Texto publicado por Jaime Nelson Arboleda Barrera

He aprendido.

He aprendido que no puedo hacer que alguien me ame, pero puedo
convertirme en alguien a quien se puede amar. El resto depende de los
otros.

He aprendido que por mucho que me preocupe por los demás, muchos de
ellos no se preocuparán por mí.

He aprendido que se pueden requerir años para construir la confianza y
únicamente segundos para destruirla.

He aprendido que lo que verdaderamente cuenta en la vida, no son las
cosas que tengo alrededor, sino las personas que tengo alrededor.

He aprendido que puedo encantar a la gente por unos 15 minutos. Después
de eso, necesito poder hacer más.

He aprendido que no puedo compararme con lo mejor que hacen los demás,
sino con lo mejor que puedo hacer yo.

He aprendido que lo más importante no es lo que me sucede, sino lo que
hago al respecto.

He aprendido que hay cosas que puedo hacer en un instante, y que pueden
ocasionar dolor durante toda una vida.

He aprendido que es importante practicar para convertirme en la persona
que yo quiero ser.

He aprendido que es mucho más fácil reaccionar que pensar, y más
satisfactorio pensar que reaccionar.

He aprendido que siempre debo despedirme de las personas que amo con
palabras amorosas; podría ser la última vez que las vea.

He aprendido que puedo llegar mucho más lejos de lo que creí posible.

He aprendido que soy responsable de lo que hago, cualquiera que sea el
sentimiento que tenga.

He aprendido que si no controlo mis actitudes, ellas me controlan a mí.

He aprendido que por apasionada que sea una relación en un principio, la
pasión se desvanece y algo más debe tomar su lugar.

He aprendido que los héroes son las personas que hacen aquello de lo que
estén convencidos, a pesar de las consecuencias.

He aprendido que aprender a perdonar requiere de mucha práctica.

He aprendido que el dinero es un pésimo indicador del valor de algo o de
alguien.

He aprendido que con los amigos podemos hacer cualquier cosa, o no hacer
nada, y tener el mejor de los momentos.

He aprendido que a veces las personas que creo que me van a patear
cuando estoy caído, son aquellas que me ayudan a levantar, y aquellas
que creo que me van a levantar, son las que me patean.

He aprendido que en muchos momentos tengo el derecho de estar enojado,
mas no el derecho de ser cruel.

He aprendido que el verdadero amor y la verdadera amistad, continúan
creciendo a pesar de las distancias.

He aprendido que simplemente porque alguien no me ama de la misma manera
en que yo quisiera, no significa que no me ame a su manera.

He aprendido que la madurez tiene más que ver con las experiencias que
he tenido y aquello que he aprendido de ellas, que con el número de años
cumplidos.

He aprendido que nunca debo decirle a un niño que sus sueños son tontos;
pocas cosas son tan humillantes y qué tragedia seria si lo creyera.

He aprendido que por bueno que sea el buen amigo, tarde o temprano me
voy a sentir lastimado por él y debo saber perdonarlo por ello.

He aprendido que no siempre es suficiente ser perdonado por los otros; a
veces tengo que perdonarme a mí mismo.

He aprendido que por más fuerte que sea mi duelo, el mundo no se detiene
por mi dolor.

He aprendido que mientras mis antecedentes y circunstancias puedan haber
influenciado en lo que soy, yo soy responsable de lo que llego a ser.

He aprendido que porque dos personas discuten, no significa que no se
aman; y simplemente porque dos personas no discutan no significa que se
aman.

He aprendido que no tengo que cambiar de amigos, si comprendo que los
amigos cambian.

He aprendido que dos personas pueden mirar la misma cosa y ver algo
totalmente diferente.

He aprendido que hay muchas maneras de enamorarse y permanecer enamorado.

He aprendido que sin importar las circunstancias, cuando soy honesto
conmigo, llego más lejos en la vida.

He aprendido que muchas cosas pueden ser generadas por la mente; el
truco es el autodominio.

He aprendido que aún cuando pienso que no puedo dar más, cuando un amigo
pide ayuda, logro encontrar la fuerza para ayudarlo.

He aprendido que tanto escribir como hablar, alivia los dolores
emocionales.

He aprendido que el paradigma en el que vivo, no es la única opción que
tengo.

He aprendido que los títulos sobre la pared, no nos convierten en seres
humanos decentes.

He aprendido que las personas se mueren demasiado pronto.

He aprendido que aunque la palabra amor pueda tener diferentes
significados, pierde su valor cuando se usa con ligereza.

He aprendido que es muy difícil determinar dónde fijar el límite entre
no herir los sentimientos de los demás y defender lo que creo.

He aprendido que yo siempre puedo orar por otro cuando no tengo las
fuerzas para ayudarlo de alguna otra manera.

He aprendido que deberíamos estar contentos de que Dios no nos dio todo
lo que pedimos.

He aprendido que bajo la coraza más dura, hay alguien que quiere ser
apreciado y amado.

He aprendido que El Señor no lo hizo todo en un día. ¿Qué me hace pensar
que yo puedo?

He aprendido que el amor y no el tiempo, cierran todas las heridas.

He aprendido que debemos mantener nuestras palabras tiernas, porque
mañana tal vez debamos tragárnoslas.

He aprendido que... debo seguir aprendiendo.