

CARTA DE DIVORCIO

Querido esposo:
Te estoy escribiendo esta carta para manifestarte que he decidido
dejarte, para bien de los dos.
He sido una buena mujer para tí estos siete años, y sin embargo no puedo
mostrar nada bueno que me haya tocado a mi. Estas dos últimas semanas
han sido
un infierno: Tu jefe llamó para decirme que habías renunciado al trabajo
hoy, y eso fué lo máximo que pude soportar.
Recuerdo que la semana pasada viniste a casa y no me mencionaste nada
acerca de mi corte de cabello y el arreglo de mis uñas; cociné tu comida
favorita
y hasta usé un nuevo negligee. Llegaste a casa y comiste en dos minutos,
y te fuiste directo a dormir después de ver el juego de pelota.
No me dices más que me amas, no me tocas ni nada. O me estás engañando
Con otra o no me amas más. Cualquiera que sea el caso, me quiero ir, te
abandono.

P.D. No trates de buscarme. Tu hermano y yo nos mudamos a West Virginia
juntos. Que tengas una buena vida.

Tu ex-esposa.
----------------------------------------------------------
Querida Ex-esposa:

Nada me ha causado mayor alegría que recibir tu carta. Es verdad que tú
y yo hemos estado casados 7 años, aunque eso no significa que hayas sido
una buena
mujer. Todo lo contrario. Yo miro mucho los juegos de pelota para tratar
de ahogar el aburrimiento que me causan tus constantes quejas y malas
actitudes.
Qué malo que no funcionó nuestro matrimonio, porque yo te amaba.

Yo si noté que te habías cortado tu cabello, y la primera cosa que me
vino a la mente fue: ¡Luce como un hombre! Pero mi madre me enseñó que
si no puedo
decir algo bueno de alguien, es mejor no decir nada.

Cuando cocinaste mi comida favorita, debes haberme confundido con mi
hermano, porque yo dejé de comer cerdo hace casi 7 años. Me fui a dormir
cuando te
pusiste ese negligee, porque la etiqueta con el precio todavía estaba
pegada a la prenda. Recé pidiendo que fuera coincidencia que mi hermano
me pidiera
prestados 50 dólares esa misma mañana y la etiqueta de tu negligee
marcaba $49,99.

Después de todo esto, como todavía te amaba, sentí que podíamos resolver
lo nuestro. Así que cuando descubrí que me había ganado el lotto de diez
millones
de dólares, renuncié a mi trabajo para tener todo el tiempo para ti, y
además compré dos boletos para Jamaica. Pero cuando llegué a casa, tú te
habías
marchado dejándome saber tu decisión en la carta. Todo ocurre por una
buena razón, creo.

Espero que tengas la vida que siempre deseaste. Mi abogado dice que por
la carta que me dejaste, no recibirás ni un centavo de mí. Así que
cuídate mucho.

P.D. No sé si alguna vez te comenté esto, pero mi hermano, Carlos,
cuando nació, se llamaba Carla. Confío en que esto no sea un problema
para ti.