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BlindWorlds recorriendo el mundo…Y se detiene en... 1- En Granada de la mano de Gory.

BlindWorlds recorriendo el mundo…
• I se detiene… 1- En Granada de la mano de gory.
• El cielo era todo lo azul que Granada regala en sus días intensos; ese color amable y límpio que pocas ciudades ofrecen con ese rabioso celeste que te invade e invita a echarte a la calle, como si una fuerza externa te reclamara. Hacía un par de días que la lluvia había lavado las calles y el aire se respiraba fresco y agradable.
• Desde el barrio del realejo de donde partimmos, Nos dirigimos hasta la calle Varela para desayunar, después de pasar delante de la Casa de los Tiros cuyo nombre se debe a las piezas de artillería que hay en sus almenas. Actualmente es la sede del Museo de historia de la ciudad, biblioteca y archivo de temas locales. Fue construida en el siglo XVI a similitud de los palacios granadinos de la época. La Casa de los Tiros formó parte de la muralla del barrio de los Alfareros, de ahí su aspecto de fortaleza militar. Del edificio original sólo se conserva el Torreón. Continuamos y antes de llegar nos encontramos La Casa de los Girones, en la plaza que lleva su nombre, la mansión es una muestra de los palacetes de origen almohade del siglo XIII del que se conservan el salón principal y parte del antiguo patio, ornados con estucos anteriores a los de la Alhambra y que albergó durante un tiempo la sede de la Inquisición; cruzando la plaza, a la derecha, se asientta El Palacio de los Condes de Gabia y el de los Duques de Gor, edificio del Siglo XIX, en la actualidad dedicado a colegio regentado por religiosas mercedarias.
• Tomando la calle Varela nos detuvimos en la placeta de Carlos Cano (cantante ya fallecido e hijo del barrio) acomodándonos en una de esas magníficas terrazas que esta ciudad ofrece al paseante, en cualquiera de sus recoletas plazas y allí degustamos un suculento zumo de naranjas procedentes del valle de Lecrín, acompañado con una buena tostada de pan de Alfacar, rociada de un aceite de oliva virgen de los Montes Orientales y un aromático café; después de una animada conversación y ya con energía suficiente, continuamos caminando por el barrio del Realejo, situado a los pies de la Alhambra por su cara suroriental. Este histórico barrio fue un arrabal judío de la ciudad musulmana, cuando se conocía como Garnata al-Yahud (Granada de los judíos) y que cuando los cristianos se apoderaron de la ciudad, lo renombraron como Realejo, pues había sido tomado por la Corona.
• Propuse un paseo por la colina de la Alhambra y Comenzamos a ascender desde el barrio por sus calles estrechas y tan empinadas que muchas de ellas eran escalonadas, con multitud de casas unifamiliares y cármenes granadinos (Actualmente, un carmen es una tipología de vivienda urbana típica de esta ciudad, con un espacio verde anexo, jardín y huerta a la vez, fuentes y albercas; están cercados por tapias de cierta altura, normalmente blanqueadas, con vegetación frondosa. Son propios de los barrios asentados en las colinas del Albaicín y Realejo.) Inmediatamente llegamos a la Puerta del Sol, donde se ubica uno de los antiguos lavaderos públicos que según los vecinos data de época judía y permaneció en servicio hasta 1965. Allí nos sorprendía su templete cubierto por una armadura de madera a dos aguas y protegida al exterior con tejas árabes, estructura que se sustenta en seis columnas dóricas procedentes de un antiguo templo desaparecido que había en la calle Santa Escolástica, cercana al lugar. Me senté un ratillo en su murete, mientras ellos leían la placa descriptiva ; intercambiamos algunas frases con unos chavales que andaban tocando la guitarra y bebiendo unas litronas al calorcito del astro rey; nos despedimos de ellos y seguimos nuestro ascenso.
• Notaba que el paseo les causaba impacto. Caminábamos tranquilos y nos sentíamos bien. Fue raro cruzarnos con turistas ni persona alguna, solo gatos tendidos al sol y perros ladrando desde las casas o Cármenes nos saludaban al pasar. Me comentaban extrañados que aquel silencio en esas laberínticas callejuelas les sobrecogía y que no correspondía a la imagen de ciudad que ellos habían imaginado, esos itinerarios desconocidos y agradables, fuera de los marcados por los viajes organizados les deslumbraban. Charlando de todo un poco llegamos hasta Torres Bermejas, las tres torres vigías que forman parte de este conjunto, situadas en los puntos estratégicos que circundaban la Vega de Granada y al que tal vez pertenecía la primera Alcazaba de la Alhambra. Allí me acomodé otro rato mientras ellos exploraban los rincones, sorprendiéndoles cármenes semiescondidos, con jardines exuberantes.
