Texto publicado por Toten Dos punto Cero

2ª edición - Encima se ensimisma

Toten publicaciones presenta:

TOTEN Y LA REVANCHA VIRULENTA DE LOS ESPASMÓDICOS PITUFOS EXCESIVAMENTE MALDITOS DE LAS GALAXIAS RECIENTEMENTE IMPLOSIVAS DEL INFIERNO ESPANTOSO

2ª edición - Encima se ensimisma

Holaaaaaa!!!!!!!!

¡Que lujo! Este Toten se atreve a hacer otro artículo, y que lo parió che, ya empieza con las trivialidades de las que dijo que no abusaría. Pues claro, no podría ser de otra manera. Porque es un hecho bien sabido e ignorado, dejado de lado y borrado automáticamente del cerebro, que la gente en medio de una conversación se ensimisma, y cada vez sucede con más frecuencia y tiempo de duración.
Luego que me contaran de la imagen más que patética de la presi argentina en la costa manejando el Perla Negra, no perdón, la fragata Libertad que se le dio la Ghana vivir toda esa aventura con los “buitres”, y de escuchar una conversación profundísima entre los participantes de Cuestión De Obesos: “¡Me engañaste! ¡me dijiste que me comiera esa galletita con mermelada y ahora quedé fuera del concurso!” “¡No! Yo te dije que te cuidaras porque no habías desayunado”; me dediqué a hacerme una lobotomía frontal y a babear un rato largo, porque la realidad, al igual que lo hace casi todos los días, me superó conviviendo entre los virus humanos. Ahora bien, volviendo al tema principal recuperado de la lobotomía auto-infligida, según la Totenpedia, se dice que el ensimismamiento es: “el estado de descanso y reflexión que encuentra un individuo cuando se ve enfrentado a una situación donde Marcelito o Silvita tienen algo que ver, utilizando su propia mente como santuario para escaparse un rato de su estorbante realidad. El cual, no da muestras de importancia del lugar o momento o circunstancias que lo rodean”. Esto, nos da una pauta muy interesante (bah…), para analizar los consecuentes casos que a Toten tanto le encanta clasificar:
a) Ensimismamiento “me tenés podrido”: Éste suele suceder cuando estás charlando con alguien que realmente preferirías que en ese momento le cayese un meteorito directo al cráneo para que se calle. Posiblemente esté hablando acerca de cómo disminuyó en casi un 50% la cantidad de hospitales públicos en la República de Latvia entre 2006 y 2009, y uno se puso a pensar en lo que cocinaría esa misma noche. Generalmente uno se queda asintiendo con cara de “no te das una idea de la atención que te estoy prestando”, y aguardando el instante para poner la excusa para irte o echarle.
b) Ensimismamiento “yo me largo de aquí.”: Haciendo fiel referencia a la huida mental de Homero Símpson frente a Ned, esta calificación remarca una situación similar a la anterior, con la diferencia en que uno se ensimisma tanto que ya nisiquiera logra asentir ni negar, no logra nada más que mirar al otro con cara más que ausente, y seguir con su línea de pensamientos y el otro, por motivos que analizaré otro día, pareciera no darse cuenta y sigue con su perorata sobre el programa de Marcelito y su “Denigrando por un sueño”. Cuando quien habla termina, uno se queda semi-estático ya que tiene un fugaz retorno a la realidad y no sabe si tiene que contestar u hacer cualquier otra cosa.
c) Ensimismamiento “Menos mal que somos muchos.”: Suele ser en una reunión grande, o por lo menos 4 personas incluyendo al ensimismado, y éste aprovecha una charla que le importa un bledo y se sumerge en lo que sinceramente le interesa: “¿la hija de puta esa no me andará metiendo los cuernos?” “¿Por qué todavía no sé si cibarita es tan rica?” “¿quién dotó de inteligencia al ser humano? Porque la verdad que le pifió lindo…La verdad hubiera sido mejor dotar de inteligencia a los leones o rinocerontes y que así ellos con su poder de razonamiento mantendrían a salvo al planeta y no como nosotros que lo estamo haciendo percha…” “¿Por qué Toten insiste con sus artículos tan pedorros?”. Lo bueno, que como hay mucha gente, uno se puede permitir ese lujo y hacer de cuenta que sigue la conversación general en silencio. La mejor estrategia para volver a la charla es ir primero al baño, tardar un ratito y volver alegando que se perdió la última parte y así lo ponen nuevamente al tanto.
d) Ensimismamiento “estoy caliente y hace dos días que no me toco”: Este ya es un poquito más problemático, ya que uno se halla en una situación delicada y erectable. En este caso hay dos bifurcaciones del ensimismamiento: 1- estoy caliente con la persona que me está hablando, y mientras, yo no hago otra cosa que imaginármela en pelotas y satisfaciendo mis necesidades. Aquí el hombre va con desventaja por una cuestión de “carpa”, y además no puede dejar de mirarle las tetas o lo que tenga al alcance y lo deja muy en evidencia. 2-Estoy recaliente y no es con esa persona y me quiero ir corriendo al baño y resolver el asunto de una manera manual. Aquí, miramos desesperados al otro mientras habla, pero la desesperación se debe a los pensamientos alocados y extra-híper-pornográficos que no podemos dejar de fabricar en nuestra mente. Tendemos a llevar las manos por allá abajo, entrecerramos los ojos porque la imaginación nos está tentando con mucha maldad, y movemos los piecitos con ritmo rápido y acompasado. En ambos casos, cuando oímos un silencio, damos la excusa más inverosímil y salimos cagando como si tuviésemos un cohete en el orto y vamos derechito a nuestro cometido.
e) Ensimismamiento “me superan los problemas”: puntualmente, éste es el verdaderamente jodido. A veces ciertas cuestiones que nos desagradan y nos cargan de preocupación, se apoderan de nuestra mente y no nos permiten concentrarnos en lo que nos puede estar diciendo otra persona. Suele ser notorio, y quien nos está hablando, debería darse cuenta y dejar de decir boludeces y dejarnos en paz o preguntarnos que nos anda sucediendo. Nosotros analizaremos según el caso lo que mejor nos haga.
f) Ensimismamiento “súperh-héroe”: Claramente quien lo padece es alguien que anda necesitando sentirse mejor consigo mismo, porque cuando está en un diálogo con algún otro, no puede dejar de imaginarse que está salvando a la chica que le gusta de un incendio, que se halla rescatando a su príncipe azul del dragón (aunque la historia arranca al revés), que es un cantante famoso del metal y que lleva mucha gente a sus recitales (jajajajajajajajaja), que es la nueva presidenta del país, que decide secuestrar a Silvita y pedir por rescate 500.000.000 de libras esterlinas, que se opera las tetas para sacarle un ojo con un pezón al chico que le gusta, que se compra una Ferrari último modelo y va con anteojos de sol a la noche a los boliches a cancherear, etc. Y cuando lo hacen salir de su “mátrix”, se siente el alfeñique o la feúcha que le suelen decir que es, y sigue la charla sin interés alguno.

Comenté en un principio que esto viene sucediendo con más frecuencia y duración, y creo que tanta tecnología, materialismo, redes sociales carentes de vida, problemas económicos y sexuales, nos llevan a todo esto. Como dije en el artículo anterior, charlemos, charlemos con nuestra gente querida, que ellos nos escucharán, y nuestra tendencia a ensimismarnos bajará un poco, y de paso, les tiramos un vaso de agua en la cara cuando le agarre al otro un ensimismamiento de tipo “d”.

¡¡¡¡hasta la próxima!!!!
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