Texto publicado por Jaime Nelson Arboleda Barrera

Los ciegos no se resignan al Braille: un artículo.

Los ciegos no se resignan al Braille

AmpliarMauricio Suárez y Marbel Caicedo muestran los teléfonos celulares con
los programas que les permiten usarlos. Foto: Julio Estrella / EL COMERCIO

Tiempo de lectura: 6' 41'' No. de palabras: 1099

Isabela Ponce Ycaza. Redactora Domingo 28/04/2013

Una voz robotizada se escucha a través de dos parlantes de computadora. La
velocidad es tan rápida que casi no se distinguen las palabras. Mauricio
Suárez sí las entiende y para que las otras personas que lo acompañan
también lo hagan, disminuye la rapidez. Con sus ojos entreabiertos y sus dos
manos sobre el teclado, aplasta los comandos necesarios para modificar esa
opción del programa.

Cuando Suárez, quiteño de 27 años, empezó a explorar ese 'software',
denominado Jaws (Job Access With Speech), lo utilizaba con la velocidad al
20%. Hoy, 14 años después, aumentó a 65%. Jaws es el 'software' más popular
entre los ciegos del Ecuador. Es un programa inventado en 1989 por un
estadounidense, que lee todas las acciones del usuario del computador. Es
decir, si es que el no vidente estuviera escribiendo este artículo en Word,
una voz leería simultáneamente lo que escribe, incluso diría "espacio"
cuando haya que separar una palabra de otra.

Mauricio confiesa que el programa le facilita la vida, que como ciego puede
acceder a infinidad de contenidos, muchos más que los que están disponibles
en Braille. Él sabe leer y escribir en este lenguaje, pero confiesa que en
esta época es mucho más práctica la computadora con Jaws.

Eduardo Landi, de Cuenca, tiene una opinión similar. Reconoce que el Jaws y
otros programas son necesarios porque los contenidos en Braille son
limitados. "He tenido que adaptarme a estos cambios para no quedarme atrás".
Agrega que no es un experto en el 'software', pero sigue aprendiendo.

Para Marbel Caicedo, amigo de Suárez, la tecnología debería ser usada sin
exageración. Critica a sus compañeros que pierden tiempo en redes sociales
como Facebook y Twitter. Suárez discrepa, a él le encanta Twitter y hace
pocos meses se descargó un programa para no videntes de esta red de
microblogging llamado The Qube.

"Si entro en la página normal de Twitter, el Jaws no funciona bien porque no
termina de leer un tuit, ya que la línea de tiempo se actualiza y el
programa se confunde. Pero con este otro programa sí puedo leer
tranquilamente cada tuit", comenta entusiasmado.

Mientras Mauricio Suárez lee un tuit de Telesur, en la pantalla no visualiza
el programa, es necesario que él aplaste un comando para que aparezca.
"¿Para qué lo voy a tener ahí si no lo puedo ver?, basta con escucharlo".

En Loja, Sandra Carrera -también no vidente- opina que la clave está en
aprovechar cada herramienta para cada ocasión. "Yo soy braillista y me gusta
todavía poder leer en este sistema", dice y agrega que el problema es que
las personas creen que el Braille se limita al punzón y a la regleta.

Además de esas dos herramientas básicas, existe una impresora Braille que
imprime -en papel, en lenguaje Braille- lo que se proyecta en la pantalla, y
la máquina de escribir Perkins, en que las teclas corresponden a las letras
en Braille. El otro dispositivo se llama Línea Braille y es un aparato
parecido a un teclado, que se conecta al monitor y va moviéndose para
interpretar lo que hay en la pantalla.

"Para tomar notas rápido o llevar una agenda es mejor el Braille con punzón
y regleta, porque de lo contrario hay que prender la 'compu', esperar que se
cargue el Jaws, es mucho trámite", opina Carrera.

El único problema de estos dispositivos es el costo, comenta Jorge Arévalo,
esposo de Sandra, quien también padece de discapacidad visual. Suárez dice
que las licencias son casi ­inasequibles, por eso hay quienes 'hackean' los
'software'.

La del Jaws puede costar más de USD 1000 si incluye las últimas
actualizaciones y un monitor Línea Braille bordea los USD 4 000.

A pesar de los valores, los ciegos se las arreglan para contar con estas
herramientas que facilitan su vida. A Suárez, el Jaws le sirve para
informarse y tiene una aplicación para el celular Mobile Speak ­­-­valorada
en USD 400- con la que puede manejar el teléfono sin problema. Funciona
igual que Jaws, porque va hablando las acciones que el usuario hace,
aplastando con sus dedos.

El iPhone también tiene una aplicación para no videntes. Se llama VoiceOver
y es gratuita.

Para Mauricio Suárez y Sandra Correa, la tecnología para ciegos no solo
sirve en el trabajo, ambos laboran en bibliotecas. Creen que es una ayuda
fundamental para el ocio. En el recorrido del trabajo a su casa, en el bus,
Mauricio escucha audiolibros.

Otra de las alternativas que tiene para entretenerse son las películas con
descripción. En su computadora, utilizando solo sus dedos y su memoria, abre
la película 'La Sonrisa de la Monalisa'.

"Una locomotora anda a toda velocidad. En la estación una chica rubia se
acerca a un señor", el audio va detallando las imágenes que aparecen en los
momentos que no hay diálogos en el filme, pero en la pantalla de la
computadora solo es necesario un reproductor de música, no de video. A él le
fascinan estos formatos porque recuerda cómo antes, cuando veía una película
con su familia, ellos se reían en partes que no tenían audio y él tenía que
preguntar qué habían visto que les causaba gracia.

A pesar de que todos los entrevistados reconocen que la tecnología los ayuda
en su día a día, aseguran que en Ecuador aún falta más acceso en aspectos
básicos. "Cuando vas a un centro comercial, la señalética debería tener
Braille para acercarnos a tocarlas o estos sistemas deberían tener sonido
que indique, por ejemplo, dónde está el ascensor", dice Caicedo.

Suárez, en cambio, se fascina con los dispositivos disponibles en España
como la máquina que describe el producto y el precio en el supermercado y
permite a los ciegos poder hacer sus compras solos.

Más acceso en España

Un dispositivo que reconoce y oraliza los colores fue inventado en España.
Sirve para que los ciegos puedan vestirse solos.

En Barcelona, se desarrolló una aplicación para teléfonos inteligentes que
permite a los no videntes tomar solos el bus.

Funciona mediante un GPS en el celular y un GPS en los todos los buses. Así
no tiene que preguntar: "¿Qué bus viene ahí?".