Texto publicado por SUEÑOS;

inteligencia del alma :

GENEROSIDAD

No habrás vivido un día perfecto, si no has hecho algo por alguien que
nunca será capaz de devolvértelo. Rutz Smelter

Un día perfecto es algo plenamente integral. Es aquel en el que los
diversos factores que tienen que ver con nuestra propia autorrealización
han sido expresados y atendidos. Un día perfecto es aquel en el que,
además de cubrir nuestros objetivos personales, se "hace diana" en un
propósito de mayor sentido existencial.

Si además de hacer el pan para uno mismo, se tiene la oportunidad de
hacer algo por otra persona que recorre el mismo trecho del camino, no
lo dudemos, hagámoslo rápidamente, que de ello jamás nos arrepentiremos.
La cadena de favores anónimos y los momentos con alma que hemos puesto
en marcha sin espera de respuesta, tal vez sea una de las experiencias
más valiosas que podamos recolectar en el balance final de la vida. ¿Qué
significa la expresión momentos con alma?, ¿acaso momentos de amor sin
afán de provecho?, ¿momentos de sincera compasión o de cooperación y
entrega? Algunos lo relacionan con el espíritu de servicio y otros lo
nombran como sabiduría en marcha.

Las reglas para ser feliz no suelen venir en el libro de instrucciones
que el bebé trae al salir de fábrica. Sin embargo, hay unas leyes que
han sido transmitidas por los ancianos de las tribus que, de boca a oído
y durante miles de años, han señalado cómo sentirse bien y propiciar la
armonía ajena. Y al parecer, la regla número uno es siempre la misma:
Amad a vuestro próximo como a vosotros mismos. Palabras que los lúcidos
han pronunciado y que nada tienen de imposibles o "ñoñas". El egoísmo y
el narcisismo no se superan con una emocionada decisión, sino con un
entrenamiento sostenido de generosidad, autoobservación y maduración del
alma.

No deje pues escapar su gran oportunidad diaria. Como bien sabe, muchas
veces no se trata de dar sino de darse, de entregar un diezmo de nuestro
tiempo, de nuestra escucha y de acompañar la crisis de otras crisálidas.

El día tiene más gracia si, además de lograr nuestras metas, la vida nos
permite hacer sonar la música del alma. Si somos capaces de aliviar y
hacer más llevadero el camino al que atraviesa momentos de dificultad,
demos las gracias al apoyar porque, aunque no tengamos en cuenta lo que
de eso nos vuelve, algo profundo en uno mismo sabe que su mejor
inversión es dicha entrega.

Es mejor dar una caña de pescar para toda la vida que un pescado para
cada día. Si durante el día se nos presenta la oportunidad de otorgar
tal capacidad, recordemos que el Universo nos ha puesto en el lugar y en
el tiempo adecuados para ofrecer salidas, aportar contactos, abrir
puertas, facilitar logros, regalar ideas y aminorar esfuerzos a los que
parecen soportar mucha carga.

Todo un circuito de amor en acción tan sinérgico como efectivo. Se trata
de prestar atención durante la jornada. ¿Llegó la oportunidad de
contribuir? Si no ha llegado aún, fluyamos atentos. ¿Qué mejor aventura
que la de aventurarse en el otro?

20.- Generosidad. Y este es el propio día en que se lucirá mi grandeza
por mi compañerismo, ayuda y desprendimiento con verdadero altruismo.

José María Doria