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Medicina.
Un paso más cerca de la regeneración artificial del hígado.

El hígado es muy importante para el cuerpo. Las cerca de 500 funciones que tiene asignadas se dividen en cuatro categorías generales: Eliminación de sustancias tóxicas, metabolismo energético, síntesis de proteínas y producción de bilis. Cuando el hígado sufre daños, a veces existe la posibilidad teórica de regenerarlo, o sea crear tejido hepático nuevo.

De hecho, en las circunstancias adecuadas, el hígado puede regenerarse por sí mismo si una parte de él es amputada. Sin embargo, los investigadores que han tratado de explotar esa capacidad con la esperanza de producir tejido artificial de hígado para trasplantes se han topado repetidas veces con un obstáculo difícil de esquivar: Las células hepáticas maduras, conocidas como hepatocitos, pierden su funcionamiento normal con rapidez cuando se les saca del cuerpo.

Ahora, el equipo de la Dra. Sangeeta Bhatia, del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) en Cambridge, Estados Unidos, ha conseguido un avance clave hacia ese objetivo frustrado.

Los autores del nuevo estudio examinaron cómo afectan 12.500 compuestos químicos diferentes al crecimiento y funcionamiento de las células hepáticas. Tras analizar miles de células hepáticas de ocho donantes de tejido diferentes, Bhatia, Jing (Meghan) Shan, y sus colaboradores han identificado una docena de compuestos químicos que pueden ayudar a las células hepáticas no solamente a mantener su funcionamiento normal mientras crecen en una placa de laboratorio, sino también a multiplicarse para producir tejido nuevo.

Los autores del estudio creen que las células cultivadas de este modo podrían ayudar a los científicos a desarrollar tejidos con los que proporcionar un tratamiento alternativo a muchas personas de entre los 500 millones que sufren enfermedades crónicas hepáticas tales como la hepatitis C.

Los investigadores del MIT han generado células hepáticas maduras a partir de células madre pluripotentes inducidas. En esta imagen, los núcleos celulares están teñidos de azul. El color verde identifica a las células del hígado, y el rojo a aquellas que están dividiéndose activamente. (Imagen: Shan et al, Nature Chemical Biology, 2013)

En la investigación también han trabajado especialistas del Instituto Broad (dependiente del MIT y la Universidad de Harvard), la Escuela Médica de la Universidad de Harvard en la ciudad de Boston, y la Universidad de Wisconsin, y ha sido financiada por los Institutos Nacionales de Salud y el Instituto Médico Howard Hughes, en Estados Unidos todas estas instituciones.

Entre los futuros pasos en esta línea de investigación, figura el de probar a hacer crecer células hepáticas en andamios de tejido artificial polimérico, evitando los errores del pasado, y una vez validada la supervivencia y funcionalidad aparente de las nuevas células, implantarlas en ratones para estudiar si pueden ser utilizadas para reemplazar a tejidos hepáticos. Otro paso futuro será desarrollar fármacos basados en los resultados del nuevo estudio para ayudar a regenerar dentro del propio cuerpo los tejidos hepáticos de los pacientes.