Texto publicado por Toten Dos punto Cero

8ª edición - He tenido mejores...

Toten publicaciones presenta:

TOTEN Y LA REVANCHA VIRULENTA DE LOS ESPASMÓDICOS PITUFOS EXCESIVAMENTE MALDITOS DE LAS GALAXIAS RECIENTEMENTE IMPLOSIVAS DEL INFIERNO ESPANTOSO

8ª edición - He tenido mejores...

Holaaaaaa!!!!!!!!

¿Qué haríamos todos nosotros, gente adulta, sin nuestros fundamentales y nunca desestimables filtros? Nos convertiríamos en nenes pequeños, que no les avergüenza llorar a todo pulmón en medio de la calle porque su madre no les compró un caramelo, o no les permitió ver la foto de Silvita en farra. Andaríamos por la vida comportándonos como personas inmaduras, dramáticas, infantiles, y hasta en algunos casos casi animales. ¡Qué horror!, que falta de educación, compostura, que falta de ubicación y respeto. ¿Cómo podríamos hacer eso? ¡Por favor! ¡Cómo podríamos ser quienes realmente somos?
Pienso que es así. Los filtros son un arma de doble filo. Como en algunos casos nos pueden perjudicar o podemos perjudicar a otros, también dejamos de ser nosotros mismos.
¿Cómo podemos perjudicar? Y bien, si uno careciera de filtros, contaría todo lo que piensa y siente, y a veces eso es riesgoso. Porque en una mesa familiar, que la hija del hogar diga: “No sabés papá, ¡cómo me gusta chuparle la pija a Pepito!”, demostraría que la hija no tiene filtros y que el padre necesita un marcapasos y un pulmotor a partir de ese momento y por el resto de su vida. Sino, pudiese suceder, que en una reunión de amigos unnopregunte: “¿O nó Toten que la tenés re-chiquita y que te baila donde quiera que la metas?”, y esto causaría llamar a la ambulancia para la persona que hizo la pregunta, y el exilio definitivo para Toten.
La otra cara de la moneda, sugiere que mientras más adultos y maduros somos, más de filtros nos llenamos, y más reprimimos nuestros pensamientos, impulsos, sensaciones, ganas, broncas, alegrías, emociones varias, puntos de vista, hasta que nos convertimos en seres impecables, respetuosos, dignos, y especialmente falsos con nosotros mismos y con el resto.
¿Cuántas cosas hemos dejado de decir porque nuestros filtros nos impidieron expresarlas?, ¿ccuántas experiencias hemos desperdiciado porque nuestros filtros frenaron nuestros impulsos? Quiza se nos esté yendo la mano con tanta carga de falsedad sobre nuestros espíritus, porque ser civilizado en este mundo, implica dejar de ser como úno es en su propia esencia. Conciente me hallo, de que inclusive escribiendo esta porquería, estoy lleno de filtros que me impiden o mejor dicho, permito que me impidan decir las cosas como tal vez las diría directamente. Son barreras auto-infligidas, que sé muy bien, que llevan a cualquier sociedad a vivir en un orden aparente, que evita que se cometan ciertos delitos, que la ley de la selva sólo se viva impunemente a nivel económico, y que gente como Mirta Legrand sea bien vista cuando es tan asquerosa, falsa, fascista, y con tantos filtros en su alma como cirugías en su cara.
¿Cómo sería la vida social con menos filtros? Yo creo que estaría bueno en muchos aspectos. La gente se sentiría más libre de opinar sin ser mal vista, úno viviría con menos tensiones, aunque me doy cuenta que no tener nada de filtros, sería problemático. Lamentablemente, distingo que mientras menos filtros úno tiene, más indefenso se torna, y nunca jamás falta quien le guste aprovecharse de quien resulta más inocente y sincero. Por eso repito que es un arma de doble filo, en muchos aspectos nos beneficia, nos hace más fuertes, más educados y respetables, y por otro, nos hace más falsos con nosotros mismos, nos reprime sentimientos y oportunidades, y si no los tuviésemos, nos mostraría vulnerables ante gente mal intencionada, y más hermosos y verdaderamente humanos, frente a las personas de buen corazón, quienes saben que la esencia de un individuo, es la joya más preciosa de este mundo.

¡¡¡hasta la próxima!!!!!