Texto publicado por Jaime Nelson Arboleda Barrera

Martina y sus poderes: cuento.

Martina y sus poderes por Vivi García

Un día sucedió algo extraño en Córdoba. Una nena llamada Martina estaba ayudando a su mamá a cocinar una torta de cumpleaños, cuando, al cascar un huevo encontró dos yemas. La madre, al ver el asombro de su hija, le susurró al oído: “dicen algunas personas mayores que cuando alguien encuentra dos yemas dentro de un huevo puede hacer con ellas lo que desee”. Martina de inmediato cerró los ojos (como para concentrarse) y las yemas de a poquito, se fueron transformando en un maravilloso par de lentes amarillos, brillantes, ¡mágicos! La pequeña se los calzó sobre su diminuta nariz y salió a la calle. Lo que vio a través de sus cristales fue… cómo explicarlo… ¡sublime! Cada vez que posaba sus ojos sobre una persona, objeto o animal, podía ver el pasado de ellos. Por eso al mirar a su mamá la vio de niña tomando una clase de zapateo americano, ¡cómo se movía!; lo pudo ver a su perro Timoteo recién nacido, parecía un ovillo de lana negra; a la heladera la vio flamante, sin ninguna rayita; y frente al espejo se vio a ella misma con pañales y chupete.

Desde ese día, en la casa de Martina, los vecinos hacen cola para que les preste por un ratito los anteojos mágicos.

Yo ya saqué un pasaje a la ciudad de Córdoba, espero que Martina me los preste… A veces no me acuerdo de mí, y quiero volverme a ver jugando en la hamaca de la plaza de mi barrio, yendo a la escuela de la mano de mi papá (¡qué bien silbaba tangos!), o comiendo una de esas manzanas con caramelo que tanto trabajo me daba al quererla morder.

Vivi García es narradora oral de larga y excelente trayectoria.

Este es un cuento, de los tantos que tiene. Espero que lo disfruten.