Texto publicado por Jaime Nelson Arboleda Barrera

La Pregunta.

Un día, cuando estábamos conversando alrededor de la mesa, mi hija me
preguntó que si yo era felíz, lo que me sorprendió sobretodo por venir de
una niña que apenas pasaba de los cuatro años, a lo que le respondí que sí,
y ella me preguntó porqué me sentía así. Después de pensar en la posible
respuesta que yo le daría a mi hija y para que no le cupiera ningúna duda de
lo que su papá le dijera, respondí.

Escucha bien lo que te voy a decir hija mía, me siento muy felíz porque
poseo el tesoro más grande del mundo, el cual consiste en tener conmigo a
tres personas muy importantes para mí.

La primera en la lista es mi madre, ya que de ella nací un día y por la que
fuí cuidado y querido, ya que en cada caricia que ella me daba me entregaba
todo su amor, por ella pude aprender a reír, también aprendí a disfrutar de
la vida, ya que ella me lo enseñó con su sabiduría.

La segunda es mi esposa a la que quiero con toda mi alma porque con su ayuda
y su apoyo puedo gozar de las delicias que dá la vida y también me puedo
preservar en la especie, ya que me dió la fortuna de tener una hija como tú.

Y la tercera y no menos importante que las demás, eres tú; mi hija a la que
quiero con locura ya que cada vez que me reflejo en tus ojos siento que
entro en el cielo, y veo a Dios, cuando sonríes, tu sonrisa suena como canto
de mil pajaritos que me hacen sentir que el creador existe y tu voz suena
como una cascada de mil colores que cae por las montañas de mis
pensamientos.

Al escuchar esto mi hija se quedó un pequeño ratito en silencio y por toda
respuesta me dirigió la más hermosa de sus sonrisas.

Autor.- El Shikito Medáyaz.