Texto publicado por Toten Dos punto Cero

7ª edición - La cultura del voto

Toten publicaciones presenta:

TOTEN Y LA REVANCHA VIRULENTA DE LOS ESPASMÓDICOS PITUFOS EXCESIVAMENTE MALDITOS DE LAS GALAXIAS RECIENTEMENTE IMPLOSIVAS DEL INFIERNO ESPANTOSO

7ª edición - La cultura del voto

Holaaaaaa!!!!!!!!

Elucubraciones psicopáticas, surcando nuevamente los confines sinuosos y grisáceos de mi empobrecido cerebro, maltratado y menospreciado. Elucubraciones que me llevaron a pensar algo que he escuchado de bocas de otras personas y hoy se me da la gana expresarlo como idea propia aunque no exclusiva en lo más mínimo. No se me ha ocurrido a mí, aunque toten ha decidido dar su parte en este artículo. Porque, si diez barrabravas de Racing viajaron en un crucero cagándose a trompadas durante el viaje, ¿por qué yo no puedo dar mi punto de vista sobre quienes deberían votar?

Yo pregunto: ¿Qué pasaría si las votaciones políticas se hicieran no bajo un régimen de edad, sino de nivel cultural?, ¿qué pasaría si los que van a votar más allá de si tienen 16 ó 96 años se los juzga a conciencia si se encuentran aptos para el sufragio según su nivel de conocimientos generales?

Una gran posibilidad es que mucha gente me trate de facho, pero si tenemos en cuenta que nadie lee estas basuras que escribo, no vendría al caso. Otra gran posibilidad es que el derecho al voto uno se lo merecería demostrando que le interesa hacer lo que hace, y que no va de obligado un domingo a meter un papel inservible en una urna, sin saber siquiera lo que significa el término plataforma electoral.
Porque una realidad que aparece frente a mis ojos casi cieguitos, es que conozco gente demenos de 17 años de edad, que saben perfectamente los papeles que cumplen los 3 poderes, que se mantienen al día con respecto a todas las novedades políticas, el valor de la moneda propia en comparación a otras internacionales junto con sus implicaciones, que saben los nombres de los ministros más importantes y mediáticos del país, y quiza lo más relevante, les interesa luchar por una nación más justa, menos corrupta y más segura.
Por otro lado conozco gente de más de 30 años, que no tienen la mas puta idea de nada, que les importa un bledo quienes son los ministros, que no les interesa el bien común sino el propio, que a veces no van a votar, que impugnan su voto con un forro usado o una feta de salame, y viven totalmente ajenos a la vida económico-política de su país.
Admitiendo que yo me hallo en un punto medio entre estos 2 parámetros, descubro la necesidad de re-evaluar los derechos al voto en nuestra descuidada República. Mi descarada propuesta es, permitir el sufragio a quienes demuestren que saben lo que están haciendo, con conciencia y responsabilidad.

¿Cómo?, haciendo pocas , aunque concretas preguntas de nivel cultural general y político. Se podrían hacer de varias formas, pero en la que encuentro menos posibilidad de trampa, es cuestionando al votante en potencia, frente a la urna, previo al cuarto oscuro y delante de todos los integrantes de la mesa que le corresponda. Si responde “x” cantidad de preguntas incorrectas (eso se vería según la cantidad estipulada), se le negaría el derecho al voto, no por otro motivo de que esta persona en cuestión, no se preocupó en estar preparado para una decisión tan importante como elegir a los futuros destruct… perdón, dirigentes de nuestro país.
De este modo, si quieren abrir la brecha de edad hasta los 16, bárbaro, pero que lo hagan los chicos de 16 concientes de su responsabilidad. Y así también se vería, tal vez, tal vez no, quienes van a votar por el panchito y la coca, por el lavarropas que le regaló tal gobernante, y quienes van a hacerlo porque desean alguna mejora o constancia en el bien común. Inclusive, las preguntas podrían ser, o intentar ser espontáneas entre los integrantes de distintos partidos de la mesa, para apagar un poco más el fuego de la trampa.

Llego a la conclusión, de que si esto sucediera, muchos de los que andan gobernando tanto a nivel nacional como provincial, no serían los mismos que el pueblo re-elegiría en las siguientes votaciones. Yo lo sentiría más justo, más conciente, más a favor de un país honesto, con ganas de progresar, con políticos más comprometidos con su gente y no con su bolsillo, lo sentiría más como un bien para todos, votantes y no votantes, más que para unos pocos como suele suceder. En resumen, lo presiento más beneficioso y menos egoísta para toda la nación que en la actualidad, en un país, donde los muertos también votan.

¡¡¡Hasta la próxima!!!!!