Texto publicado por Leandro Benítez

ASÍ FUE REALMENTE EL CASO HANS. (COMPLEJO EDIPO)

A principios de enero de 1908 el padre escribió a Freud que Hans, que entonces tenía cinco años, había desarrollado «un desarreglo nervioso». Los síntomas que describía eran de temor a salir de casa, depresión al atardecer, y miedo a que un caballo le mordiera enla calle. Elpadre de Hans sugirió que «el terreno fue preparado por sobre-excitación sexual causada por la ternura de su madre» y el miedo al caballo «parece, en cierta manera, estar relacionado con haberse sentido amenazado por un gran pene».
El primer síntoma apareció el 7 de enero cuando Hans era acompañado al parque, como de costumbre, por su niñera. Empezó a llorar y dijo que quería «acariciarse» con su madre. En casa, al preguntarle por qué no había querido llegar hasta el parque «se puso a llorar pero no quiso decirlo». El siguiente día, después de protestas y lloros, salió con su madre. Al volver a casa, Hans dijo después de muchas vacilaciones, tenía miedo de que un caballo me mordiera. Igual que el día anterior, Hans tuvo miedo al atardecer y pidió ser «acariciado». También dijo: «Ya sé que tendré que volver a salir de paseo mañana» y «el caballo entrará en la habitación». El mismo día su madre le preguntó si se tocaba el pene conla mano. Elrespondió que sí, y el día siguiente su madre le dijo que se abstuviera de hacerlo.
El análisis para este caso no se basó en nada que él mismo hubiera descubierto, sino en algo que le dijo el padre del pequeño Hans, que estaba en contacto con Freud a través de informes escritos regulares. El padre tuvo varias conversaciones con Freud a propósito de la fobia del pequeño Hans, pero en el curso del análisis ¡Freud sólo vio al muchachito una vez!. Esta es una curiosa manera de llevar a cabo un tratamiento y de poner las bases para el análisis del niño, aun cuando pocos analistas hayan encontrado extraño ese procedimiento.
En este punto Freud dio una interpretación de la conducta de Hans y se puso de acuerdo con el padre del niño para que le dijera que su miedo a los caballos era absurdo, y que la verdad era que tenía mucho afecto a su madre y quería que ella se lo llevara ala cama. Larazón de su miedo a los caballos se debía a que «él se había interesado tanto por sus penes». Freud también sugirió que se le explicaran ciertas materias sexuales a Hans y se le dijera que las hembras «no tenían penes». Después de esto, hubo algunos altibajos pero, en conjunto, la fobia empeoró, y aún se deterioró más la salud del niño una vez se le extrajeron las amígdalas.
Cuando se recuperó de su enfermedad física, Hans tuvo muchas conversaciones con su padre a propósito dela fobia. Elpadre sugirió que debía haber una relación entre la fobia y las habituales masturbaciones del pequeño Hans, enfatizando el punto de que las muchachas y las mujeres no tenían pene y tratando, en general, de adoctrinar al pequeño Hans con teorías psicosexuales sobre el origen de su neurosis. Nos llevaría demasiado profundizar en todos los detalles, pero, el 30 de marzo, el niño fue llevado a la consulta de Freud quien halló que Hans continuaba sufriendo de una fobia contra los caballos, a pesar de toda la instrucción sexual que se le había dado. Hans explicó que se hallaba especialmente preocupado «por lo que los caballos llevan en frente de sus ojos y por el color negro alrededor de su boca». Freud interpretó esto último como significando un bigote. «Le pregunté si quería decir un bigote»; luego le dijo a Hans que estaba «atemorizado por su padre» precisamente porque éste «sentía mucho afecto por su madre». Le hizo observar a Hans que su miedo a su padre no tenía fundamento.
Un poco más tarde, Hans dijo a su padre que le daban mucho miedo los caballos con «una cosa en su boca», que temía que los caballos se fueran a caer, y que lo que le daba más miedo eran los autobuses de tiro caballar. Respondiendo a una pregunta de su padre, Hans contó entonces un incidente que había presenciado. Los detalles fueron, luego, confirmados por su madre. Según el padre, la ansiedad se desarrolló inmediatamente después de que el pequeño Hans fuera testigo de un accidente de un autobús de tiro caballar, en el cual uno de los caballos se cayó. Aparentemente, las «cosas negras alrededor de sus bocas » se referían a los bozales que llevaban los caballos.