• Volvían satisfechos reiterando que no daba la impresión de estar en una ciudad. La verdad es que la mañana era muy agradable y el camino presentaba como siempre, una quietud y una ausencia de ruidos que pacificaba el espíritu. Continuámos la marcha y pasando delante del Carmen de los Rodríguez Acosta llegamos arriba, a la entrada del Hotel de diseño Nazarí que el Rey Alfonso XIII inagurara en 1910 y al volvernos podíamos admirar todo el barrio y sus cúpulas a nuestros pies. Cruzamos la explanada y dejando el Carmen de los Mártires a nuestra derecha, aparecimos ante el Restaurante La Mimbre, atravesamos los muros de la Alhambra por debajo de uno de sus arcos y nos encontramos bajando la Cuesta de Los Chinos; durante todo ese trayecto, el agua nos acompañaba siempre a nuestra izquierda, con una fuerza y un ruido en ocasiones casi ensordecedor. Continuamos por esa vereda pedregosa y descarnada, hasta doblar la última de sus curvas, donde en la colina de enfrente nos aguardaba una impresionante estampa del histórico barrio del Albaicín. A la derecha partía un sendero que llevaba a la tan cantada Fuente del Avellano. Cruzamos el río Darro y... ¡¡¡Ya estamos de nuevo en la civilización!!! Sí, en el Paseo de los Tristes repleto de visitantes, dicen que su nombre lo toma al ser ese el camino por donde subían los entierros hacia el cementerio. Seguimos por la Carrera del Darro dejando a nuestra izquierda la Iglesia de San Pedro y San Pablo, de estilos mudéjar y renacentista, edificada en 1559 y a la derecha El Bañuelo que es uno de los pocos lugares de este tipo que consiguieron salvarse al mandato de destrucción de los Reyes Católicos, ya que entre los cristianos los baños árabes tenían una reputación comparable a la de los burdeles y a pesar de que sobre ellos se construyera una casa particular casi desde el mismo día de la ocupación de la ciudad, sorprende su tamaño y su buen estado de conservación, con columnas sustentando preciosas arcadas de estilo árabe. La construcción del Bañuelo parece datar del siglo XI y son de los más viejos, importantes y completos baños públicos conservados en España y de las obras más antiguas de la Granada musulmana que nos muestra el grado de refinamiento que tenían los árabes españoles hace mil años. Atravesando otra vez el río por el último puente, sin llegar a Plaza Nueva, volviendo a adentrarnos por las laberínticas y angostas callejuelas hasta descansar en una terraza de un bareto, donde saciamos nuestra sed con unos refrescos y unas cervezas. Como estábamos al ladito del Pilar del Toro, restaurante enclavado en el marco de una casa señorial granadina del siglo XVII y aún era temprano, decidimos entrar a echar una ojeada al patio interior de columnas, fuente y vegetación, cuyos elementos fueron rehabilitados conservando su estructura antigua.
• Para comer, sugerí volver a mi barrio cruzando la cuesta Gomérez (ruta por donde los turistas suben a la Alhambra) y seguir por la calle Ánimas para continuar por la mía y recorrerla entera deteniéndonos antes frente a mi portal para contemplar uno de los innumerables aljibes que pueblan los rincones de esta ciudad, desembocando en la placeta del Hospicio Viejo donde nos topamos con El antiguo Hospital de Santa Cruz , en la actualidad sede principal del Centro de Lenguas Modernas de la Universidad de Granada. Enfilamos por la calle Damasqueros, dejando a nuestro paso algunos de los cenobios femeninos que por mi barrio proliferan, como el Monasterio de Santa Catalina, hasta llegar al Campo del Príncipe, auténtico corazón del barrio y plaza construida sobre el solar de un antiguo cementerio musulmán, que recibió este nombre porque en 1497 se manndó explanar el lugar para que se celebraran en él las bodas del príncipe Juan. También esta plaza adquiere singularidad todos los Viernes Santos a las tres de la tarde, cuando miles de granadinos se reúnen en medio de ella alrededor del Cristo de los Favores para pedir tres gracias ante un espectacular silencio, siguiendo una tradición que se remonta al siglo XVIII. Allí nos acomodamos en una de sus formidables terrazas para degustar unas suculentas papas a lo pobre, un sabroso bacalao frito y algunas otras viandas típicas de la zona… Sentados y conversando, podíamos ver a pocos metros la Iglesia de san Cecilio, patrón de la ciudad, edificada sobre una antigua Mezquita, así como el viejo Hospital Militar, anteriormente casa del Almirante de Castilla, hoy recuperado al Ministerio de Justicia como Centro de salud para los vecinos, después de muchas negociaciones y luchas. Detrás de él, resguardados y silenciosos, nos observaban Los Hotelitos de Belén que merecen un paseíto aparte,tranquilo y sin prisas.
