Texto publicado por Jaime Nelson Arboleda Barrera

Los alumnos concideraban algo tonta a la directora: moraleja.

En una escuela secundaria de Remedios de Escalada, el año pasado las
alumnas habían adquirido la mala costumbre de besar los espejos para
dejarlos con las marcas de sus lápiz de labios.

Todas las mañanas, los espejos de los baños de las mujeres amanecían llenos de "besos" de colores.

La directora publicó entonces un "comunicado", pidiendo "por favor" a todas las alumnas que se abstuvieran de imprimir besos en los espejos "porque recargaba
el trabajo del personal de limpieza".

La explicación del motivo no sirvió de nada, lo mismo que la civilizada
solicitud, ya que los espejos siguieron apareciendo llenos de marcas de
pintura de labios.

Al final, la directora juntó a la mayor cantidad de alumnas que pudieron
entrar al mismo tiempo en el baño de mujeres, y les explicó que quería
mostrarles lo difícil que era para el personal de limpieza eliminar esas
marcas todos los días.

Ya reunidas en ese lugar, le pidió a la señora de la limpieza que procediera con la tarea.

La mujer cumplió enseguida: tomó un trapo seco, lo mojó varias veces en un inodoro, lo escurrió y procedió a sacar las marcas una por una.

Cada tanto volvió a mojar el trapo en otro inodoro, lo retorció y siguió
limpiando, hasta que todos los espejos quedaron brillantes...

Nunca más aparecieron marcas de labios en los espejos...

MORALEJA:

* Maestritos hay muchos. Educadores, no tantos.