Durante todo este tiempo el padre estuvo tratando de imbuir ideas psicoanalíticas en el niñito, haciendo sugerencias que Hans generalmente rechazaba, aunque a veces se mostraba de acuerdo ante la presión del padre. El pequeño Hans eventualmente sanó, tal como era de esperar, del relativamente ligero grado de fobia que padeció. No hay prueba alguna de que las interpretaciones psicoanalíticas que se le dieron le ayudaran en nada, y no hay relación entre las épocas en que mejoró y las épocas en que pareció obtener la «percepción» de su condición.
En primer lugar, el material ha sido claramente seleccionado; se presta la máxima atención a temas que pueden ser relacionados con la teoría psicoanalítica, mientras hay una tendencia a ignorar otros hechos. El mismo Freud hizo notar que el padre y la madre se encontraban, ambos, «entre mis más íntimos seguidores», y resulta claro que Hans fue constantemente animado, directa e indirectamente, a decir cosas que se relacionaran con la doctrina psicoanalítica.
En segundo lugar, está claro que el relato, del padre es altamente sospechoso, porque sus interpretaciones de lo que dice el niño no están claramente justificadas por los hechos de la situación, o las palabras usadas por el pequeño Hans. Hay muchas distorsiones en el informe del padre, y debe ser leído con suma cautela.
Además, el testimonio del mismo Hans es dudoso. Dijo numerosas mentiras en las últimas semanas de su fobia, y dio muchos informes inconsistentes y ocasionalmente contradictorios. Lo más importante de todo, además, es que muchas de las impresiones y sentimientos atribuidos a Hans, pertenecen en realidad a su padre, que pone palabras en su boca. El mismo Freud admite esto, pero trata de disculparlo. Y dice:
Es cierto que durante el análisis a Hans debieron decírsele muchas cosas que no podía decir él mismo, que debieron sugerírsele pensamientos que hasta entonces no había dado señales de poseer, y que su atención debió ser dirigida en el sentido en que su padre esperaba obtener algún resultado. Esta disminuye el valor probatorio de los análisis, pero el procedimiento es el mismo en cada caso, porque el psicoanálisis no es una investigación científica imparcial, sino una medida terapéutica.
Así Freud parece estar de acuerdo con sus muchos críticos que dicen que «el psicoanálisis no es una investigación científica imparcial» y esta idea lo penetra hasta tal grado que posiblemente su valor probatorio quede reducido a cero.
La interpretación de Freud de la fobia de Hans es que los conflictos edípicos del niño forman la base dela enfermedad. Dice:
Había tendencias en Hans que ya habían sido reprimidas, y para las cuales, hasta lo que podemos decir, nunca habían podido encontrar expresión inhibitoria: sentimientos de hostilidad y de celos contra su padre, e impulsos sádicos (premoniciones, en este caso, de copulación) hacia su madre. Tales supresiones primitivas tal vez llegaron a crear la predisposición para su subsiguiente enfermedad. Estas propensiones agresivas de Hans no encontraron salida, y tan pronto como llegó un tiempo de privación e intensificada excitación sexual, trataron de salir al exterior con redoblada fuerza. Fue entonces cuando la batalla que llamamos su «fobia» estalló.
Esta es la familiar teoría de Edipo, según la cual Hansdeseaba reemplazar a su padre, al que no podía dejar de odiar como a un rival, y luego completar el acto sexual tomando posesión de su madre. Como confirmación, Freud se refiere a «otro acto sistemático acaecido como por accidente», que implicaba «la confesión de que él hubiera deseado ver muerto a su padre»… «Justo en el instante en que su padre estaba hablando de su muerte, Hans dejó caer al suelo un caballo de juguete con el que estaba jugando… de hecho lo hizo adrede ». Freud pretende que «Hans era realmente un pequeño Edipo que quería ver a su padre fuera de su camino, suprimirle, de manera que él pudiera quedarse sólo con su guapa madre y dormir con ella». La predisposición a la enfermedad aportada por el conflicto de Edipo es la que se supone que puso la base para «la transformación de su deseo libidinoso en ansiedad».
¿Cuál es el eslabón entre todo esto y los caballos?. En su única entrevista con Hans, Freud le dijo al niño que éste tenía miedo a su padre porque sentía celos y hostilidad contra él. Dice Freud: «Al decirle esto interpreté parcialmente su temor de que los caballos se cayeran; el caballo debe ser su padre… al que él tenía buenas razones internas para temer». Freud dijo que el miedo de Hans a los bozales de los caballos y a sus anteojos, se fundamentaba en los bigotes y las gafas, había sido «directamente transpuesto de su padre a los caballos». Los caballos «representaban a su padre». Freud interpretó el elemento agorafóbico de la fobia de Hans así:
Su fobia le imponía muchas restricciones en libertad de movimientos, y tal era su propósito… después de todo, la fobia de Hans por los caballos era un obstáculo para que él saliera a la calle, y podía servir como un medio de permitirle permanecer en casa con su amada madre. De esta manera, pues, su afecto por su madre logró triunfalmente su objetivo.