• Las horas pasaban sin casi percibir su avance, nos pusimos de nuevo en marcha para seguir pateando este increíble barrio, bajamos hasta la calle de Santiago donde otro de los Monasterios nos daba la bienvenida, el de la Madre de Dios de monjas Comendadoras del Apóstol, frente a él la antigua Corrala, una casa típica de vecinos del Siglo XVI, actualmente es residencia para invitados de la Universidad de Granada y cada año en la festividad del día de la Cruz, la asociación de vecinos del barrio engalana su patio participando en el concurso que el Ayuntamiento convoca, siendo casi siempre ganadora de alguno de los premios que se otorgan.
• Nos acercamos a visitar la iglesia de Santo Domingo situada en la plaza del mismo nombre y a la vez la estatua de uno de los hijos del barrio más universales, Fray Luis de Granada; al lado el convento de Santa Cruz la Real de Padres Dominicos que fue fundado por los Reyes Católicos en 1492 y con un claustro de estilo manierista y unas magníficas escaleras imperiales. En la actualidad, además de convento, parte está dedicado al Colegio Mayor universitario Santa Cruz la Real.
• Era ya buena hora de tomar algo digestivo y que mejor que un chupito de hierbas en la terraza de mi amiga Ralu, situada al lado del río fuera de bullas y hasta el bar de la Tía Cheta (así se llama su local) nos encaminamos serpenteando de nuevo por lass callejas en paralelo a Pavaneras para llegar a la calle San Matías y darnos de bruces con La casa donde vivió Gonzalo Fernández de Córdoba, el Gran Capitán, habiendo dejado a nuestra espalda la Iglesia Imperial de San Matías y atajando por la minúscula y famosísima calle de la colcha aparecimos en Plaza Nueva, siempre con la Iglesia de Santa Ana al frente,para reencontrarnos con el río y nada mas cruzar el puente saludamos a su dueña… Solo quedaba una mesa libre y nos faltaba una silla; en la mesa de al lado un grupo grande charlaba acaloradamente, a ellos les sobraba una, y me dirigí a pedírsela. Por su acento pensé que podían ser mejicanos, saludé y comencé a hablar con uno de los jóvenes que me quedaba mas cerca,sin saber muy bien cómo y portando dos sillas, el chico acabó sentado con nosotros y continuamos hablando de su viaje por España, derivando nuestra conversación en mil temas, hasta contarnos que él tenía una primita ciega que vivía en Tamaulipas, uno de los estados del norte de Méjico; me atreví a preguntarle como se llamaba y… ¡Oh, sorpresa, era ella! nuestra jovencísima amiga tampiqueña, una de nuestras mas bellas voces, ¡sí, ella que vive en Tampico…!
Me quedé pensativa, estos sucesos me aparecen con tanta frecuencia… no se, ¡quizá sea real la teoría de los seis grados que circula por ahí!
• Salí de mis ensoñaciones y el reloj ya nos advertía que llegaba la hora de acudir a la cita concertada en el Hamán (baños árabes) que nos quedaban al ladito de donde ahora estábamos.
Nos despedimos de los mejicanos, no sin antes referir que mañana tal vez nos encontraríamos en la Alhambra, la casualidad había querido que nuestras visitas nos hubieran sido asignadas en el mismo horario…
Llegamos a la casa, habiendo disfrutado de un día intenso pero relajados por las magníficas sensaciones que nos aportaron los baños, después de sumergirnos en sus aguas calientes y frías alternativamente y como colofón un alucinante masaje, dejándonos en perfecto estado nirvana…
Era importante y necesario descansar, a la mañana siguiente nos esperaba otro interesante día cargado de emociones culturales y gastronómicas…
Si os sedujo esta rutita por la incomparable ciudad de la Alhambra, estoy dispuesta a repetirla con los próximos amigos que aparezcan a visitarnos, quizá con alguna sorpresita incorporada…
Nota: Datos históricos y algunas características de los Monumentos han sido recogidos de Wikipedia e integrados en el texto.
Gory Ruiz. Granada (España)