Texto publicado por Miguel de Portugalete

Hay personas que viven hasta el día de su muerte

Hay personas que viven hasta el día de su muerte

David Agus, oncólogo e investigador sobre el cáncer
Tengo 48 años. Casado, dos hijos y un perro. Soy profesor en la Universidad
del Sur de California. Para mí la política es un asunto de temas, no de
partidos. Estoy a favor de los innovadores, de los que quieren cambiar las
cosas. La salud es cuestión de hábitos e información. Judío.

Tacones, olvidados.

Reputado investigador sobre el cáncer, galardonado con el American Cancer
Society Physician Research Award, fue el oncólogo de Lance Armstrong y Steve
Jobs, quien antes de morir puso título a su libro: El fin de la enfermedad.
Las claves para una vida saludable (Ariel), número uno de ventas en EE.UU.
Un libro provocador que aboga por bajarnos de los tacones, olvidarnos de las
perniciosas vitaminas y levantarnos de la silla si no queremos pagarlo caro;
que alaba los beneficios de la aspirina infantil y la vacuna de la gripe, y
que aboga por compartir en una base de datos mundial todos los historiales
médicos para poder investigar, y esa es una buena idea.

Me exaspera el pensamiento retrógrado que la ciencia continúa abrazando.

¿A qué pensamiento se refiere?
Al que mira una parte y olvida el todo. En el organismo tienen lugar
múltiples procesos simultáneos, y sin embargo continuamos abordando los
problemas uno a uno.

¿Qué propone?
Invertimos millones en curar a la gente cuando deberíamos invertirlos en
salud. Hay que cambiar las conductas porque ya sabemos que, por ejemplo,
comer mal o el sedentarismo nos llevan a la enfermedad.

Usted es un reputado oncólogo, ¿qué ha descubierto?
Que la inflamación es un síntoma revelador de que el cuerpo está sometido a
estímulos perjudiciales.

¿Qué tipo de estímulos?
Desde sustancias irritantes hasta células dañadas o microorganismos
patógenos que aumentan de por vida el riesgo de contraer enfermedades
(infarto, ictus, cáncer...). Una tormenta inflamatoria podría ser resultado
de recuperarse de una gripe: yo me vacuno.

¿Tomamos vitaminas?
No. Aumentan el riesgo de cáncer. Al cuerpo le gusta crear radicales libres
para atacar las células nocivas. Si se bloquea ese mecanismo tomando
vitaminas en abundancia, sobre todo antioxidantes, se bloquea la habilidad
natural del cuerpo para controlarse.

Pues llevan décadas recomendándolas.
Lo sé, y hace treinta años la margarina era mejor que la mantequilla. Esa
afirmación causó muchísimas enfermedades cardiacas.

Nos vuelven locos.
Se han hecho 60 estudios para determinar el papel de las vitaminas y no se
ha visto beneficio alguno. Si cogemos a los fumadores y exfumadores y les
damos vitamina E o betacaroteno, se aumenta el índice de cáncer pulmonar más
de un 20%.

Datos sorprendentes.
Si tomamos mujeres de más de 65 años y les damos vitamina D, les aumentamos
un 16% el riesgo de fractura ósea. Si a un hombre se le da vitamina E, le
aumenta un 17% el riesgo de cáncer de próstata.
¿...?
En Estados Unidos se gasta más dinero en vitaminas y suplementos que en
investigación médica.

Habrá que tomar zumos de frutas y hortalizas.
No lo haga. Esas frutas y verduras se pudren enseguida, luego las baten en
cantidades industriales y rápidamente se degradan; por lo tanto, no le llega
ningún beneficio de ellas. Coma alimentos enteros y reales lo más naturales
posibles.

¿Zumo de naranja recién exprimido?
Es sólo azúcar, pierde la vitamina. Pele la naranja y tómela antes de
exponerla a la luz y al oxígeno.

¿Alguna otra recomendación insólita?
Lleve zapatos buenos y cómodos. ¿Influye el calzado que usamos en que nos
fulmine un infarto diez años antes de lo que sucedería si lleváramos
zapatillas deportivas cómodas toda la vida?

¿Sí?
Sí. No se me ocurre ninguna enfermedad crónica que no vaya asociada a la
inflamación. Si llevamos zapatos de tacón y nos duelen los pies cuando
llegamos a casa, significa que los tenemos inflamados.

Entiendo.
Si jugamos al fútbol y estamos doloridos al final del partido, es a causa de
la inflamación. Si se levanta por la mañana y hace una hora de ejercicio
pero luego se pasa el día sentado, es como si no hubiera hecho nada.

Exagera.
Estar sentado cinco horas al día seguidas equivale para la salud a fumarse
un paquete de cigarrillos. Cada veinte minutos hay que levantarse y caminar
un poco.

Y dormir ocho horas, supongo.
No se trata tanto de las horas que dormimos: la panacea es un horario
regular. Acostarse a distintas horas o hacer de vez en cuando una siesta
confunde al cuerpo mucho más de lo que pensábamos.

¿Algún remedio contra la inflamación?
Para los que tienen más de 40 años, una aspirina infantil. Si la tomamos a
diario, no reducimos la incidencia, pero sí el índice de muerte por cáncer
un 37%, y un 22% en el caso de la enfermedad cardiaca.

Es arriesgado decir estas cosas.
Yo lo digo muy tranquilo: bloquea la inflamación.

¿Cuál ha sido su mayor descubrimiento en la vida?
Todos los días debo mirar a los ojos a personas y decirles que tienen una
enfermedad de la que no van a recuperarse. Ante ese diagnóstico, veo gente
que se deshace y gente que vive hasta el día de su muerte. Una actitud
positiva y un sistema de creencias son de las cosas más importantes que
podemos tener.

¿Y cuál es su sistema de creencias?
Creo en un dios, en mi familia, tengo intereses, y estoy enamorado de lo que
hago. La pasión es lo que cambiará el mundo y permitirá que vivamos más
tiempo y mejor.

Ima Sanchís.
LaVanguardia.