Freud en este caso no está corroborada por los datos, tanto en particular como en conjunto. Los puntos principales que él considera como demostrados son estos:
(1). Hans sentía un deseo sexual hacia su madre.
En realidad,  Hans derivaba satisfacción de su madre y le complacía su compañía no vamos siquiera a intentar negarlo. Pero en ninguna parte se observa prueba alguna de su deseo de copular con ella. Las «premoniciones instintivas» son consideradas como un hecho evidente, aún cuando no se da ninguna prueba de su existencia.
(2). Él odiaba y temía a su padre y deseaba matarle.
En realidad: No habiendo nunca expresado miedo ni odio hacia su padre, Freud le dijo a Hans que experimentaba tales emociones. En ocasiones posteriores Hans negó la existencia de tales sentimientos cuando su padre le interrogó sobre ello. Eventualmente respondió «sí» a una aseveración de este tipo hecha por su padre. Esta simple afirmación obtenida después de una presión considerable por parte de su padre y de Freud es aceptada como algo definitivo y todas las negativas de Hans son ignoradas. El «acto sintomático» de derribar el caballo de juguete es tomado como una prueba suplementaria de la hostilidad de Hans hacia su padre. Hay tres suposiciones en la base de este «acto interpretado»: primero, que el caballo representa al padre de Hans; segundo, que el derribo del caballo no es accidental, y tercero que este acto indica el deseo de la supresión de lo que el caballo simboliza, sea lo que fuere. Hans negó repetidamente la relación entre el caballo y su padre. Aseguró que le daban miedo los caballos. El misterioso color negro alrededor de la boca de los caballos y las cosas en sus ojos se descubrió luego, por el padre, que eran los bozales y anteojeras de los caballos. Este descubrimiento mina la sugerencia, hecha por Freud, de que se trataba de bigotes y gafas transpuestos. No hay ni una sola prueba de que los caballos representaran al padre de Hans. La suposición de que el derribo del caballo de juguete tenía un significado y que fue impulsado por un motivo inconsciente es, como la mayoría de ejemplos similares, un punto discutible.
Como no hay riada que apoye las dos primeras suposiciones hechas por Freud al interpretar este «acto sintomático», la tercera suposición (que ese acto indicaba el deseo de la muerte de su padre) es insostenible; y debe ser reiterado que no hay evidencia independiente de que el niño temiera u odiara a su padre.
(3). Su excitación sexual y su deseo hacia su madre se transformaron en ansiedad.
En realidad: La tercera aseveración de Freud es que la excitación sexual de Hans y el deseo por su madre se transformaron en ansiedad. Esta aseveración se basa en el aserto de que «las consideraciones teóricas requieren que lo que hoy es el objeto de una fobia ha debido ser en el pasado una fuente de un alto grado de placer». Ciertamente tal transformación no se deduce de los actos presentados. Como se ha dicho anteriormente, no hay evidencia de que Hans deseara sexualmente a su madre. Tampoco hay evidencia de cambio alguno en su actitud hacia ella antes de la aparición dela fobia. Auncuando es posible que, hasta cierto punto, los caballos previamente fueran una fuente de placer, en general la opinión de que los objetos fóbicos hayan sido fuente de placeres con anterioridad es ampliamente contradictoria por la evidencia experimental.
(4). Su miedo a los caballos era un símbolo de su miedo a su padre.
En realidad:  La aseveración de que la equino-fobia de Hans simbolizaba un temor a su padre ya ha sido criticada. La supuesta relación entre el padre y el caballo es indemostrable y parece haber surgido a causa de la extraña incapacidad del padre para darse cuenta de que por «el color negro alrededor de la boca» Hans se refería a los bozales de los caballos
(5). El propósito de la enfermedad era permanecer cerca de su madre.
En realidad: La cuarta aseveración es que el propósito de la fobia de Hans era permitirle estar cerca de su madre. Aparte de la muy discutible opinión de que los desarreglos neuróticos ocurren con un propósito, esta interpretación es errónea debido al hecho de que Hans experimentaba ansiedad incluso cuando salía a pasear con su madre.
 (6). Y, finalmente, su fobia desapareció porque resolvió su complejo de Edipo.
