Texto publicado por Jaime Nelson Arboleda Barrera

La inventora: cuento.

La inventora, por Gary Vila Ortiz
Te espero. Yo, que no te conozco, te espero. Imagino la escena y en
lugar de imaginarla parece que la recordara.

Tú llegas. Eres pequeña, morena, apenas tienes gestos: tu mirada abarca
todo lo posible y te entretienes, antes de entrar, en dejar que tu
mirada invente
cosas a todo lo que me rodea.

Inventas una ventana grande, por ejemplo, y yo por ella te miro envuelto
en tenues hojas que tú inventas para ese momento.

Inventas palabras también.

Y yo espero. Caminas apenas, y te acercas, pero ninguna palabra podrás
decir hasta que las mismas palabras se digan.

Pienso, curiosamente, en que debo besarte. Que es el atardecer, que el
viento sopla suavemente, que una canción se escribió hace mucho para
este momento,
que debo abrazarte, que debo decir antiguas palabras, dejarme estar en
esa quietud de perdidos instantes.

Espero. Caminas —en esta historia que imagino o recuerdo, no sé— y
sonríes. Apenas sonríes. Y entonces inventas mi cara, mi cuerpo, mis
manos, mis gestos
que se acercan y te abrazan, te besan, se dejan estar bajo la tenue
llovizna del atardecer.

Y yo me miro y te miro. Abrazas mi memoria y tu invento, te quedas en
él, despacio dejas de inventar cosas y regresas.

Apenas si puede alcanzarte alguna de mis voces. Parto junto a tu sombra.
Me miro ir. Ningún invento queda en mis manos.

Vuelo.

Te espero.

No recuerdo si fue ayer o mañana.

Espero.

Vagamente se que me detendré en el tiempo, que olvidaré el viento, que
escribiré un poema..
Alberto Carlos Vila Ortiz nació en Rosario en 1935. Además de
periodista, es poeta y ensayista. Este cuento salió publicado en la
mítica revista mexicana
El cuento, que dirigía Edmundo Valadés, en el número 65, año 1974.