Texto publicado por maria teresa

dias de alegria

Era una mañana agitada, eran las
8:30, cuando un señor mayor, de unos 80 años, llegó al
hospital para que le sacaran los puntos de un pulgar. El
señor dijo que estaba apurado y que tenía una cita a las
9:00 am.
Comprobé sus señales vitales y le pedí que tomara asiento,
sabiendo que quizás pasaría más de una hora antes de que
alguien pudiera atenderlo. Lo vi mirando su reloj y decidí,
que ya que no estaba ocupado con otro paciente, podría
examinar su herida. Durante el examen, comprobé que
estaba curado, entonces le pedí a uno de los doctores,
algunos elementos para quitarle las suturas y curar su
herida.
Mientras le realizaba las curas, le pregunté si tenía una cita
con otro médico esa mañana, ya que lo veía tan apurado.
El señor me dijo que no, que necesitaba ir al geriátrico
para desayunar con su esposa. Le pregunté sobre la salud
de ella.
Él me respondió que ella hacía
tiempo que estaba allí ya que padecía de Alzheimer.
Le pregunté si ella se enfadaría si llegaba un poco tarde.
Me respondió que hacia tiempo que ella no sabía quien era
él, que hacía cinco años que ella no podía ya reconocerlo.
Me sorprendió, y entonces le pregunté, '¿Y usted sigue
yendo cada mañana, aun cuando ella no sabe quién es
usted?'
Él sonrió
y me tomó la mano, me contestó;
'Ella no sabe quien soy,
pero yo aún sé quién es ella.'
Se me erizó la piel, y tuve que contener las lágrimas
mientras él se iba, y pensé,
'Ese es el tipo de Amor que quiero en mi Vida.'
El Amor Verdadero no es físico, ni romántico.
El Amor Verdadero es la aceptación de todo lo que es, ha
sido, será y no será.
La gente más feliz no necesariamente tiene lo mejor de
todo; ellos sólo hacen todo lo mejor que pueden.