Texto publicado por Jaime Nelson Arboleda Barrera

Cuento del programa Textosentido.

El Paraíso, por Orlando Romano
Eva pidió un compañero. La diosa se arrancó una costilla; el hueso
transmutó en un hermoso mancebo.
—Éste es Laesilae, que significa Señor de la Lujuria.
—No lo quiero —Eva frunció el ceño.
La diosa se arrancó una segunda costilla:
—Éste es Virbífido, que significa Placer Supremo.
Eva tampoco lo quiso, como no quiso al resto de los atléticos, alegres y
ardorosos postulantes que fueron surgiendo. Malhumorada y descostillada,
la diosa
se extirpó una uña: floreció un hombre de indisputable fealdad y rostro
compungido.
—Se llama Adán, no sé qué significa.
Incapacitados de saber por qué ellas adoran el misterio, contentémonos
con saber desde cuándo.