En realidad.: Finalmente, se nos dice que la fobia desapareció a resultas de la solución de los conflictos edípicos de Hans. Como hemos intentado demostrar, no hay evidencia adecuada de que Hans tenía un complejo de Edipo. Además, la pretensión de que este supuesto complejo se solucionó se basaba en una simple conversación entre Hans y su padre. Esta conversación es un ejemplo flagrante de lo que el mismo Freud refiere como que a Hans se le debían de decir muchas cosas que él no sabía expresar, que debieron sugerírsele pensamientos que hasta entonces no había dado señales de poseer, y que su atención debió ser dirigida en el sentido en que su padre esperaba obtener algún resultado
No hay, tampoco, prueba satisfactoria de que las «percepciones» que constantemente eran presentadas a la atención del niño tuvieran valor terapéutico alguno. La referencia a los hechos del caso muestra sólo ocasionales coincidencias entre interpretaciones y cambios en las reacciones fóbicas del niño… De hecho, Freud basa sus conclusiones enteramente en deducciones de su teoría. La posterior mejoría de Hans parece haber sido suave y gradual y no afectada por las interpretaciones. En general, Freud infiere relaciones de una manera científicamente inadmisible: si los esclarecimientos o interpretaciones dadas a Hans preceden a mejorías de conducta, entonces son automáticamente aceptadas como válidas. Si no son seguidas por mejorías se nos dice que el paciente no las ha aceptado, pero no que son inválidas. Discutiendo sobre el fracaso de estos primeros esclarecimientos, Freud dice que en cualquier caso el éxito terapéutico no es el objetivo primario del análisis (desviando así el fin y contradiciendo su anterior afirmación de que el psicoanálisis es una medida terapéutica, no una investigación científica). Freud no deja de pretender que una mejoría es debida a una interpretación incluso cuando ésta sea errónea, por ejemplo, la interpretación del bigote.
¿Cómo, pues, debería interpretar el psicólogo moderno los orígenes de la fobia de Hans?. Puede pues suponerse que el incidente a que se refiere Freud como la simple causa excitatoria de la fobia fue, de hecho, la causa de todo el problema, es decir, el momento en que ocurrió el accidente callejero y el caballo cayó. Hans dice, textualmente: «No. Sólo la tuve (la fobia) entonces. Cuando el caballo y el autobús cayeron, realmente, ¡me asusté mucho!. Entonces fue cuando pasó esto». El padre dice: «Todo esto fue confirmado por mi esposa, así como el hecho de que la ansiedad apareció inmediatamente después. «Además, el padre pudo informar sobre otros dos incidentes desagradables que Hans tuvo con caballos, antes de la aparición dela fobia. Esprobable que tales incidentes hubieran sensibilizado a Hans con respecto a los caballos o, en otras palabras, que ya hubiera sido parcialmente condicionado al temor a los caballos.
Es bien sabido que, especialmente en los niños, muchas fobias decaen y desaparecen después de unas cuantas semanas o meses. La razón parece ser que en el curso ordinario de la vida estímulos fóbicos generalizados pueden evocar respuestas suficientemente débiles para ser inhibidas por otras respuestas emocionales simultáneamente aparecidas en el individuo. Tal vez este proceso fue una verdadera fuente de curación de Hans. Las interpretaciones pudieron haber sido irrelevantes a incluso pudieran haber retrasado la curación añadiendo nuevos stress y nuevos temores a los ya existentes. Pero ya que Hans no parece haberse sentido muy preocupado por la interpretación, parece más probable que la terapia realmente le ayudó, porque los estímulos fóbicos eran una y otra vez presentados al niño en una variedad de contextos emocionales que posiblemente inhibieron la ansiedad y por consiguiente disminuyeron su fuerza de hábito. La gradualidad de la curación de Hans está acorde con una explicación de este tipo.
No estamos más cerca de encontrar una evidencia aceptable en pro de las especulaciones de Freud sobre los complejos de Edipo, los temores de castración y la primitiva sexualidad infantil. Estos términos han penetrado la conciencia pública, y son ampliamente utilizados para sazonar escritos y conversaciones de literatos y otras personas sin base científica, pero entre los psicólogos que exigen una cierta clase de evidencia en soporte de las aseveraciones fácticas queda ya muy poca fe en la validez de estos conceptos freudianos.
Freud consiguió persuadir a gentes muy inteligentes a través de la solidez de sus argumentos, así como el que sus métodos llegaran a ser tan corrientemente usados y aplicados en el tratamiento de las neurosis y de otras enfermedades. Será tarea de los historiadores de la ciencia explicar cómo llegó a suceder todo esto. Me parece que tiene más de una conversión religiosa que de una persuasión científica, que está basado en la fe y en la credulidad más que en hechos y experimentos, y fundamentarse más en la sugestión y en la propaganda que en la prueba y la comprobación. ¿Es que hay, de hecho, alguna evidencia experimental en favor de la idea freudiana?.