Texto publicado por Toten Dos punto Cero

12ª edición - ¡Buuuuuuuuuuhuuuhhuuuuhhuuuuh!

Toten publicaciones presenta:

TOTEN Y LA REVANCHA VIRULENTA DE LOS ESPASMÓDICOS PITUFOS EXCESIVAMENTE MALDITOS DE LAS GALAXIAS RECIENTEMENTE IMPLOSIVAS DEL INFIERNO ESPANTOSO

12ª edición - ¡Buuuuuuuuuuuuhuuuhuuuuhuuuuh!
Holaaaaaa!!!!!!!!

¡Qué miedo! ¡qué miedo que dan los miedos! Hoy mi toteneidad me lleva inexorablemente a otra de mis clasificaciones tan alejadas de la utilidad que sorprende lo infructuoso de su existir. A pesar de que esto al lector le puede interesar tanto como a un cebú le puede interesar las leyes de Méndel, describiré a continuación los singulares y diferentes tipos de miedos, que conviven con nosotros, los virus humanos, cada día. No cabe duda, que el miedo, es un sentimiento que puede traer tanto beneficios como dificultades; y además, no siempre están justificados y algunos merecen ser superados.
Hay miedos que tienen que ver con la supervivencia física: Por ejemplo, si vamos caminando alegres por la calle escuchando en el mp3 el último éxito de Silvita “Sosteneme la carcajada”, y se presenta frente a nosotros un perro enorme, de esos que parecen rinocerontes sin cuernos, largando una espuma espantosa por la boca, con los ojos inyectados en sangre y gruñendo de una forma que ni las risotadas de Silvita logran aplacar, estoy casi seguro de que si no nos meamos encima, le pego en el palo. El miedo se apodera de nosotros, porque pensamos: “Mierda, este perrote me va a comer vivo, y todavía no terminé de escuchar el disco de Silvita…”. Algunos reaccionamos quedándonos paralizados, otros empezamos a gritar como desaforados, otros nos desmayamos, otros salimos corriendo (¡grave error!), y muy pocos, dejan el miedo de lado y razonan la mejor opción.
Otros miedos tienen que ver con las fobias a ciertas situaciones: gente que le teme con pánico a las cucarachas, a las palomas, a los gatos, a Silvita (le juro que se lo entiendo), y otros animales…. Gente que le teme a lugares muy concurridos y llenos de otros virus humanos, que teme contagiarse de lo que sea, que le teme a los lugares cerrados o abiertos, a las alturas, al agua, al fuego, a los aviones, a la oscuridad, etc. Estos miedos o fobias, mayormente son infundados, y muchísimas veces, o tal vez siempre, tienen que ver con algún trauma de la infancia o no tan infancia. He escuchado que también puede ser por causas genéticas, aunque lo pongo en tela de juicio.
Luego existe un miedo muy complicado, que es el miedo a la muerte. Es un tema delicado, ya que la raza humana, al no saber que sucede una vez que alguien fallece, teme no poder afrontar el hecho de que es algo irreversible (aunque siempre hay algún víctor Sueiro que da el contra-ejemplo), muchas creencias del Cielo y el infierno, el diablo y Dios, si es doloroso o algo que no produce nada, si es que todo empieza nuevamente o sencillamente se apaga la luz. Cada religión o anti-religión hizo y hace lo suyo para generar miedos y seguridades en la mente humana de cada cultura, y esto lleva a que muchas personas actúen más por lo que viene después de la muerte, que por lo que es en sí, la vida terrenal.
Luego están los miedos más personales, que tienen que ver con temer pasar vergüenza, temer ser derrotado, ser olvidado, a ser abandonado, a perder todas las posesiones materiales, a quedar excluído, y el peor de todos, miedo a no poder superarse a uno mismo. Éstos, creo yo, que están relacionados más con lo social, y el autoestima, sin perder su carácter psicológico. Acá llegamos al punto que a mí en lo personal más me interesa, ya que los considero los miedos más importantes, porque creo que son el eje que manejan al resto de los temores y fobias.
A pesar de que ya rompo mucho las bolas con esto, pienso que la aceptación de uno mismo, es la clave para muchas cosas, y con los miedos puede funcionar eficazmente. Los miedos son los que muchas veces nos traban para hacer o decir ciertas cosas que pueden ser muy relevantes en nuestras vidas . Cuando uno comienza a recuperar la confianza que jamás debió perder en sí mismo, los miedos empiezan a decaer y sofocarse con determinación. Es bueno saber que equivocarse no es fatal, perdonar y ser perdonado es muy valioso, dejar de lado a alguien sin haber sido traicionado es reprochable, y si uno se siente abandonado o solo o excluido o discriminado, hay que reconocer de que si nos aceptamos bien a nosotros mismos, nunca dejamos de estar acompañados. Por eso, yo siempre estoy con Toten, gran compañía, gran escuchador, gran amigo, demasiado charlatán, demasiado reiterativo, demasiado agrandado, canta como el orto, es aburrido, redundante, cínico…¡¡¡aléjenme de Toten!!!! ¡¡¡tengo miedo!!!!!!

¡¡¡chauuuu!!!!!